Por su capacidad de desplazarse hasta 150 kilómetros por día, y de ingerir su propio peso en alimento en ese plazo (afectando por igual a cultivos, forraje y montes nativos), la llamada langosta sudamericana es una de las plagas que mayor alerta generan a nivel mundial. Solo un enjambre de un kilómetro cuadrado puede contener entre 50 a 80 millones de ejemplares adultos capaces de consumir lo mismo que 35.000 personas al día.
Es por esto que, luego de la declaración de la emergencia fitosanitaria, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), usualmente preocupada por los niveles de hambruna en el mundo, realizó dos encuentros destinados a técnicos del SENASA y el Comité Sanidad de Vegetal Animal del Cono Sur (COSAVE), en donde donó equipamiento especializado para combatir a este insecto.

La donación incluyó máquinas de fumigación que utilizan tecnología de ultra bajo volumen (ULV sus siglas en inglés) –incluyen mochilas, bastones y equipamiento para vehículos con GPS de seguimiento- y siete termos higrómetros/anemómetros que registran las condiciones ambientales para monitorear a los enjambres.
Desde la FAO, con aliados y distintas instituciones y en articulación con los productores, se desplegaron acciones para apoyar a los países de América del Sur en la implementación de estrategias y herramientas para prepararse y responder a la infestación de langostas en la región”, señaló la representante interina de la oficina de la FAO en Argentina, Maya Takagi.
“La FAO cuenta con una vasta experiencia en la vigilancia y control de las poblaciones de langosta, por ello trabajamos de manera intensa para contar con un plan de contingencia para hacer frente a esta devastadora plaga del agro”, añadió.
Esta donación se enmarca en una acción que inició en abril pasado, cuando a FAO lideró un taller y simulacro regional para mejorar la capacidad de respuesta a la langosta sudamericana en Tucumán y Catamarca, que contó con la participación de expertos internacionales. Luego, en mayo el encuentro re repitió en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Según dieron cuenta desde el organismo internacional, luego de 60 años de recesión, la plaga resurgió en la última década y afecta actualmente a la Argentina, Paraguay y Bolivia, y pone bajo amenaza a Brasil y Uruguay.
A nivel local, Senasa declaró la Emergencia Fitosanitaria, que rige desde febrero de 2024 para todo el territorio nacional.





