Las medidas proteccionistas están reconfigurando la matriz comercial de productos agroindustriales a escala global y lo que sucedió con la colza canadiense es un ejemplo de ese fenómeno.
En septiembre de 2024 el entonces primer ministro Justin Trudeau impuso un arancel del 100% a la importación de vehículos eléctricos chinos, además de otro arancel del 25% al acero y aluminio importados de la nación asiática.
Ante esa medida, el gobierno de la nación asiática inició en marzo pasado una investigación –que recientemente fue extendida hasta marzo de 2026– para estudiar la aplicación de represalias, que derivó en la aplicación a partir del 20 de marzo de un arancel del 100% para la harina de colza canadiense. Por otra parte, a partir del 14 de agosto pasado comenzó a regir un arancel provisorio del 75,8% para las importaciones canadienses de semillas de colza.
La harina de colza es un negocio muy importante, dado que en 2024 Canadá exportó más de 2,0 millones de toneladas de ese producto a China por un valor de 918 millones de dólares canadienses.
La cuestión es que China depende de las importaciones de harina colza porque se trata de un alimento muy eficiente para el sector acuícola, ya que cuenta con un perfil de aminoácidos ideal para las dietas de peces cultivados.
Un informe publicado por el USDA muestra que a partir de mayo pasado China comenzó a privilegiar compras en proveedores alternativos de harina colza.
“Canadá suministró la mayor parte de las importaciones de harina de colza de China hasta mayo de 2025, cuando el impacto de los aranceles se hizo evidente”, señala el informe.
Desde que entraron en vigor los aranceles a la harina de colza canadiense en marzo, India se convirtió en el mayor proveedor del producto de China. “Este novedoso flujo comercial se produce en un momento en que el consumo interno de harina de colza en India ha disminuido debido al aumento del uso interno de burlanda de maíz, producto del crecimiento de la fabricación de bioetanol”, remarca el documento del USDA.
De todas maneras, no existen proveedores habilitados que puedan reemplazar a Canadá. El USDA proyecta que en la temporada 2025/26 China importaría 2,6 millones de toneladas de harina de colza, la cifra más baja de los últimos tres ciclos. También caerían las importaciones chinas de semilla de colza para ubicarse en 4,1 millones de toneladas en 2025/26 (el nivel más bajo de las últimas cuatro campañas).
“Se espera que los aranceles a las importaciones de colza de Canadá reduzcan las importaciones totales de colza de China debido a la escasez de proveedores elegibles”, apunta.
Australia está en conversaciones con China para intentar establecer un protocolo fitosanitario que permita retomar envíos de colza a China luego de haber sido excluido como proveedor en 2020 debido a la detección de la enfermedad de la “pierna negra” o “cancro del tallo” en ese país.