En los primeros tres meses del ciclo comercial de la soja estadounidense 2025/26 –septiembre a noviembre de este año– China no adquirió una sola tonelada de poroto de ese origen porque se abasteció casi exclusivamente de las naciones del Mercosur.
Acaban de salir los datos oficiales de la Aduana china relativos a importaciones registradas en noviembre pasado, donde puede observarse que la nación asiática adquirió un volumen récord de 5,83 millones de toneladas originadas en Brasil, Argentina y Uruguay.
Si bien el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) viene informando hace varias semanas sobre compromisos de compra de soja estadounidense por parte de China, recién se estarían concretando en el presente mes de diciembre.
Incluso este lunes el USDA indicó que exportadores estadounidenses registraron embarques de soja 2025/26 con destino a China por 330.000 toneladas, además de otras 66.000 toneladas ¡de soja 2026/27! (algo que parece hasta una broma).
La estimación de oferta exportable de soja 2025/26 por parte de EE.UU., según el USDA, es de 44,5 millones de toneladas, una cifra que luce difícil de lograr si no se reactivan las exportaciones con destino a china.
Los exportadores de EE.UU., junto con las entidades agroindustriales y las agencias estatales, están realizando un esfuerzo enorme para incrementar las colocaciones de soja en diferentes mercados de todos los continentes. Pero sin la presencia de China eso no alcanza para normalizar la situación.
Las tensiones entre ambas potencias están lejos de haber finalizado. Este lunes el gobierno china condenó “la incautación arbitraria de un petrolero por parte de EE.UU. frente a las costas de Venezuela” y afirmo que “la medida constituye una grave violación del derecho internacional”.
El comunicado oficial se hizo en referencia al hecho de que la Guardia Costera estadounidense interceptó el fin de semana pasado un petrolero frente a las costas de Venezuela en aguas internacionales.
“China siempre se opone a las sanciones ilegales y unilaterales que carecen de fundamento en el derecho internacional y no cuentan con la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, señaló el gobierno chino.






