Desde este año el Municipio de Luján no permitirá más la realización de la Peregrinación a Caballo al Santuario de Luján, la tradicional muestra de fe que se suele realizar en la última semana de septiembre y que se celebraba hasta el 2020 con un desfile a caballo, entre otras actividades tradicionalistas.
“Todos los actores involucrados en la organización de este evento tradicional hemos coincidido en que no podía continuar de la misma manera. Era hora de adaptarse a las nuevas demandas y reconvertir la actividad en una propuesta que celebre la fe y las tradiciones, pero que no perjudique ni a los animales ni a los vecinos y vecinas de Luján”, dijo el intendente de Luján, Leonardo Boto, en un comunicado de prensa.
Luego de mantener una reunión el viernes pasado con representantes de los círculos criollos organizadores, protectoras de animales y fuerzas de seguridad, el intendente dijo que “hemos tomado esta decisión con la vocación de construir una propuesta superadora”.
Desde hoy el municipio decidió comenzar una serie de encuentros con la mesa organizativa del evento con la intención de invitar a las asociaciones tradicionalistas a participar del desfile, pero aclaró que “deberán llegar a Luján con los animales en un tráiler” y se “dispondrán varios predios para su estadía”.
La decisión, calificada como “histórica” por las autoridades municipales, se fundamentó en “la necesidad de reconfigurar pragmáticamente” el tradicional evento y “resguardar la seguridad, tanto de los peregrinos como así también de los vecinos y vecinas de la ciudad y el estado de salud de los animales que recorren largos trayectos”. El argumento del municipio es que la tradición se volvió un riesgo para los jinetes por los cambios urbanísticos y sociales.
La primera Peregrinación Gaucha a Luján se realizó por primera vez el 7 de octubre de 1945 y contó con la participación de los círculos tradicionales “Martín Fierro” y “El Rodeo”. Símbolo de la devoción mariana, se fue articulando a lo largo de los años la relación entre la tradición criolla y la veneración a la Virgen de Luján, quedando reflejada en la continuidad del peregrinaje desde sus comienzos. Ahora habrá que recurrir a otros métodos más modernos, como la bicicleta o el monopatín, entre otros.