Hace tiempo que la ganadería de la región noreste del país se encuentra golpeada por la problemática de la garrapata, que por desgracia todavía tiene margen para empeorar y aumentar las importantes pérdidas económicas que ya estiman distintas entidades del sector.
Sin embargo, hay quienes deciden no perder el tiempo y aprovechan las circunstancias desfavorables para sacar a relucir su ingenio. Tal es el caso de la familia Naredo, que en la localidad correntina de Curuzú Cuatiá puso manos a la obra y desarrolló su propio lavadero móvil de ganado, con el que prometen multiplicar los focos de lucha contra esta tediosa plaga.
“Hoy en día, hacer un baño (una instalación fija en cada establecimiento) es inviable por tema costos, principalmente cuando se trata de campo arrendado. Tenés que hacer una inversión muy alta en campos cuyos contratos duran de 3 a 5 años. Así surgió esta idea. Nacho, que es quien maneja el campo, empezó a ver con mi viejo la forma de evitar la tropeada de un campo al otro para realizar ese baño”, contó a Bichos de Campo Nicolás Naredo, mejor conocido por todos como “Nicky”.
La forma tradicional para tratar esta problemática sanitaria y alejara a las garrapatas del cuero de los bovinos consiste en realizar un baño de inmersión para los animales, en unos extensos piletones de concreto que se llenan con agua mezclada con algún garrapaticida –hay muchas opciones en el mercado-, que actúan sobre el insecto por contacto. Si bien esta opción es conocida por ser efectiva, supone la necesidad de transportar el ganado hasta las correspondientes instalaciones.
Sin embargo, quienes no cuentan con estos piletones ni poseen el dinero suficiente para construirlos, se encuentran en serios problemas frente a esta plaga recurrente. Esto fue lo que motivó a la familia a barajar opciones alternativas, algo que finalmente lograron concretar con el apoyo del INTA local.
El trabajo de desarrollo fue sumamente riguroso y comprendió un análisis de las garrapatas presentes en el campo, para chequear si tenían una resistencia desarrollada a algún producto en particular, así como sucesivas pruebas para dar con los volúmenes de agua adecuados.
“Lo más importante es hacer el análisis de resistencia previo a meter cualquier droga al campo. Eso es lo que todos los productores deberían hacer”, explicó Ignacio “Nacho” Naredo a este medio.
“Una vez que analizamos el nivel de efectividad, fuimos trabajando en el desarrollo de los picos para la aspersión, viendo qué mojaban y qué no. Hay zonas donde eso cuesta más como las orejas, el morro o el rabo de la cola. Dimos con la presión, con la cantidad de agua, con la cantidad de picos y con la dirección, y lo fuimos mejorando. Fue un trabajo de dos años y pico a prueba y error”, señaló a su turno Nicolás.
El proyecto derivó en la creación de TurboFlit, un baño portátil que los ganaderos ya comercializan tanto en un formato móvil como fijo, pesando tanto en quienes buscan instalarlo junto a su manga como para quienes buscan llevarlo por distintos lotes o incluso usarlo para ofrecer servicios a terceros.
“Una opción es que el productor chico venga y le ofrecemos el servicio. Otra opción es que aquellos más grandes adquieran el propio. Vos podes ir sumándole partes: viene con motobomba, puede ir con chasis o no, puede venir con o sin baranda. Nosotros nos adecuamos al productor”, indicó Ignacio.
“Acá el principal tema es la permanencia, el tiempo que el animal está adentro del equipo y que vos tenés que ir rotando las drogas. En el baño de inversión vos siempre tenés la misma droga y después la garrapata genera la resistencia. Con este equipo vos podés rotar las drogas: es un bin de 1.000 litros en el que preparás la droga con agua limpia, esa agua sabes que te dura entre 100 y 200 animales, dependiendo de la época del año y el pelo que tengan, y entonces vos podes ir rotando las drogas. En el baño de inmersión, en cambio, tenés siempre la misma droga”, añadió a continuación.
La garrapata avanza en Entre Ríos y ya se estiman pérdidas de casi 100 millones de dólares al año
En la actualidad los Naredo analizan adaptar su desarrollo para el tratamiento de sarna en la provincia de Buenos Aires.