La Red de Malezas Resistentes (REM) de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) relevó por primera vez en 2017 la superficie afectada a nivel nacional por malezas resistentes y tolerantes a los herbicidas, el nuevo y gran problema que enfrenta la agricultura extensiva en la Argentina. En aquella oportunidad se decidió que a la Rama negra (Conyza spp.) mejor se la sacaba de discusión, pues como Maradona -o como Dios , que está en todos lados-, su presencia estaba en casi total la superficie agrícola. Es decir sobre casi 30 millones de hectáreas.
Quedaron en competencia entonces el Yuyo colorado (Amaranthus spp.), la Pata de gallina (Eleusine indica), el Capín (Echinochloa colona), el Sorgo de Alepo (Sorhum halepense), el Raigras (Lolium spp.), todas ellas resistentes a glifosato, y las Chlorideas tolerantes al mismo herbicida.
Recientemente, según un informe de AAPRESID, se volvieron a relevar 29 millones de hectáreas, que representa casi la totalidad de la superficie con cultivos extensivos a nivel nacional. Hubo ascensos, lo que marca la gravedad del problema. A las malezas que participaron del primer campeonato se sumaron los Nabos resistentes a glifosato (Brasica rapa e Hirschfeldia incada), que han ganado importancia en estos últimos años.
Dice el reporte casi deportivo que si Rama Negra es como Maradona, astro incuestionable del fútbol argentino, el Yuyo colorado vendría a ser como Messi, pues su presencia se detectó sobre 20,5 millones de hectáreas afectadas, habiendo crecido 7 millones de hectáreas en estos últimos dos años.
En este ránking poco deportivo, y poco divertido (porque la presencia de malezas resistentes implica un costo bastante mayor de producción para los productores), siguen:
- La Pata de gallina pasó al segundo lugar, con 9 millones de hectáreas y un crecimiento en este período de 4 millones de hectáreas.
- Casi con la misma superficie se ubican las Chlorideas, pero su crecimiento fue menor, de 1 millón de hectáreas.
- Al Capín se lo encuentra en algo más de 8 millones de hectáreas y creció 3,7 millones de hectáreas desde la última medición de 2017.
- El Sorgo de Alepo alcanza las 6,5 millones de hectáreas y creció 1,5 millones.
- El Raigrás está presente en 4 millones de hectáreas, 2 millones de las cuales se registraron en este período corto de tiempo.
- Los ascendidos Nabos cubren un millón de hectáreas, siendo esta su primera medición.
Dice el REM que en términos absolutos el Yuyo colorado es la maleza de mayor crecimiento, pero porcentualmente las que más crecieron fueron el Raigrás, con un 100% de aumento, seguido de Pata de gallina y Capín, con más del 80% de crecimiento cada una.
Respecto a la distribución de estas malezas resistentes, entre Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe concentran el 75% de la superficie con Yuyo colorado, unas 16 millones de hectáreas. Algo similar sucede con la distribución de Pata de gallina.
Para Capín, a diferencia, Entre Ríos toma relevancia con el 20% de la superficie de esta maleza. Para Sorgo de Alepo, Córdoba concentra casi el 50% de la superficie afectada, ubicándose Santa Fe en segundo lugar con el 22%. Algo similar ocurre para Raigrás, siendo en este caso Buenos Aires la que concentra el 70% de la superficie, seguida por Entre Ríos y Santa Fe, con un 15% cada una. Buenos Aires también concentra la totalidad de la superficie con Nabos resistentes. Para Chlorideas, la situación es diferente, donde Córdoba y Santa Fe presentan la mayor parte de la superficie afectada, pero también es significativa en las provincias del NEA y NOA.
Más allá de las zonas donde ya se veía una fuerte presencia de determinadas malezas hace dos años, se pueden identificar zonas de fuerte crecimiento en este último tiempo. Tal es el caso de Buenos Aires, donde se da el mayor crecimiento de Yuyo colorado, pero también de Raigrás, Pata de gallina y Chlorideas. Para Sorgo de Alepo, el mayor crecimiento se dio en Córdoba y Santa Fe. En Capín la situación es diferente y creció marcadamente en Buenos Aires, pero también en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
“Toda esta información detallada no hace más que confirmar que las malezas resistentes y tolerantes ya son parte de nuestros sistemas productivos extensivos, que debemos aprender a convivir y hacer todos los esfuerzos posibles, a través de un manejo racional, para retrasar la aparición de nuevas resistencias”, razonaron los expertos de AAPRESID.
¡Y que viva el fútbol!