“Yo creo que sí hay más conciencia de los productores sobre las buenas prácticas porque, por otro lado, el clima y los mercados obligan a repensar el sistema productivo. Muchas veces los cambios no requieren grandes inversiones y ahí tenemos una oportunidad, si ven que cambiando ciertos manejos pueden tener un impacto en lo que hacen”, contó Nieves Pascuzzi, licenciada en economía, que desde 2022 es la coordinadora técnica de la Red de Buenas Prácticas Agropecuarias, durante un capítulo reciente de El podcast de tu vida.
Nieves se crió en una familia de médicos que llevaron adelante una vida citadina en 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires. De chica recuerda andar en la calle, hacer deporte (mucho y variado, pero con un amor a primera vista, el hockey, que practica hasta la actualidad) e ir a campos de amigas con familia de tamberos o veterinarios. Allí, probablemente, se sembró la semilla rural en esa chica de ciudad.

En algún momento de su vida, ya recibida de economista y por casualidad, entró en Sociedad Rural Argentina, donde estuvo 9 años. Desde entonces nunca más se apartó de la senda agropecuaria en varias facetas. Como asesora privada también tuvo una experiencia en el Ministerio de Agroindustria, entre 2015 y 2017, cuando Ricardo Buryaile desembarcó en esa cartera.
Está en pareja y tiene un hijo de tres años. De las cosas que más disfruta de su vida diaria, dice, son los vínculos y los desafíos del trabajo en equipo, interdisciplinario e interinstitucional. Pasen y lean…
-Contame de tu infancia. ¿Dónde fue? ¿Cómo estaba conformada tu familia?
-Soy de 25 de Mayo, Buenos Aires. Me crié en la ciudad. Mis padres son médicos. Siempre vinculada al campo por amistades, padres de mis amigas tamberos o veterinarios. La familia en ese momento eran mis padres, mi hermano, mis abuelos y mi tía. Recuerdo hacer deporte, andar en la calle. Esa era mi vida.

-Llegó el momento de estudiar, ¿por qué elegiste economía? ¿Qué te imaginabas haciendo?
-En realidad, siempre me gustó bastante la política. En mi casa se hablaba bastante de política. Y siempre veía los informes económicos, el PBI, la inflación, y de todas las alternativas que tenía, contador público no me gustaba, administración de empresas tampoco, y elegí economía.
-¿Había una carrera outsider de ese camino vinculado a los números? ¿Tenías un plan b?
-Hice un pre ocupacional y me dio idiomas, y después algo vinculado a la naturaleza, agronomía, pero yo sabía que no. Química, física, no iban conmigo.
-¿Te cambió durante la carrera lo que pensabas que ibas a hacer a lo que terminaste haciendo?
-No, estaba bastante bien orientada en la economía. Por ahí sí tenía una parte muy teórica, pero a mí me gusta más el terreno, ver cómo funcionan las cosas. Lo mismo cuando trabajaba en el Ministerio, de cuando uno toma medidas, implementa normativas, y esperas que funcione de una manera pero termina siendo de otra. Y hoy me gusta ir al campo, estar con los productores. Cuando hice el postgrado en agronegocios, sentí que esto era lo que me gustaba.

-¿Y cómo llegan los agronegocios a tu vida? ¿Casualidad o causalidad?
-En 2005 entré a Sociedad Rural Argentina y fue una casualidad. Yo había trabajado en una empresa que era de compra y venta de acciones y no me había gustado. Y entré a Rural para trabajar en relaciones institucionales para la Exposición. Nada que ver. Y justo estaban buscando un economista junior. Me postulé y ahí entré. Ni bien entré me dijeron que estaban haciendo un plan ganadero, que me ponga a estudiar el tema y empecé a aprender. Ahí arranqué. Y después yo quería aprender más, entonces surgió lo de hacer un post grado en agronegocios, que me gustó porque tenía una parte teórica y una parte práctica. Íbamos a silos, acopios, frigoríficos, y era ver cómo funcionaba el negocio.
-Después entre 2015 y 2017 estuviste en el ministerio de Agroindustria, ¿Qué cosas te sorprendieron de lo público?
-Yo había trabajado con Ricardo Buryaile como legislador y cuando llegó al Ministerio me llevó para trabajar en su equipo. Y me sorprendí para bien por profesionales del Ministerio, gente muy capaz, muy sólidos. Obviamente, tiene sus tiempos, aprendí de eso, también a armar equipos y cómo hacer que las cosas avancen. Como economista, estar haciendo política pública me pareció espectacular.

-¿Por dónde creés que pasa eso de la representatividad del sector agropecuario, del campo en la sociedad, en la política?
-Primero creo que tenemos que hacer foco en cómo nos comunicamos, cómo contamos lo que hacemos. Cuando uno habla de buenas prácticas, hay que darlas a conocer. A veces nos quedamos con lo que nos dicen que no hacemos y ya. Hay que contar muchas de las cosas buenas que sí se hacen. Y ese contar implica comunicarlo a través de la educación, en la parte legislativa y también en la ejecutiva, que es la que termina haciendo los cambios grandes.
-Hoy estas en la coordinación técnica de la Red BPA, de Buenas Prácticas Agropecuarias, ¿Qué cuestiones te ocupan? ¿Qué te entusiasma?
-Desde la red, trabajamos mucho en la implementación de buenas prácticas que básicamente es hacer bien lo que hacemos. Implementar sistemas que sean amigables con el ambiente, que cuiden la salud de la gente que está en el campo y en las comunidades. Que cada vez más productores implementes este sistema. Y no sólo por el resto, sino también porque las cuestiones climáticas en el futuro van a tener más incidencia en lo productivo entonces tenemos que estar preparados para eso. Y los mercados te exigen estas cosas. Entonces hay que estar preparados. Nosotros trabajamos fuerte para llegar a los productores y que entiendan que todo el proceso se puede hacer con buenas prácticas.

-¿Hay más conciencia por parte de los productores de todo esto?
-Yo creo que sí, hay más conciencia, porque también las cuestiones climáticas obligan a que tengas que repensar el sistema productivo y también hay una exigencia para vender en ciertos mercados. Que te piden todo esto. No es fácil pero muchas veces no son cuestiones económicas, son sólo de manejo, me parece que ahí tenemos una oportunidad, y que vean que con ciertos manejos, sobre todo en producción de carne, de leche, mejoran la producción y a su vez hacen un uso más eficiente de los recursos. El desafío es que ellos vean que lo que transmitimos realmente va a generar un impacto a lo que hacen.
-Ahora están trabajando fuerte con el proyecto de ley de fitosanitarios.
-Si, para nosotros es sumamente importante porque es una respuesta ante algún vacío o una heterogeneidad a la que se enfrentan los productores. Que involucra a la producción, el ambiente, la salud, y que pueden ser compatibles y es algo que necesita el sector agropecuario y que los productores se puedan sentir seguros para producir y no que estén preocupados por cuestiones que los pueden afectar.

-¿Qué es lo que más te gusta de lo que hacés hoy?
-Lo que más me gusta y me genera un desafío es esto de generar herramientas, acciones, para implementar las buenas prácticas. Es un gran desafío que tiene la red y yo como coordinadora técnica. Y también el trabajo en red. Que los actores se sientan parte, que quieran aportar. Todas las instituciones que formar parte de la red hacen su aporte. Que le vean el valor a la red.
Llegamos al pin-pong y la primer pregunta, nuestra pregunta animal, es si ¿Tenés o tuviste mascotas y qué vínculo tenés con ellos?
-Tuve y tengo. Siempre desde chica hubo animales en casa. Perros generalmente, hubo un conejo en algún momento. Ahora tengo un perro, Rocky, y un gato, Felipe. El perro es un labrador color crema. Y es parte de la familia. Es uno más. Y el gato también pero es más independiente, él forma parte de la familia, pero es muy libre. Lo dejamos que sea. Siempre vuelve… asique se debe sentir parte (se ríe).

-¿Tenés alguna actividad que te despeje la cabeza?
-Si, el deporte. Correr o jugar al hockey. Esos son mis mayores despejes.
-Alguna vez jugaste al tenis, al básquet, al fútbol, al hockey, running. Pero hagamos foco en el hockey. Contame del deporte en tu vida y ahora?
-El hockey fue el deporte que elegí, todo lo demás lo fui haciendo pero lo dejé. El tenis fui porque jugaba mi papá. Lo dejé porque me gustaban los deportes grupales. También hice básquet y al hockey empecé a los 12 y jugué en club hasta los 35. Y ahora juego un torneo con amigas.
-¿De qué jugás al hockey?
-Empecé de defensora, yo quería ser arquera pero el profe me dijo que me necesitaba de defensora. Y cuando vine a jugar a buenos aires empecé a jugar de 5 o de volante izquierda. Y la verdad es que es el lugar que más me gusta, estar en el medio.

-¿Te aninás a armar un podio de jugadoras de hockey?
-Para mí, por una cuestión defensiva me gustaba mucho Cecilia Rognoni, era crack. Y después tuve la posibilidad de que cuando jugaba en club, nosotros estábamos en la A, y nos tocó jugar contra Carina Masotta, que era una eminencia. Y me gustaba Vanina Oneto, era muy buena. Obviamente, Luciana Aymar, era la Messi, es la distinta, obvia.
-¿Cómo te llevás con la cocina? ¿Tenés alguna especialidad?
-Me gusta cocinar. Soy más de cocinar con lo que tengo. La parrilla estoy media floja, tengo que aprender. Pero con mis abuelas, materna y paterna, aprendí a cocinar tortas. Bizcochuelo básico me sale impecable. Ahí gano. Pero después en el día a día también cocino, incluso pastas caseras.
-¿Tu desayuno habitual?
-Generalmente tostadas con queso y un vaso de leche y mate. El mate a todos lados.

-¿Series y películas? ¿Por dónde vas?
-Me gustan las románticas y las de acción, policial. No me gustan nada las raras como “Stranger Things”, no me engancho. Si tengo que decir alguna, es “Slow horses”, es una inglesa, humor negro inglés. Son espías británicos pero los que cayeron en decadencia. De eso se trata. Está bien filmada, en Londres.
-¿Música? ¿Qué te gusta escuchar? ¿Cuál es tu abanico?
-En realidad, soy bastante cero música. Pero por suerte a mi marido le gusta y voy aprendiendo. Pone buena música. Descubrí la dupla Abel Pintos y Luciano Pereyra, fui a un recital el año pasado. Y Abel Pintos solista me encanta, desde la época que cantaba folclore.

-Si pudieses subirte al Delorean, el auto de la peli Volver al futuro. ¿A qué momento irías?
-Algo de época. Para atrás. Y después, a la infancia, mi niñez también volvería, con los abuelos. Estar en 25 de Mayo, mi abuela hacía escalopes con papas fritas, que eran lo más.
-Imaginate que la Nieves de ahora se encuentra con la que tenía 19-20 años. ¿Qué le dirías para allanarle el camino?
-Le diría que disfrute más y “confía en vos, que vas bien”.






