Si algo sorprendió del discurso que dio el presidente de la Sociedad Rural de Laboulaye, Dino Garimanno, para dar por inaugurada la exposición rural en esa localidad del sur de Córdoba, fue el tono de autocrítica que deslizó al interior de la dirigencia y del agro en su conjunto.
En líneas generales, lo que expresó fue que percibe que los ruralistas han fracasado como representantes, porque no han logrado establecer una agenda propia. Y no sólo la agropecuaria sino del interior mismo, porque eso también es Laboulaye, una localidad del sur cordobés que no está a menos de 200 kilómetros de cualquier centro urbano grande.
“No sé qué es lo que falta, pero está claro que desde la dirigencia no podemos cambiar los problemas grandes del campo”, expresó en diálogo con Bichos de Campo luego de su discurso.
En realidad, más que nombres propios, Dino señala que lo que hubo fue una suerte de fracaso colectivo, entre representantes que no lograron representar y representados que poco hicieron para colaborar a la causa. “Muchos dirigentes estamos porque no hay gente que se involucre”, expresó.
De hecho, al afirmarlo hace referencia a su propia experiencia: “Me tocó chocarme con una institución de golpe, yo no busqué ser presidente”, señala el ruralista. Y así, sin esperarlo, se encontró al frente de una Sociedad Rural de base donde había mucho por recuperar y reconstruir. Es el caso mismo de la exposición anual, que había dejado de hacerse y, por iniciativa de este dirigente y su equipo de trabajo, se retomó hace ya 10 años. La última edición, hace diez días, convocó multitudes.
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Haber recuperado la muestra y poder sostenerla en el tiempo fue, de por sí, toda una hazaña. “Queríamos que dejara de ser la exposición de La Rural, y que fuera la exposición de Laboulaye y del interior. Creo que lo hemos logrado”, celebró el dirigente.
Por eso no deja de ser un tanto sorpresiva tanta autocrítica. Y lo es para bien, porque tranquilamente podría haberse quedado con lo que significa la muestra para el pueblo, y el trabajo que hubo detrás en conjunto con otras instituciones de la sociedad civil y hasta con la juventud. Pero Garimanno prefirió ir un poco más allá y recordar cuáles son los valores que hacen al ruralismo.
“Me parece que tenemos que hacer una autocrítica. Me sería muy fácil sentarme y decir ´este político no hizo esto, no hizo lo otro o acá robaron´, pero si no lo podemos cambiar, alguna responsabilidad tenemos también”, destacó Garimanno.
Y agregó: “Está claro que fallamos. Las retenciones siguen estando y los caminos rurales son los mismos de hace 100 años”.
¿La salida? Para él es involucrarse, de la forma que sea. Para que no haya dirigentes sentados sólo porque nadie más quiere hacerlo, y para que todas las voces estén representadas.
“Creemos que de la mesa de café se maneja el mundo y que todos opinamos de todo, pero hay que fortalecer las instituciones y la única forma es formar parte”, concluyó el ruralista, que hizo un llamado a toda la sociedad a acercarse y participar.