La semana pasada se realizó una concentración de productores y volanteada en Entre Ríos. Fue en Paraná, en el acceso al Túnel Subfluvial, en donde chacareros entrerrianos pidieron una solución política frente al fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia que reimplantó una prohibición de utilizar agroquímicos en un radio de 1.000 metros (o 3.000 metros si fuera con equipos aéreos) de todas las escuelas rurales.Un decreto del gobernador Gustavo Bordet había establecido nuevos límites, pero ante la presión ambientalista fue considerado inconstitucional por la justicia.
El productor entrerriano y secretario de Coninagro, Daniel Kindebaluc, repasó esta crisis en diálogo con Bichos de Campo. Recordó que “un fallo inicial establecía límites de 1.000 metros de prohibición para aplicaciones terrestres y de 3.000 metros para las aéreas, pero el Gobierno redujo esos límites a 100 metros para aplicaciones terrestres y 500 metros para aéreas. Lo que ocurrió fue que ese último fallo fue declarado inconstitucional y volvimos al punto inicial”, resumió. Ahora los jueces esperan nuevos movimientos desde el poder político, porque de lo contrario una gran superficie sin sembrar podría quedar en la provincia, con un lucro cesante enorme.
Escuchá el reportaje completo a Daniel Kindebaluc:
Kindebaluc reconoció que “cerca del 15% de la población provincial vive en zonas rurales, y es por eso que hay cerca de 1.000 escuelas en los alrededores. Lo que también ocurre es que haber vuelto a los límites iniciales de prohibición de fitosanitarios, en el caso de 1.000 metros en tierra, nos deja cerca de 300.000 hectáreas sin poder ser producidas. Esto no tiene mucha lógica para quienes estamos en el sector productivo”.
Según Kindebaluc, para avanzar en esta ofensiva contra el sistema productivo dominante en el país, bastante dependiente de los agroquímicos, “los ambientalistas se aprovecharon de un vacío en la legislación de aplicación de fitosanitarios en Entre Ríos y usaron la distancia de aplicaciones en cercanías a las escuelas, porque en la legislación se hablaba de zonas urbanas o caseríos, pero nunca de escuelas”.
Según el dirigente rural, “es ahí es donde encontraron una oportunidad de avance, y ahora los productores tenemos una discusión con el Foro Ecologista. Por eso, el objetivo de la volanteada fue el de visibilizar nuestra situación a la sociedad y a los medios, y porque queremos encontrar una solución que sea buena para todos”.
El productor remarcó que en cercanías a las escuelas de Entre Ríos “hay producciones chicas y los productores no tienen más de 20 a 50 hectáreas cada uno. No hay producciones intensivas de soja, y si las hay, es muy poco. La complicación más importante es que los productores más chicos, que encima donaron parte de sus campos para hacer esas escuelas, ahora son sacados de circulación, sin poder producir”.
Kindebaluc dijo que “al productor de ciclo agrícola no le complica mucho. Algunos se van a sembrar a otras zonas, como campos de Uruguay, y se usa mucho la figura del campo arrendado. Los que arriendan no se complican tanto. El problema se da en las pequeñas superficies donde hay familias arraigadas, y cuyos hijos asisten a esas escuelas cercanas”, expresó.
Los tiempos apremian. El cooperativista puso como ejemplo que “hay tambos pequeños que deben planificar su trabajo, y eso es lo más complicado. Deben hacer siembra de maíz a fines de agosto e inicios de septiembre para tener reserva de forraje para el invierno que viene, y hoy no pueden hacerlo”.