Una de las principales causas detrás de las pérdidas económicas en el sector lechero local tiene que ver con enfermedades del rodeo. Las mastitis bovina, en particular, supone un gran desafío por sus altas tasas de contagio y el impacto que tiene en la productividad.
Eso es lo que motivó a un equipo del Instituto de Investigación de la Cadena Láctea (INTA-CONICET) y la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (FBCB-UNL) a trabajar en herramientas que sirvan para combatir a su agente causante: el Staphylococcus aureus. Así es que arribaron al desarrollo de una vacuna experimental de origen local, que ya arrojó resultados prometedores.
“En los animales vacunados logramos reducir un 60,7% los nuevos casos de infecciones intramamarias y prolongamos el tiempo hasta la aparición de una nueva infección”, explicó la investigadora Cecilia Camussone, integrante del proyecto.
“Nuestro producto está compuesto por cuatro antígenos recombinantes y utiliza un adyuvante liposomal diseñado en nuestros laboratorios. Esto marca una diferencia tecnológica y estratégica respecto de las formulaciones clásicas”, detalló a continuación.
El trabajo es especialmente alentador teniendo en cuenta que, hasta el momento, las únicas vacunas disponibles comercialmente en el país son importadas y con eficacia limitada. Además, no solo apunta a disminuir la prevalencia de mastitis sino también a reducir el uso de antibióticos.
En esta primera etapa, el ensayo se realizo sobre vaquillonas de primera lactancia en condiciones de exposición natural. El siguiente paso es realizar controladas de infección experimental, algo necesario para validar su eficacia en distintas poblaciones y contextos productivos.
“Queremos verificar que la protección se sostenga en rodeos con diferentes poblaciones de Staphylococcus aureus. Ese será un punto decisivo para empezar a trabajar en la producción a mayor escala”, señaló el equipo del Laboratorio de Inmunología Experimental de la FBCB-UNL e IdicaL.
Por su parte, Camussone añadió que esto “no reemplaza las prácticas de manejo recomendadas, pero suma una herramienta más que puede marcar la diferencia en términos de prevención y rentabilidad”.