Tal como había advertido Bichos de Campo un mes y medio atrás, comenzó finalmente la “carnicería” en el mercado argentino de trigo ante la conjunción de una serie de factores bajistas en plena cosecha del cereal.
Esta semana la Secretaría de Agricultura de la Argentina publicó la primera estimación de la oferta exportable de trigo 2025/26 para ubicarla en 15,5 millones de toneladas versus 12,6 millones en el ciclo inmediato anterior.
Semejante incremento, en un contexto de precios internacionales bajos del cereal, no luce prometedor para un producto que, en esta época del año, debe bajar mucho de precio para poder ser competitivo en mercados africanos y asiáticos con respecto al cereal ruso o europeo.
El último precio FOB oficial del trigo pan argentino en el mercado disponible (spot) se ubica en apenas 211 u$s/tonelada, una cifra 5% menor a la registrada un año atrás, cuando la cosecha por venir era entonces de 18,5 millones y no de 24,7 millones como la que se espera recolectar en 2025/26.
En ese marco, ayer jueves (hoy viernes es feriado en la Argentina) el precio del contrato Trigo Rosario Diciembre 2025 en el mercado A3 (primera posición del ciclo comercial 2025/26) cerró en un promedio de 176,0 u$s/tonelada versus 184,0 y 195,0 u$s/tonelada uno y dos meses atrás respectivamente.
La cuestión es que los exportadores argentinos, en la actual coyuntura, no muestran particular interés en el negocio del trigo: apenas registraron embarques del cereal de la campaña 2025/26 por 2,75 millones de toneladas.
Las compras de trigo 2025/26 por parte de la exportación al 12 de noviembre pasado (último dato oficial) sumaban 5,82 millones de toneladas, de las cuales 2,34 millones no tenían precio hecho. Es decir: las compañías exportadoras están “compradas” en el cereal y no tienen apuro alguno por originar mercadería.
Mientras tanto, a medida que avanza la cosecha, el constante ingreso de camiones con trigo a los puertos muestra que gran parte de los productores necesita vender cereal para generar liquidez, lo que ciertamente contribuye a potenciar la dinámica bajista.
Si a ese fenómeno de mercado se le suman problemas de calidad comercial, entonces el “combo” bajista suma un factor adicional, el cual puede ser compensado en algunos casos gracias a los rendimientos extraordinarios que se están registrando en muchas zonas productivas argentinas.








