El acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, que promete abrir la mayor zona de libre comercio del mundo, hace 25 años que sufre idas y vueltas, pero parece estar muy cerca de finalmente sellarse.
En el Viejo Continente, la predisposición de los mandatarios se topa con la preocupación de sus productores por las importaciones que podrían llegar de estas latitudes. En suelo latinoamericano, se frotan las manos a la espera de la confirmación de lo que llaman un “hito histórico” para sus economías.
El pasado miércoles, la Comisión Europea (CE) presentó una propuesta legal que busca abrir paso a su ratificación, y ahora sólo resta la aprobación de los 27 estados miembro y del Parlamento europeo, que ven el acuerdo como una oportunidad de sortear la guerra comercial con Trump.
Una vez cumplimentado ese paso, con que cuqluiera de los estados miembro del Mercosur -Argentina, Brasil, Uruguay o Paraguay- lo apruebe, alcanza para poner en funcionamiento el acuerdo bilateral.
“Representa un hito histórico para el sector agropecuario y para la economía regional, al abrir mercados, reducir barreras comerciales y fortalecer la competitividad del sector agrícola y ganadero —esencial para el desarrollo económico y social de los países del Mercosur”, señalaron desde la Federación de las Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), en un comunicado que intenta dar premura al tan mentado acuerdo.
De hecho, tal como había señalado Bichos de Campo a propósito de la propuesta presentada por la Comisión Europea (CE), el inicio de este compromiso podría ser ya a fines de este año. La razón está en que se puede avanzar con la aplicación del capítulo comercial, mientras que los demás incisos permanecen sujetos a la aprobación de los parlamentos nacionales.
Cabe destacar que, tal como recuerdan desde FARM, una vez implementado el esquema un “95% del mercado de la UE quedará libre de aranceles para exportaciones del Mercosur”, lo que representa una ventaja sin paragón para nuestras producciones agropecuarias.
“La eliminación gradual de aranceles y la ampliación de cuotas preferenciales beneficiarán directamente a los productores rurales, con impactos positivos en la producción, el empleo y la renta en el campo”, aseguraron desde la entidad que agrupa a las rurales del Mercosur.
Más allá de lo que representa a nivel comercial un acuerdo tan importante entre 2 bloques supranacionales, también tiene implicancias internas. Varias veces el Mercosur tuvo intentos de erigirse como un espacio coordinado de acciones comerciales y un negociador de sus estados miembros, y hasta ahora no lo ha logrado.
Eso es lo que, confían desde FARM, podría empezar a revertirse si, tras más de 2 décadas de negociaciones, le logran poner el sello al compromiso comercial. “El acuerdo fortalece la integración regional y consolida al Mercosur como actor estratégico en el escenario internacional”, expresaron en su comunicado que lleva la firma de la Sociedad Rural Brasileña, la Confederación de la Agricultura y Ganadería de Brasil, la Asociación Rural del Paraguay, la Asociación Rural del Uruguay, la Federación Rural del Uruguay, Confederaciones Rurales Argentinas, Sociedad Rural Argentina y la Sociedad Nacional de Agricultura de Chile.
“Confiamos en que las autoridades competentes actuarán de forma coordinada y ágil para que este acuerdo histórico sea implementado cuanto antes”, concluyeron, en vistas de que no se dilaten más la diligencias.