“Al principio pensamos que tendríamos un año durísimo, pero tenemos que ser unos agradecidos a la vida de que pudimos volver a trabajar mucho antes que otros”, dice Néstor Cestari, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma). Agradecido, así se muestra el industrial por el hecho de que las fábricas y talleres diseminados por toda la región pampeana estuvieron poco tiempo cerrados al comienzo de la cuarentena, pero luego pudieron reabrir,
Cestari explicó a Bichos de Campo por qué prefiere esa posición más que la de la queja: siente que los fabricantes de maquinaria, en su caso desde Colón, en el norte de Buenos Aires, son parte de un entramado social invalorable. “Veo muchos negocios que no se pueden mantener, que están cerrados hace 140 días. Y entonces, antes de quejarse de algo, hay que ver que hay otros que están mucho peor que vos. Tenemos que ser un poquito más solidarios”, reflexionó.
Mirá la entrevista a Néstor Cestari:
Cestari enfatizó que el de la maquinaria agrícola es un sector enclavado en el interior del país en un 99%, y observó que para cualquier empresario resulta difícil mantener distancia y frialdad al respecto de sus empleados y colaboradores. “Esto hace que tengas un compromiso mayor con tu sociedad y con tu gente, en comparación a la que se suele tener en los grandes centros, donde la gente pasa a ser un número”, ejemplificó.
El presidente de Cafma, titular de la empresa familiar Industrias Cestari, especializada en tolvas autodescargables, remarcó el compromiso que le genera el poder emplear gente en su propia localidad. “Si en estas épocas difíciles no tenés el arraigo y la felicidad de lo que hacés, es difícil pasarla. Nosotros, que somos empresas chicas, traccionamos lo que hacemos con mucha pasión”, dijo.
“Así llegamos a exportar, y además fijate que la industria de la maquinaria es de las que menos gente ha suspendido. Es que es fulero suspender al tipo que vive a la vuelta de tu casa, al que ves todos los días y con quien jugabas al fútbol”, agregó Néstor.
Acerca de los lugares comunes en los que se suele caer al hablar de la industria, Cestari comentó que “a veces a la industria se la tilda de prebendaria de los Gobiernos de turno. Ya me lo han dicho algunos que tienen mucho escritorio y poca calle. Pero nosotros no somos eso, porque estamos en el día a día poniendo la cara con nuestra sociedad, y no podemos andar haciendo cosas que no sepa la sociedad. Cada uno sabe cómo puede hacerlas. Nosotros tenemos un compromiso muy afianzado”.
“La mayoría de esas empresas de maquinaria son familiares y puestas en el interior del país. Eso te genera otro compromiso, venís con un mandato de lo que se debe y no se debe, y así vas manteniendo lo que de alguna manera nuestros padres nos enseñaron, y eran los valores y no todo era el negocio en sí. Tu capital era tu persona, no lo que tenías”, resaltó, que ya está trabajando junto a sus hijos, como él hizo alguna vez con Don Nino, su padre.
En un repaso por su historia, Cestari comentó que la fábrica arrancó con su abuelo y siguió con su padre, hasta llegar a él y ahora tener a 4 de sus hijos laburando allí. “Ya verán ellos si se quedarán o si seguirán. Pero no quiero que se queden porque papá les dejó esto. Si tus hijos no gustan de esa actividad o no tienen esa pasión, no pueden seguir ahí”, opinó.
-¿Qué necesita la maquinaria agrícola para seguir teniendo ese anclaje con sus localidades como describís?
-Creo que como sector nos debemos una ley de maquinaria agrícola, primero, para distinguir qué es producto nacional de aquello que no lo es. En los ´70 todas las multinacionales se habían ido del país; regresaron en los ´80 para ensamblar, y en el 2012 se les dio las mismas ventajas que les da Brasil a sus clientes. Se les dio la ventaja de que cobren un bono de bienes de capital, o que accedan a créditos. (las ayudas oficiales) se las terminan llevando las importadas, porque como las consideran nacionales, no hay un ente regulador que defina nada. Por eso queremos un ente regulador que defina qué es nacional de lo que no. Ojo, con esto no queremos prohibir a nadie, ni estamos en contra de las multinacionales, pero sí estamos a favor de que se las diferencie.
-¿Y qué propondrían en ese proyecto?
-Acá históricamente se han chamuyado proyectos. Yo sé que esto le va a pegar a algunos o se pondrán mal, pero nosotros para ir a Brasil, necesitamos integrar un 60% en ese país, comprando componentes brasileros para la maquina, y un 40% importado que podría ir de acá. Si tomáramos un sistema espejo, haciendo el mismo tratamiento con ellos cuando vienen que el que nos dan a nosotros cuando vamos, estaríamos más cerca.
Esa es una opción, pero hay que tener políticas a largo plazo, más allá de los gobiernos, porque planificar exportaciones no es sólo salir del país; hay que sostener eso, con soporte y permanencia. Está Cancillería empujándonos para abrir mercados, ayudándonos con agregados comerciales de distintas embajadas. A pesar de considerarme un ateo político, siento que tenemos que salir de la queja y entrar en la acción.
-Cafma se acaba de adherir al proyecto del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) que busca una ley agroexportadora. ¿Por qué se tomó esa decisión?
-Nosotros tenemos una estructura vertical de donde salen la Unión Industrial Argentina (UIA) y ADIMRA ((Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina), dentro de la cual está Cafma. Nosotros somos una cámara de ADIMRA, que vendría a ser todo lo metalmecánico. Ahora, la UIA, con la cual se nos compara, y no me pone orgulloso para nada, representa a muchos sectores que no tienen nada que ver con lo nuestro. ADIMRA al menos tiene que ver con lo nuestro en lo que es el trabajo metal mecánico. La UIA es un poco de todo, por eso no siento tanta afinidad, porque no me siento perteneciente a eso.
En cuanto al CAA, que se está formando, es toda la cadena agroalimentaria. Ahí sí pertenecemos, porque todos nuestros productos, tractores, sembradoras, pulverizadoras, embolsadoras, acoplados, todo va a ese sector. Seguramente me lo recriminen mis pares de la cámara, pero yo me siento más identificado con este Consejo que con la UIA. Es así de simple.
-Si se va a discutir una ley que promueva las exportaciones, necesariamente promovés la producción, y con eso la venta de maquinaria.
-Estamos muy ligados. Y dentro de esto yo también defiendo al sector de los contratistas rurales, porque prestan su servicio al sector agropecuario, y están como de trastienda, como no considerados.
-Son la mano de obra del campo y levantan el 80% de la cosecha. Sin embargo, es cierto que de ellos casi no hablamos
-Exacto. Y yo siempre los traigo a tema, porque son clientes nuestros, porque quizás no tienen un pedazo de campo, pero tienen una inversión enorme en equipos, y a la hora de buscar un crédito, al no tener quizás un inmueble, no se lo dan. Ni hablar cuando van a prestar servicio de transporte, y se los trata como delincuentes. Hay muchas cosas para trabajar que no son de este Gobierno ni del anterior, sino que son históricas.
-Y son discusiones eternas que se van postergando a través de los Gobiernos, más allá de su signo
-No sé si en esto de la conformación del CAA haya egocentrismo en algún sector, pero si realmente todos fuéramos generosos, podríamos proponer a los gobiernos, tratando de ser parte. Si vas a querer imponer algo, no lo conseguís. Hay que ir con propuestas de trabajo, acerca de cosas que se necesiten, y destrabar el mito de que no se puede, desde Campo-Ciudad o desde Gobierno-Industria. Es hora de interrelacionarnos bien.
Competimos con Europa, que nos pasa por arriba, y con Brasil, que es cinco veces más que nosotros. Entonces tenemos que buscar nuestra ventaja o fortaleza; sabiendo que no tenemos todo el crédito del mundo o que no somos los más grandes del mundo. Tenemos la ventaja de ofrecer el face to face, y el combo agronómico, por ejemplo, vender una sembradora con el paquete de la siembra directa. Se nos fue un tipo fundamental que fue Mario Bragachini, y que le abrió muchas puertas a la maquinaria argentina. Tenemos que ser ser serios con esas políticas de largo plazo, y no entrar y luego desaparecer.
-Me gustó el tono emotivo que le ponés cuando hablas de las necesidades del sector, modificando nuestras formas de pensar y de quejarnos
-Las personas en las instituciones estamos de turno. Hoy estoy yo y mañana estará otro. Cuando vos querés ser más importante que las instituciones algo anda mal. Se trata de ser consecuente y generoso. Si a vos te va bien y a los demás les va mal, algo no funciona. Tenemos que articular el modo de que nos vaya bien a todos.