La ganadería entrerriana atraviesa un problema sanitario que amenaza con volverse mucho más grave si no se actúa a tiempo. Al igual que en Corrientes, la expansión de la garrapata bovina en el norte y centro de la provincia enciende alarmas.
Un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos junto al Distrito 7 de la Sociedad Rural Argentina calculó que las pérdidas económicas anuales podrían rondar los 94,5 millones de dólares, mientras que erradicar la enfermedad costaría alrededor de 35 millones.
La magnitud del daño se entiende mejor si se traduce en equivalencias productivas. El valor de esas pérdidas es similar a 97.111 vaquillonas con garantía de preñez, lo que representa el 40% del stock total provincial de vientres jóvenes.
El golpe no es solo para los productores individuales sino también para la economía entrerriana. El trabajo estima que el impacto sobre el Producto Bruto Geográfico podría alcanzar al 7% del valor agregado del sector Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura.
El problema ya se concentra en varios departamentos del norte como Federal, La Paz, Feliciano y Federación, y en otros del centro como Concordia, Villaguay y San Salvador. En esas zonas se contabilizan unas 1,8 millones de cabezas, de las cuales 1,46 millones tendrían que recibir tratamiento. Según el estudio, los veterinarios calculan que se necesitan 10 aplicaciones anuales por animal, a un valor de 35 mil pesos cada una, lo que implica cerca de 23,7 dólares. Sumados todos los departamentos, el costo ronda los 35 millones de dólares, con un promedio de 5 millones por cada distrito.
Los técnicos advierten que un tratamiento nulo o ineficiente genera pérdidas directas del 25% en la producción de terneros. Eso significa una merma de casi 128.000 cabezas, valuadas en más de 75 millones de dólares. A eso se suma el riesgo de “Tristeza Bovina”, una enfermedad transmitida por la garrapata que genera un índice de mortandad del 2,2%.
En la provincia eso equivaldría a más de 32.000 animales muertos, valuados en otros 18,8 millones de dólares. La suma de ambos efectos explica los casi 100 millones de dólares de pérdidas potenciales.
El informe aporta imágenes muy gráficas para dimensionar lo que está en juego. La pérdida económica equivale al costo de 14.350 kilómetros de alambrado, casi la mitad de la trama vial de la provincia, o al valor de 1.124 tractores de 101 a 200 HP, una inversión de capital que los productores ven cada vez más lejana en un contexto de crisis como el actual.
Con 4,2 millones de cabezas bovinas, un stock valorizado en 2.779 millones de dólares y fuerte presencia en la generación de empleo y divisas, la ganadería entrerriana es clave tanto para la economía local como para la nacional. Por eso la presencia de la garrapata no es solo un problema sanitario, sino también económico y social.
Lo que ocurre en Entre Ríos no es un hecho aislado. La garrapata ya es un flagelo que afecta a regiones de Santa Fe, Corrientes, Chaco y Formosa, con situaciones similares de pérdidas económicas y dificultades de control.