La imaginación y la creatividad no descansan. Sobre todo en la Argentina y a la hora de eludir el pago de tributos. Ni bien comenzaron a funcionar los Controladores Electrónicos de Molienda de Trigo (CEMT) en los molinos, buscando evitar que parte de la producción de harina sea comercializada por canales marginales, hubo gente que ya inventó la trampa. Se trata de un pequeño agujerito por el que continúa pasando el trigo sin ser detectado por la balanza.
Esta gente no fue todavía identificada. Pero varios molinos de Córdoba recibieron el ofrecimiento de “esta solución” para eludir los nuevos controles sobre el sector molinero implementados desde la AFIP y la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA). Los CEMT son complejos dispositivos electrónicos que, una vez colocados en los molinos, miden no solo el caudal de trigo que entre a la molienda sino otros factores que permiten controlar la actividad, como el consumo de energía.
“Lo que esta gente ofrece es hacerle un agujerito abajo, sobre la pala donde se pesa el trigo, para que haya una corriente continua de trigo, para que una parte se quede pesando y la otra vaya pasando”, explicó una fuente de la industria. Con ese pequeño agujerito se lograría reducir finalmente el trigo detectado al atravesar el caudalímetro. Esto permite seguir vendiendo en negro parte de la harina producida.
El diagrama que se adjunta es bastante demostrativo:
A raíz de estas denuncias, la ex ONCCA avisó en un comunicado que “las fiscalizaciones de los equipos serán implacables en términos de no permitir ningún tipo de perforaciones, tapas removibles en los caños anteriores ni posteriores adonde los censores toman los datos de molienda ni de consumo eléctrico, cámaras desviadas ni ninguna otra clase de anomalía que se preste a la sospecha de posibles adulteraciones”.
Implementada en etapas, la instalación de los CEMT fue considerada muy exitosa por las autoridades de Agroindustria y de la propia Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), que apoya los controles justamente para evitar que sus socios enfrenten una competencia desleal de parte de empresas que juegan en los límites.
El gran mérito de los controladores es impedir la subfacturación o la venta en negro de harina, ya que los equipos envían cada 20 minutos todos los datos del proceso de molienda directamente a las oficinas de Agroindustria, desde donde se comparten los datos con la AFIP.
En la etapa de adquisición de los equipos fabricados por una decena de empresas habilitadas se vendieron 166 CEMT, ya que otros 20 molinos se negaron a comprarlos y fueron suspendidos hasta tanto lo hagan. Luego, a partir del 1° de junio, entró en vigencia la resolución y había 164 caudalímetros enviando señales. Son esos los que ahora se ofrece adulterar.
“Es un agujero muy chico por el que entran unos pocos granos de trigo por segundo, y que se puede disimular fácilmente en caso de una inspección”, indicó la fuente.