Con el inicio de la zafra de terneros los feedlots argentinos volvieron a recuperar parte de la actividad perdida en el último año. Pero, ¿es suficiente para cantar victoria?
La encuesta realizada por la Cámara Argentina de Feedlot entre sus empresas socias muestra que a comienzos del presente mes de abril el porcentaje de ocupación de corrales fue de un 55%, una cifra que, si bien creció contra el 50% registrado en marzo de este año, se mantiene lejos del nivel del 60% presente un año atrás.
“Con el inicio de la zafra de terneros y la aparición de una mayor cantidad de oferta, se registró un crecimiento de la actividad, pero una suba de cinco puntos sobre un piso mínimo histórico del 50% no puede ser considerado algo significativo”, explicó Juan Carlos Eiras, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot.
“El valor de la invernada sigue muy elevado para la capacidad de pago de los feedlots, que, para alcanzar el punto de equilibrio, deberían comprar terneros a no más de 200 $/kg”, añadió Eiras en diálogo con Bichos de Campo.
Pero los valores negociados en el mercado son superiores a esa pretensión: en el remate del Rosgan realizado en el presente mes de abril, por ejemplo, el valor promedio del ternero se ubicó en 214,5 $/kg.
Con los valores actuales de la invernada y el gordo, el margen bruto de un feedlot promedio volvió este mes a ser favorable luego de registrar diez meses consecutivos de pérdidas considerables. Pero al sumar intereses (el costo de oportunidad del capital) e impuestos, los números del negocio siguen sin cerrar.
“El valor de la invernada sigue muy elevado en función del precio del gordo y la recuperación va a ser muy lenta en la medida que siga así; el sector está muy cauteloso”, graficó Eiras.
La situación, en lo que respecta al nivel de encierre, es equivalente a la presente en abril de 2019, cuando una restricción crediticia, producto de tasas de interés “estratosféricas” presentes por entonces en el mercado financiero, impedían el acceso al capital productivo para financiar el negocio.
En 2018 una sequía histórica obligó a encerrar un gran número de vacunos en feedlots, aunque luego de la súper devaluación del peso argentino –que hizo explotar los precios internos del maíz durante ese año–, esa mayor ocupación se transformó en una “trampa”.
La capacidad total de encierre de los 92 establecimientos asociados a la Cámara Argentina de Feedlot es actualmente de 638.620 cabezas bovinas.