Lucila Lehmann es diputada nacional por Santa Fe por el opositor Juntos por el cambio. Integrante de la Coalición Cívica, su carrera política la construyó al lado de Elisa Carrió, a quien admira y agradece.
“Lilita siempre tuvo una posición muy determinada a favor del sector agropecuario y siempre estuvo a su lado desde aquel 2008. Lo demostró en varias oportunidades. Y una de las cuestiones que a ella más le preocupa es esa frase que siempre dice ´vienen por el campo´. Es una gran preocupación porque es el motor del país y de desarrollo del interior”, declaró Lucila en diálogo con Bichos de Campo.
¿Vienen por el campo?
La Argentina está en medio de una nueva crisis económica y necesita generar dólares. En este contexto, el Gobierno de Alberto Fernández envía señales conciliadoras hacia el sector y se reducen los niveles de confrontación con el agro. Peor tanto Carrió como Lehmann recelan, mantienen una posición de alerta y no bajan la guarda. “Desde que asumió Alberto Fernández, no hubo una sola buena noticia para el sector”, resume la diputada.
Y enumera: “Se aumentaron retenciones, se limitó el acceso a crédito, se estigmatizó al sector discursivamente, diciendo que el productor es avaro, que no paga impuestos, que tiene empleados en negro; castigándolo constantemente”.
Mirá la entrevista completa a Lucila Lehmann:
La diputada, de todos modos, coincide en que “en esta pandemia el mundo va a necesitar muchos alimentos y nosotros podemos hacerlos. Por eso creo que es un momento para apoyar al sector y tener políticas y reglas claras. Esa es la linea que mantenemos y es un pilar sobre el cual trabajaremos siempre, sea cual sea el gobierno de turno”.
-En este escenario, ¿no ves razones para creer en el mensaje conciliador que envía el gobierno?
-No. De ninguna manera. Primero, no está claro cuál es el plan para el sector agropecuario. Te cambian las reglas de juego de modo constante. Un día te dicen que no aumentan las retenciones, y al día siguiente las aumentan.
-¿Y de estos ocho meses de gestinón no rescatás nada?
-No hubo un solo mensaje positivo. Y lo que más me preocupa es que hay una parte del kirchnerismo muy dura, que tiene un prejuicio muy fuerte contra el sector; hablan de grandes terratenientes que ya casi no existen, porque la mayoría son medianos y pequeños productores. Se los enfrenta a la ciudad. Los acusan ahora de los incendios en las islas. ¿A qué productor se le puede ocurrir prender fuego ahora con la sequía que hay, y quemar sus casas, alambrados y animales y dejarles cenizas para que coman? Sin embargo, tenemos una gran parte de la ciudadanía de Rosario, y lo digo como santafesina, enfrentada a los productores, creyendo que son ellos mismos los responsables de estos hechos, cuando son los que mas cuidan los humedales y los que más trabajan brindando sustentabilidad a las islas.
Lehman, que está casada con otro referente de sectores del agro, el diputado provincial bonaerense Lucho Bugallo, es concluyente: “Vemos pocas políticas de apoyo y promoción al agro, y tampoco están claras las políticas internacionales, porque lo primero que hizo este Gobierno, al asumir, fue retirarnos de las negociaciones Mercosur-Unión Europea. Todas cosas que atentan contra una política de desarrollo”, explica.
-¿Y cómo te parás frente a esta nueva ley agroexportadora que busca una porción muy importante del sector? ¿También desconfiás?
-Que se hable de este tipo de políticas en el Congreso me parece algo fundamental. Nosotros siempre vamos a estar abiertos al diálogo, insisto, siempre del lado del productor agropecuario, no del lado de grandes empresas. Es importante que se abra el debate, y que se haga en el Congreso. Eso habla de democracia. Siempre es bueno hablar de políticas agropecuarias, pero yo tengo mucha desconfianza. Y está bueno tenerla, porque detrás de buenas intenciones, el kirchnerismo siempre termina metiendo otra, con un interés personal partidario.
-Te cuesta mucho confiar…
-Me cuesta confiar en ellos porque no hubo una sola vez que haya hecho algo a favor del sector agropecuario. Solo a favor de ellos, cuando se compraron muchos campos. En este momento se está atacando al sector y no le están tirando ninguna línea de oxígeno. De nuestra parte siempre estaremos abiertos al diálogo, pero no hay que estigmatizar, y hay que estar dispuestos a tener un ida y vuelta con el sector.
-Te reconozco que hubo pocos gestos de conciliación, más allá de esta convocatoria al diálogo. Pero este Gobierno fue elegido en las urnas y le quedan tres años de gestión. ¿Es posible una convivencia racional?
-En este momento necesitamos el pleno funcionamiento del Congreso, porque ese es el ámbito de debate, discusión, intercambio y oportunidad. Comisiones que funcionen y convoquen asociaciones y productores. Es la principal herramienta en democracia, la representación del pueblo en el Congreso. Es un momento difícil, pero fueron elegidos en las urnas. Hoy no sé si correrían la misma suerte. Tal vez es parte de un aprendizaje sobre en quién confiamos a la hora de votar, y ahora es momento en que la oposición se ponga firme para no permitir abusos, pero al mismo tiempo debe mostrarse propositiva.
Lehman participará este martes 1 de septiembre, junto al resto de los diputados de Juntos por el Cambio, del intento para volver a realizar sesiones presenciales. “Pretenden renovar el protocolo para sesiones virtuales, sin consenso. Queremos nuestras bancas, sentarnos en el Congreso y debatir como corresponde, porque así como la sociedad los eligió a ellos, también nos eligió a nosotros como oposición. No pondremos palos en la rueda, pero defenderemos al sector agro, que necesita un apoyo especial, que necesita que se le baje la carga impositiva y que se garantice su seguridad, un tema que me preocupa mucho”, sostuvo.
-¿Por qué te preocupa el tema seguridad especialmente?
-Ante la rotura de silobolsas y quema de campos, muchos productores me dijeron que no tienen seguridad, y dicen que si nadie los cuida, ellos se cuidarán solos, y esto es peligroso. Este Gobierno quiere enfrentarnos a toda la sociedad, que la grieta moral pase a ser una grieta entre los que tienen y los que no. Exigiremos que además de presentar cuál es el plan en políticas agroindustriales e internacionales, que nos digan cuál es el plan de seguridad de los productores y ciudadanía en general. Si Argentina no produce alimentos, el mundo no come.
-Más allá del proyecto del consejo agroindustrial, el cual no creo entre este año en la agenda legislativa, veo que vienen más rápido un tratamiento la Ley de Humedales. Hay catarata de proyectos. También se prometió cambiar la tipificación de delitos por rotura de silobolsas. ¿Cómo siguen estos dos temas?
-Empiezo por rotura de silobolsas. Acá no se trata de subir penas si no detenés a nadie. Hubo un solo detenido que casualmente estaba asociado al movimiento Evita. O sea que subir penas no tiene sentido.
-Entonces ¿La prioridad es que las policías provinciales se pongan a controlar y hagan su trabajo? ¿Falta decisión política?
-Exactamente. No hay decisión política más que la discursiva. Yo estuve en las islas, cerca de Rosario, y no hay controles. Cualquiera va, pesca y prende un fuego. No hay controles en ingresos ni egresos, algo que en pandemia sería fácil controlar. Si hubiera decisión política sería fácil encontrar a los responsables. Por eso no me enganché mucho con el proyecto de ley de delito de vandalismo rural. Si sale o no sale, no cambiará la historia.
-Si sale la Ley de Humedales como dicen los proyectos cambiará la historia de mucha gente que está produciendo ahora…
-No me gusta que se hable de ley de humedales con la imagen de los incendios en las islas. No me gusta porque lo están haciendo en un momento en que incluso el viceministro de Medio Ambiente (por Sergio Federovisky) acusó a los productores. Entonces yo creo que una ley de humedales no solucionará hoy el problema de quema de islas. Eso se soluciona si hay una decisión política. Luego, creo que es muy difícil definir cuál es el concepto de humedales, cuando Santa Fe es un gran humedal, igual que Entre Ríos.
– Corrientes es un gran humedal; el 70% de la provincia sería un humedal. O sea que si es muy restrictiva la ley, no se podría hacer nada en ese 70%
-Por eso. Me preocupa mucho y sobre todo que esto se de cuando un viceministro de Medio Ambiente dice que el campo envenena y que las vacas contaminan. Entonces, ¿Cuál será el criterio a usar? Hablan de un semáforo, con un rojo donde no se puede hacer absolutamente nada, un amarillo en donde algunas cosas se podrán hacer, y un verde donde se podrá hacer producción normal, pero ¿Quién definirá esos límites? Tenemos discusiones muy profundas, incluso ideológicas, en estos puntos. Me preocupa que esto sea contraproducente en el sector, y con una cuestión ideológica tan fuerte contra él.
-¿Y cómo determinamos reglas de convivencia? ¿Cómo ayudamos a los productores y destrabamos los caminos que no puede destrabar la política?
-Yo creo que esto tiene que ver con una crisis de institucionalidad y representatividad. Creo que todo funciona por una cuestión de pesos y contrapesos. Por eso es importante insistir en conocer cuál es la política, porque si uno no tiene claro cuál es el camino que un Gobierno quiere para un país, es difícil. Ellos dicen cosas y después hacen lo contrario. Es difícil confiar cuando la palabra se convierte en un simulacro. El confiar en la política que dice lo que hace es un pedido de la sociedad que cada vez se oye más fuerte, y eso es lo que tenemos que exigir: la gente lo hace en las calles y nosotros en el Congreso. Se hace oír esta sociedad que quiere que se respeten las instituciones.