“Una vez más los productores agropecuarios de todo el país, nos vemos empujados a tomar medidas en defensa de la condición más dignificante del alma y del Hombre como tal, nuestro trabajo. Pasan los tiempos, cambian los actores, las situaciones, la dialéctica (si era soberanía, seguridad alimentaria o solidaridad); pero la respuesta de los gobernantes sigue siendo la misma, frente a su incapacidad de solucionar los temas estructurales, y se repite en nuestra historia como si obedeciese a leyes naturales. Retenciones, derechos de exportación, en definitiva, más impuestos”.
Así comienza el comunicado de prensa con el que CRA (Confederaciones Rurales Argentinas) recibió la oficialización de la suba de las retenciones de la soja, que ya en diciembre habían aumentado de 25 a 30% y ahora lo hizo a 33%. Ocho puntos.
Pero lo más curioso es como termina el mismi escrito de prensa. “Señores, si las medidas tomadas son empujadas por un espíritu recaudatorio tengan en cuenta que es un juego de suma cero en el corto plazo. Si son empujadas por un espíritu ideológico entonces…Nos veremos en las rutas”.
La alusión a las rutas remite necesariamente al conflicto de 2008, cuando la actual vicepresidente Cristina Kirchner intentó llevar las retenciones a la soja a más del 40% y subiendo. Peor en aquel momento la soja cotizaba en los mercados internacionales por arriba de los 500 dólares por tonelada y ahora lo hace cerca de 320 dólares. El impacto sobre las cuentas del productor es bastante más afilado.
“En el 2008 el interior productivo de la Argentina dijo ‘Basta’, frente a los derechos de exportación móviles (Retenciones) que planteaban en ese momento una alícuota del 41%. Para igualar lo que el productor agrícola va a recibir en mano por su tonelada de soja hoy 12 años después, fruto de la combinación de un derecho de exportación de 33% y un tipo de cambio desacoplado del real, las retenciones del 2008 hubieran necesitado llegar al 66,7%. Esto marca a las claras la frágil situación a la que se expone al sector más productivo, más competitivo, más federal y que genera empleo genuino en Argentina”, explicó CRA en su comunicado.
CRA, con este comunicado, anticipa su decisión de realizar en breve una medida de protesta, tal como se lo han reclamado ya varias de sus confederaciones, como Carbap o Cartez. Se especula que será un paro agropecuario durante el cual no se venderán granos y hacienda durante toda una semana, posiblemente la que viene. Si todavía no se confirmó nada es por una negociación con el resto de las entidades de la Mesa de Enlace, para ver si acompañan la medida.
En su parte, los ruralistas también criticaron “recetas como la segmentación anunciada, de difícil aplicación en tiempo y forma para lograr eficientemente su objetivo (porque entre otras cosas no toma en cuenta algo primordial como la distancia a los puertos); que generan un dudoso sistema de transparencia, por su debilidad a la discrecionalidad y los “Peajes” (Todavía tenemos fresco el recuerdo de la ONCCA y Etchegaray)”.
“Esto solo generará una menor producción que veremos reflejada en la próxima campaña con una disminución de la intensión de siembra y una clara reducción en el paquete tecnológico a invertir, fruto del menor resultado económico disminuyendo los recursos disponibles para afrontar la misma”, adviritó CRA.
Y luego se despidió avisando que, de ser necesario, “nos veremos en las rutas”.
CRA FALTA A LA VERDAD CUANDO DICE: “recetas como la segmentación anunciada, de difícil aplicación en tiempo y forma para lograr eficientemente su objetivo”.
Las segmentación ya fué aplicada en el año 2015, por la cual más de 57000 pequeños y medianos productores recibieron el importe correspondiente en su CBU según la normativa establecida, de fácil implementación y efectivo cobro.