Recostada sobre el río Uruguay, en el norte de Entre Ríos, Concordia es la primera ciudad del país en la que se implementó el plan Argentina Contra el Hambre (PACH), que es impulsado por el gobierno nacional para promover el acceso de la población más vulnerable a una canasta básica de alimentos. Organizados por el ProHuerta, grupos de agricultores familiares, pescadores artesanales y hasta militantes sociales del MTE de Juan Grabois están mostrando en esa ciudad que es posible cubrir parte de demanda con alimentos provenientes de la denominada economía social.
En Concordia, como experiencia piloto antes de nacionalizar la experiencia, ya se entregaron 7.000 tarjetas entre beneficiarios del PACH, que desde el viernes pasado -a través de ferias populares- pueden también adquirir esta canasta de productos de la agricultura familiar, según contó a Bichos de Campo Dariela Carlini, agente del programa ProHuerta en esa localidad.
“Cuando se lanzó el Plan, empezamos a pensar cómo fortalecer a los trabajadores de la economía popular, que son productores de alimentos. Ya se distribuyeron 7.000 tarjetas y además empezamos una prueba piloto para implementar a su vez una Canasta llamada Alimentar de la Economía Popular, la cual podrá ser adquirida con importantes beneficios para aquellas familias que cuenten con la Tarjeta Alimentar”, relató Dariela (sí, es con r y no con n).
“Empezamos con unas 100 canastas que contienen pescados, hortalizas, leche, huevos y frutas de la zona. Hicimos gestiones en el Banco Nación para que los trabajadores de la economía popular accedan a una Posnet (para poder cobrar la canasta). Cabe aclarar que todos están registrados en el Monotributo Social. Y lo que queremos es que el dinero se quede en Concordia”, añadió la trabajadora del ProHuerta, un programa coordinado desde los años 90 entre Ministerio de Desarrollo Social y el INTA.
“Con esta prueba piloto de la canasta, logramos que el dinero quede en los productores de la ciudad y logramos el desarrollo de la misma”, enfatizó Carlini,
Escuchá el reportaje completo realizado a Dariela Carlini:
Las ventas de la canasta de pequeños productores y pescadores artesanales comenzó el viernes y continuó el sábado, en dos ferias populares. “Con 60 canastas vendidas en una feria, se lograron facturar en sólo 4 horas unos 100 mil pesos, dinero que quedará circulando entre los trabajadores de la economía popular de Concordia”, se entusiasmó Dariela.
La agente de ProHuerta contó que “este esquema seguirá repitiéndose en otros barrios. No queremos que el dinero se vaya a las grandes cadenas, porque eso no nos genera desarrollo. Nosotros queremos fortalecer ferias del productor al consumidor. Y para eso necesitamos políticas públicas que nos apoyen, articulando con movimientos sociales que nos garanticen productores comprometidos con estas causas”.
Entre los temas pendientes de este sector de la economía citó: “Necesitamos recuperar el Monotributo Social Agropecuario“, que fuera eliminado por el gobierno de Mauricio Macri.
–¿Cómo fue que reaccionaron tan rápido en Concordia para armar esta canasta?
-Hace 10 años que venimos trabajando en una mesa de gestión. Tenemos huertas, horticultores y cooperativas recuperadas. Todos estos grupos vienen de un proceso de apoyo del Programa ProHuerta con proyectos especiales. Por ejemplo, en el caso de los productores hortícolas, existe un proyecto que se aprobó en 2019 por 1 millón de pesos, que contempla un invernáculo para cada horticultor, y una cámara de frío para acopio. Todas estas cuestiones que se fortalecieron con el programa a lo largo de los años, nos permitió pensar en una estrategia conjunta con los productores, articulando a su vez con los movimientos sociales, porque acá creemos que esos movimientos también son parte de la producción.
Cuando Carlini se refirió a las organizaciones sociales, habló puntualmente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE Rama Rural), que a nivel nacional lidera Juan Grabois, y tiene despliegue en varias comunidades hortícolas y economías regionales. Lautaro Leveratto, coordinador de la Rama Rural) de ese movimiento, celebró el lanzamiento de esta canasta de la economía popular.
La organización compartió el siguiente video en las redes sociales:
“Acá articulamos mucho con estos movimientos porque trabajamos con pescadores, horticultores y feriantes, y gracias a eso pudimos pensar en una canasta y en cómo garantizar el derecho a la alimentación sana para todos aquellos que están recibiendo la tarjeta alimentaria”, contó a Bichos de Campo la promotora del Estado.
Ver: Los productos “agroecológicos” pudieron hacerse un lugarcito en el Plan Argentina contra el Hambre
Según la integrante del Pro Huerta de Concordia, con este operativo “logramos que el 52% de la población que está por debajo de la línea de pobreza acceda a una canasta nutritiva que dignifique la mesa de todas las personas”.
“Pero no nos centraremos sólo en la tarjeta alimentaria, sino también en los salarios sociales complementarios y jubilaciones mínimas, y a pesar de que hoy comenzamos con el reparto de unas 100 canastas, nuestro objetivo es abastecer el 15% de todas las tarjetas alimentarias que se entregaron en Concordia, lo que significa entregar de 1.000 a 1.500 canastas para fin de año. Y además, queremos fortalecer a los productores y demás actores abastecedores, para que provean con sus productos durante todo el año”.
Carlini soñó en grande al ser consultada sobre cómo imaginaba la prospectiva de este programa y del reparto de la canasta alimentaria que lanzaron como piloto. “Me imagino esto replicado en todo el país. Hace años que trabajamos en seguridad alimentaria, y a través de proyectos especiales fomentamos a las organizaciones de productores, a la agroecología y a cadenas cortas de comercialización, del consumidor al productor”, se ilusionó.