El ministro de Agricultura, Luis Basterra, firmó en las últimas horas dos resoluciones para poner en marcha sendos programas dentro de la Secretaría de Agricultura Familiar referidos a la promoción y conservación de semillas y el agregado de valor y comercialización en ese segmento de productores.
Luego de varias semanas de muy escasa actividad normativa en la cartera agropecuaria, estas novedades referidas a un área del Minagri fuertemente politizada, donde predominan funcionarios del Movimiento Evita, dio pie a las especulaciones: ¿Dejará su cargo el ministro luego de las elecciones? Desde hace semanas que en los corrillos políticos se especula con esa posibilidad.
Por un lado Basterra firmó la Resolución 174/2021, que dispuso la creación del programa “Semillar” o Programa de Semillas para el Desarrollo de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena. El mismo funcionará bajo la órbita de la Secretaría de Agricultura Familiar que conduce Miguel Gómez y no bajo el paraguas de Instituto Nacional de Semillas (INASE), un organismo técnico que depende también del Ministerio.
Según marca la resolución firmada por Basterra, que no agrega demasiado detalle sobre el funcionamiento operativo del Semillar, dicho programa tendrá como objetivo “propiciar y fortalecer sistemas de rescate, mejora, multiplicación y abastecimiento de semillas en el territorio nacional”.
Solo justifica la resolución oficial que “existe preocupación internacional sobre la pérdida de los recursos fitogenéticos asociados a la alimentación” y expone que “la conservación in-situ de variedades mejora la capacidad de adaptación y resiliencia necesarias”, ya que “en nuestro país dicha pérdida ha provocado la reducción de las capacidades del sector de la agricultura familiar para su desarrollo y del consecuente abastecimiento local de alimentos”.
La otra norma publicada por Basterra en el Boletín Oficial ses todavía más incierta. Se trata de la Resolución 180/2021. Dispone la creación del “Programa Nacional de Formalización, Valor Agregado y Comercialización para la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena”, también en el ámbito de la Secretaría de Agricultura Familiar.
“Será objetivo del Programa robustecer los procesos y eslabones de la formalización, valor agregado y comercialización para todos los productores y productoras de dicho sector inscriptos en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar (RENAF)”, explicó el segundo artículo de la normativa. También se beneficiará a las organizaciones de ese sector inscriptas en el Renafo.
Aunque no está muy claro de qué se ocuparía este nuevo programa (en el Ministerio también existen áreas específicas vinculadas a la comercialización y el agregado de valor), en las explicaciones sobre su necesidad se argumenta que “en lo que respecta a la formalización, se observa que la falta de ella junto a la de organización y formalización de los actores, genera un bajo poder de decisión y negociación para hacer frente a la comercialización de los productos”.
Se intuye entonces que la iniciativa tenderá a generar figuras formales para que los pequeños productores puedan vender sus productos en condiciones de mayor formalidad.
“Asimismo se busca abordar aspectos que afectan directamente en la comercialización de los productos de la AFCI. En este sentido, la calidad e inocuidad de los productos del sector es un aspecto clave, como así también en aspectos técnicos de proceso, como de infraestructura y equipamiento de los establecimientos de pos-cosecha, almacenaje y logística”, agregan los fundamentos de la Resolución firmada por Basterra, añadiendo objetivos casi inagotables al referido programa.