Según datos de la Secretaría de Energía de la Nación, la producción de biodiesel del mes de septiembre fue de 106.2014 toneladas, con una caída interanual del 50% y el volumen más bajo para un mes de septiembre desde el año 2008, cuando recién arrancaba esa actividad al amparo de la Ley de Promoción de los Biocombustibles, sancionada en 2006.
Lo destacó este viernes un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que reconoce que “si bien la producción de biodiesel ha sido altamente volátil en Argentina, sujeta a cambios tanto en la política comercial doméstica (como ser en el corte obligatorio) como externa (especialmente alteraciones en el acceso a los mercados internacionales y competitividad respecto a los combustibles fósiles), resulta claro que este 2020 la crisis del mercado energético le imprimió un duro golpe al sector”.
En el análisis se afirma que por un lado “las medidas de confinamiento, que buscaron contener el avance de la pandemia de COVID-19 significaban en la práctica que el movimiento de personas -y asimismo de muchas mercancías- se desplomase”. Esta situación afectó tanto al negocio petrolero por la ac´pida del consumo de combustibles, pero también al biodiésel, que se utiliza como sustituto o para cortar el gasoil. En el caso de la Argentina, ese corte es del 10%.
El parate de la actividad se sintió con mayor fuerza en abril pasado, cuando “la producción de biodiesel en Argentina fue de apenas 44.0793 toneladas, el volumen mensual más bajo desde enero de 2009”, y menos de la mitad de lo logrado en septiembre.
En el acumulado anual, contando septiembre, la producción total alcanzó 1,1 millones de toneladas, medio millón de toneladas por detrás del acumulado a la misma altura del 2019 y debajo también de los niveles mínimos de la última década.
No solo la producción cayó por la crisis sanitaria. La BCR también expuso una situación económica que no ayudó para nada a los fabricantes de biodiésel, ya que a lo largo del año (y hasta octubre) se mantuvo un valor establecido en 48.533 pesos por tonelada. Así las cosas, “se observa una erosión de la rentabilidad de la industria de biodiesel respecto a la evolución del precio del aceite de soja”, su principal insumo. La brecha entre ambos se redujo un 50% en lo que va del año.
Esta situación de atraso en el precio, que finalmente en octubre se actualizó solo un 10%, provocó el cierre de muchas pymes elaboradoras de biodiésel, según denunciaron las cámaras del sector.