El presidente Mauricio Macri, en un texto que envió a La Mañana de Neuquén, uno de los diarios más importantes de la castigada región productora de peras y manzanas, elogió la decisión de su gestión de reducir el peso de los derechos de exportación sobre más de 200 productos de las economías regionales. Para alimentar las expectativas de miles de productores ante su necesidad de reelección, además insistió en afirmar que “las retenciones son un mal impuesto que tiene que desaparecer”.
El mensaje es explícito. Macri dice con claridad que si lo votan y preside el país en un nuevo mandato, hasta 2023, seguirá en este camino de reducir las retenciones. Es algo que vienen repitiendo todos sus funcionarios hasta el cansancio, aunque los productores siguen sospechando de que resultará difícil hacerlo para cualquier gobierno, debido a la situación delicada de las finanzas públicas.
“Soy un convencido de que las retenciones a la exportación son un mal impuesto que tiene que desaparecer, porque cuanto más exporta un país, más trabajo ofrece a su gente”, indicó el jefe de Estado devenido a columnista. Su texto lleva el título “Un alivio para los productores de las economías regionales” y se refiere a la medida adoptada esta semana a través del decreto 464/2019, que dispuso que 207 posiciones de economías regionales que venían pagando 4 pesos por dólar exportado, pasen a tributar 3 pesos por dólar exportado.
Frente a esta decisión, que obviamente fue bien recibida por dirigentes gremiales del sector, Macri dice ahora que redoblará la apuesta en caso de ser reelegido, hasta lograr la eliminación total del tributo que penaliza a los exportadores, pero que usualmente recae con todo su peso en los precios que cobran los productores de materias primas.
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Hasta ahora, salvo la soja y sus derivados, todos los productos y servicios exportados por la Argentina tributan 3 o 4 pesos por cada dólar que se exporta en la operación. La alícuota más alta de estas neo-retenciones impuestas desde agosto de 2018, la de 4 pesos, está reservada a las materias primas sin un gran proceso de elaboración. Pero al momento de implementarlas, el equipo económico -sin consultar a Agroindustria- incluyó en la nómina a muchos productos de las economías regionales que así terminaron pagando más retenciones que las que tributaban durante el kirchnerismo. Una burrada que recién se revierte recién ahora.
El nuevo decreto por el cual Macri se hizo “autobombo” estaba redactado desde unos pocos días después de cometida aquella injusticia con las economías regionales, pero el gobierno demoró casi un año en publicarlo. Se intuye que lo hace ahora por razones electorales, pero además porque la situación económica ha mejorado algo. Pero no deja de ser un acto de justicia. No es más que eso.
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En rigor, el costo fiscal de la medida -según la evaluación del propio gobierno- es de unos 2.200 millones de pesos anuales, lo que equivale actualmente a menos de 50 millones de dólares. La cifra es muy necesitada en las economías regionales alcanzadas por la rebaja, pero resulta insignificante respecto de los 7.000 millones de dólares que el Estado cobraría este año por vía de las retenciones, incluyendo las de la soja.
Macri siempre ha argumentado que este aporte de fondos desde el sector productivo al Fisco tiene que ver con la necesidad de acomodar las cuentas fiscales, cerrando el déficit, para generar así las bases de un crecimiento sostenido. Cerró su columna con esta frase que alimenta esa ilusión: “Ya pusimos las bases, ordenamos esta casa que es nuestro país. A partir de ahora llega el tiempo de empezar a cosechar todos estos frutos que fuimos sembrando juntos”.
En esta creencia, ya hay una suerte de cronograma establecido para la eliminación de todas las retenciones. Es más o menos así:
- Para las neo-retenciones de 3 y 4 pesos por dólar (equivalen ahora a 7 o 9%, de acuerdo con la cotización actual del dólar) el gobierno prometió un final para el 31 de diciembre de 2020, un año después del vencimiento del primer mandato de Macri. Aunque esa es una fecha ya escrita, se intuye que se cumplirá solo en caso de que gane el oficialismo.
- Para las retenciones tradicionales que siguen pesando sobre la soja, que actualmente se ubican en el 18%, no hay fecha definida. Se supone que el mandato de Macri terminará en ese nivel y que el próximo gobierno decidirá qué sucede. Por lo pronto, en el acuerdo Mercosur-UE, la Argentina se ocupó de asegurarse un permiso especial para continuar aplicando ese tributo, aunque con un nivel máximo de 14%.
“Estamos ante una oportunidad histórica de transformarnos para que más argentinos puedan crecer; para pasar de ser el granero del mundo a ser el supermercado del mundo, abriendo fábricas, mejorando la producción, agregando valor a cada una de las cosas que hacemos”, destacó el presidente columnista. Creer o reventar.