De cara al inicio de la campaña gruesa 2025/26, además de mirar las proyecciones climáticas y de rendimiento, los especialistas evalúan la calidad de la semilla almacenada tras la anterior cosecha. Es un dato no menor, considerando que esa será la base que influirá notablemente en el desempeño que luego se vea en los lotes.
De acuerdo con las estimaciones del Departamento de Información Agronómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), la soja ocupará alrededor de 4 millones de hectáreas, que sólo en un 38% corresponden a siembras tempranas, llevadas a cabo durante las últimas semanas.
En todo caso, de cara a este verano las noticias son alentadoras, pues el organismo llevó a cabo los análisis de las semillas producidas durante la campaña pasada y aseguró que “los resultados reflejan una buena capacidad de germinación”.

“Es de gran importancia determinar el potencial de las semillas antes de la siembra, ya que durante el almacenamiento post cosecha se produce un envejecimiento natural que puede reducir drásticamente el vigor y/o el poder germinativo”, señala el informe difundido por la bolsa cordobesa.
En efecto, teniendo en cuenta los números registrados, el panorama es más que positivo. Del total de las muestras analizadas, más de la mitad (51%) arrojó una calidad excelentes, es decir, un poder germinativo (PG) de más del 95%. Además, una arrolladora mayoría (92%) se ubicó por encima del estándar establecido por el Instituto Nacional de Semillas (INASE), que exige como mínimo un 80% de PG.
Con un poder germinativo promedio del 93%, lo cierto es que la semilla disponible para la producción sojera en Córdoba marca, al menos, un inicio con el pie derecho para una campaña dominada por las siembras tardías. A nivel técnico, la base es más que buena. El resto lo dirán las condiciones climáticas.





