Se habrá enojado con el título. Que exabrupto, dirá. Pero es así.
La Mesa de Enlace, que bien o mal representa a los productores primarios de este país (a excepción de los de la llamada agricultura familiar y los de ciertas economías regionales), debió ratificar este domingo el cese de comercialización de granos que había anunciado la semana pasada ante el cierre de las exportaciones de maíz, y que íntimamente no quería llegar a realizar porque a nadie le gusta protestar, y menos en verano con este calor. La protesta comienza este medianoche y termina a la medianoche del miércoles.
Durante toda la semana los ruralistas esperaron un gesto de las autoridades para levantar la protesta, que habían convocado el lunes, como primera y lógica reacción después de que el gobierno dispusiera sorpresivamente el cierre de las ventas externas del cereal más producido en el país, con el argumento de que faltaba. El maíz no falta, y en eso coinciden todos. Hasta el propio Ministerio de Agricultura expuso cifras que dan cuenta de esta situación.
Que faltaba maíz. Ese fue el argumento oficial para volver a entrometerse en los mercados de productos agropecuarios. A los productores se les eriza la piel. Recuerdan las 10 millones de cabezas de ganado que se perdieron entre 2006 y 2009, por cifras multimillonarias, después de que Néstor Kirchner prohibiera las exportaciones de carne y las vacas pasaran a valer menos de un par de zapatos. Recuerdan cuando en 2012 nadie sembró trigo por culpa de los controles de Guillermo Moreno, y entonces un año después casi había que importarlo de Uruguay porque la Argentina había tenido la peor cosecha de su historia. En ese momento sí que no había.
Las entidades de la Mesa de Enlace, frágiles como son, un conjunto inorgánico de voluntades, lanzaron el paro. O mejor dicho un parito, porque ni siquiera incluye el pedido a los productores de no vender hacienda, que es lo que más se nota en el Mercado de Liniers. Esta vez será difícil medir el nivel de adhesión de la protesta, que solo entorpecerá la venta de granos.
Además Coninagro se les abrió, o mejor dicho se abrió el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, que no acompañó la decisión de ir al paro pensando que todavía había alguna alternativa conciliadora. Las cooperativas de base de la entidad piensan otra cosa y en las provincias se han mantenido agrupadas a la frágil representatividad que tienen los productores, sin romper el bloque agropecuario, finalmente el único escudo que tiene el sector. Sucedió en Santa Fe, en Entre Ríos y en Córdoba.
El parito se convocó lejos (con una semana de anticipación) y débil, como ya se dijo sin hacienda y mucho menos con cortes de ruta, como los que predicen los propagandistas del oficialismo para demonizar a los productores. Roberto Navarro o Gustavo Silvestre se han cansado estas horas de anunciar ese fantasma, como si esto fuera el 2008. Pero no será así. Hasta ahora, solo un grupo de autoconvocados, el de la ruta 9 y la 176, a la altura de Armstrong, en el sur de Santa Fe, anunció que habrá control de cargas en ese punto. Pero nada más. No asusten al dope. Salvo que quieran asustarnos.
En el medio, una gestión del ministro Luis Basterra llegó a avanzar tanto que hasta se la anunció en un comunicado oficial: esto sucedió el jueves, luego de que representantes del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) se hicieron cargo de la negociación con el gobierno y presentaran, a pedido del ministro de Agricultura, una alternativa al cierre de las exportaciones. Estaban de acuerdo los que producen maíz, los que lo exportan y los que lo consumen. Si hay maíz suficiente, como dicen todos, solo había que conciliar ciertas cosas para que no se vendiera a precios desmedidos. Eso hicieron los privados.
Pero el viernes no hubo apertura de las exportaciones, que era lo que esperaban los ruralistas para levantar el paro. El sábado tampoco. Y así llegó este domingo al mediodía, con alguno que incluso no sintió vergüenza yendo a misa. Sin novedad del gobierno, sin el llamado de Basterra, las tres entidades de este Mesa de Enlace trunca ratificaron su leve medida de protesta.
Quédese tranquila Doña Rosa, que no quieren dejar a nadie sin alimentos y mucho menos sin polenta, como dicen Sylvestre y Navarro. Solo quieren expresar que no están de acuerdo con que el Estado intervenga de mal modo en los mercados en los que ellos venden sus cosechas. ¿Está bien? ¿Esta mal? Tienen derecho a hacerlo.
El gobierno se dividió, una vez más, frente a esta situación. Unos trataron de resolver las cosas y cuando vieron que no podían hacerlo, simplemente se dedicaron a boludear a los dirigentes rurales con los que habían negociado hasta unas horas antes. Basterra quedó dibujado al óleo. Y debe meditar muy bien, de acá en más, si tiene mucho sentido su presencia en el gabinete. También deberían pensarlo otros ministros que están en contra de que se llegue a este punto de colisión con el agro.
Martín Guzmán a la cabeza. Se cansó de decir que estaba muy contento con la posibilidad de conciliar proyectos de largo plazo con el sector agroindustrial a través del CAA, donde también está contenida la mayor parte de la Mesa de Enlace. Ahora guarda silencio, aunque sabe que esto prácticamente dinamitará las posibilidades de seguir avanzando en este proceso de diálogo.
El propio presidente Alberto Fernández debería revisar, una vez más, la distancia entre lo que dice y lo que finalmente hace. En campaña electoral había dicho hasta el cansancio que ni loco iba a aplicar en su gestión las recetas intervencionistas que ya habían mostrado su fracaso en años anteriores. Va un año de gobierno, y se cierran las exportaciones de un grano básico a la primera estrechez en los mercados. Patético el desmanejo del Estado en este punto. Hace seis meses el gobierno hacía de todo para que los productores vendieran rápido porque necesitaba que se liquiden las divisas. Ahora les impide vender. es esquizofrénico.
Esa es la mitad del gobierno que se dedicó por estas horas a boludear a la Mesa de Enlace, bien o mal finalmente la representación de los productores primarios de un país que depende bastante de ellos. Esa mitad les había prometido intentar una salida negociada y ahora guarda un vergonzante silencio. Patético recargado.
Ahora le toca actuar a la otra mitad de gobierno, a la que tiene por uso y costumbre demonizar a los productores agropecuarios de este país agropecuario. Ya veremos los adjetivos cargados de falsedad y resentimiento: que los chacareros son avaros, destituyentes, que se quejan de todo pero tienen sus 4×4.
Por eso el título de este nota: “Boludeada por medio gobierno y demonizada por la otra mitad, a la Mesa de Enlace no le quedó remedio y ratificó el paro”.
Dice el comunicado firmado por los ruralistas, menos por Iannizzotto de Coninagro: “Los integrantes de la Mesa de Enlace venimos trabajando hace muchos años en los consensos de nuestras entidades pero también supimos respetar las diferencias que pudieran surgir en la toma de decisiones para manifestar el descontento hacia medidas desfavorables para el sector agropecuario.
Es por eso que CRA, FAA y la SRA ratifican el cese de comercialización de todos los granos desde las 00h del lunes 11 de enero hasta las 24h del miércoles 13 de enero del corriente.
Apelamos a la responsabilidad y solidaridad de los productores para que la medida sea una llamado de atención, que se conozca el malestar que existe en el campo producto de una suma de decisiones del Gobierno que se vienen acumulando desde el año pasado y que deterioran el potencial productivo del campo.
El objetivo del cese comercial, no es perjudicar a nadie, ni puede ocasionar desabastecimiento de granos o aumento en los precios. Queremos que se visualice que el cierre de exportaciones del maíz y las otras decisiones desfavorables que afectan la producción del campo argentino, también deterioran el futuro del país”.
Hay que empezar a comprar balas no queda otra