Está más que claro que la política económica argentina está siendo gestionada por profesionales que entienden mucho de finanzas pero poco de economía real. Sin embargo, si las fuerzas del cielo ayudan un poco, además de contribuir a lograr una campaña extraordinaria de trigo, quizás también puedan iluminar a los funcionarios con poder decisión en el gobierno de Javier Milei.
Estamos en un momento único para eliminar de manera definitiva los derechos de exportación en cereales porque no sólo representan una cifra limitada en materia de recaudación, sino que además tal medida no tendrían efecto alguno en los precios internos del maíz y el trigo.
En lo que respecta al maíz, hace tiempo que ese producto está virtualmente casi libre de retenciones porque la fuerza de la demanda interna, junto con factores regionales, están contribuyendo a sostener los precios locales del maíz.
Y eso sucede en un momento en el cual la lechería, la avicultura y fundamentalmente la ganadería están atravesando una fase de buenos precios, lo que permitió, precisamente, incorporar en los presupuestos valores superiores del maíz sin experimentar mayores problemas.
En el caso del trigo, tal como adelantó Bichos de Campo, los precios van camino a derrumbarse porque una oferta descomunal está encontrándose con una demanda sin mayores apuros por originar cereal.
En materia de precios internos, la eliminación de retenciones en trigo no cambiaría la situación actual del cereal, porque los precios seguramente seguirían en el subsuelo. Pero eso generaría la base comercial para que el área de siembra no se derrumbe en 2026.
La eliminación de las retenciones en cereales también contribuiría a mejorar la imagen del gobierno nacional frente a la producción agropecuaria, ya que la gestión de Milei, al igual que la kirchnerista, hasta el momento ha considerado al agro como una “caja” de recursos tributarios y cambiarios.
Te lo avisamos: Comenzó la “carnicería comercial” en el mercado argentino de trigo
Esta es la parte del artículo en la cual alguien dice “pero ahora no hay cupos de exportación de cereales, no seas desagradecido”. Genial: pasamos de la edad de piedra a la edad de cobre. Ahora tenemos que dar algunos pasos más para llegar a la edad contemporánea y ponernos a la par de Brasil, Uruguay, Paraguay o Chile.
Cuando hablamos de cereales, nos referimos a todos. No nos olvidemos de la cebada argentina, un producto muy apreciado en su versión forrajera por los camellos sauditas, mientras que en lo que respecta a la versión cervecera la falta de condiciones adecuadas en el país hizo que en la última década muchas inversiones malteras se realizaran en Brasil y Uruguay, cuando lo lógico, por una cuestión productiva, es que se hubiesen concretado en la Argentina.
Estamos ante una oportunidad única y lo único que tenemos que hacer es esperar que los administradores de turno del Estado nacional comprendan que es mejor tener a la principal máquina generadora de divisas trabajando a pleno que limitada por impuestos distorsivos. Ojalá lo puedan ver.




