La siguiente nota de opinión fue escrita por Esteban Motta, un joven chacarero santafesino que fue ex Secretario de Juventud de Federación Agraria Argentina (FAA) y ex secretario de la Federación de Cooperativas Federadas (FECOFE). Además fue candidato por el Espacio Progresista de su provincia en las últimas elecciones. El dirigente critica fuerte la representatividad de las entidades que conforman la Mesa de Enlace y dice que “el campo” no tiene filiación partidaria:
Son épocas de grietas. La Argentina necesita hoy superar la grieta entre el campo y la ciudad, y por sobre todas las cosas necesita un pacto de La Moncloa para el Desarrollo Agropecuario de nuestro país en los próximos 20 años.
El problema que tenemos los productores, ya seamos pequeños, medianos o grandes, es que la representación gremial de nuestro sector no se encuentra a la altura, y no está en condiciones de firmar ningún pacto.
La Mesa de Enlace de Entidades Agropecuarias no tiene un programa de desarrollo agrario para nuestro país. Hoy no son más que estructuras anacrónicas, vetustas y oxidadas que no representan el sentir -y mucho menos los intereses- de los productores. Necesitamos una nueva generación que encabece este pacto para el desarrollo agropecuario, una nueva generación que deje de ver solo la coyuntura y podamos mirar el futuro.
Tuvimos una dirigencia que desaprovechó la oportunidad histórica de discutir políticas de largo plazo. El individualismo y el ego pudieron más, y lo único que se logró desde el 2008 para acá es un puñado de legisladores que han mejorado su situación patrimonial pero poco han hecho por los productores.
La imprevisibilidad, la falta de claridad y proyección ha sido una constante de todos los gobiernos (incluido el de Mauricio Macri) desde el retorno de la democracia para acá. El único dato constante tiene que ver con el proceso de desaparición de explotaciones agropecuarias entre los distintos Censos Nacionales Agropecuarios (más de 180.000 entre 1988 y 2018).
Hoy, después del resultado de las PASO, he visto más pseudo-dirigentes intentando anunciar un futuro trágico que dirigentes que pongan propuestas sobre la mesa.
El “campo” es mucho más que índices, o números. El “campo” es gente, personas que trabajan y sostienen al sector de producción primaria más eficiente del mundo. Pero necesitamos que ese “campo”, altamente eficiente en materia productiva, alcance la eficiencia ambiental y la eficiencia social, hoy ausentes o relegadas. Y esto solo será posible con un Estado que apoye y reconozca este rol fundamental que tenemos en la economía de nuestro país.
Ese “campo”, como sector más dinámico de nuestra economía y con una altísima capacidad de atraer divisas a nuestro país, también es un “campo” de “mercado Interno”. Necesitamos lograr el equilibrio que permita conquistar la mayor amplitud de mercados internacionales, y a su vez garantizar la soberanía alimentaria. El “mercado Interno” es el lugar de preponderancia para el desarrollo de la “agricultura familiar” y el “cooperativismo”, que debe dejar de ser vista como una agricultura marginal y transformarse en un actor fundamental para el desarrollo nacional.
Esa “agricultura familiar” es fundamental para pensar un país que rompa con el desquicio de la concentración poblacional, y para empezar a revertir la migración hacia las grandes urbes.
Necesitamos pensar un país y un sector agroalimentario con soberanía tecnológica. Hoy los productores somos esclavos de grandes corporaciones multinacionales. Necesitamos alianzas público-privadas que recuperen el rol del INTA y el trabajo conjunto con sectores privados, poniendo la mirada en el presente y en el futuro.
Soy parte de una generación que necesita suturar la grieta surgida en el 2008, y que el “campo”, de una vez por todas, se siente a discutir políticas reales para el desarrollo de nuestro país, que deje el oportunismo de lado, para empezar a construir oportunidades para nuestros productores. Las oportunidades las construiremos en conjunto con el Estado, como políticas de largo plazo. Necesitamos que se deje la demagogia dirigencial de quienes dicen representarnos, para acordar un Pacto que incluya a todos los actores políticos que reconocen nuestro rol fundamental y poner nuestra parte de compromiso para sacar a este país adelante.
El “campo” no tiene bandera política partidaria. Tiene la necesidad de ser el motor fundamental de nuestra economía y nuestro desarrollo. Quien quiera poner en marcha un plan productivo a 20 años que cuente conmigo, y con muchos más que lo que queremos es ser actores fundamentales de una sociedad que necesita salir de la crisis permanente.
Esteban motta muy jnteresante tus palabras