El inicio de la siembra de maíz temprano en la Argentina arrancó muy “tímido” en términos comerciales con ventas con precio cierto estimadas en torno a las 750.000 toneladas.
Este martes se actualizaron los datos oficiales de compras de granos y el registro de la Secretaría de Agricultura muestra al 13 de agosto pasado adquisiciones de maíz 2025/26 por parte de la exportación de 2,568 millones de toneladas, de las cuales 2,479 millones son con “precio abierto” (ventas “a fijar”).
En lo que respecta a las operaciones de los contratos de Maíz Rosario del mercado A3, a la fecha la posición Abril 2026 (maíz temprano 2025/26) tiene un interés abierto de 377.400 toneladas, mientras que la de Julio 2026 (maíz tardío) tiene 285.000 toneladas.
Se trata de cifras bastante acotadas ante la perspectiva de una gran cosecha de maíz 2025/26, dado que las primeras proyecciones preliminares de superficie de la nueva campaña reflejan un crecimiento muy significativo del área del cereal en desmedro del área de soja.
Está claro que los precios actuales del maíz de la nueva cosecha no convencen a los productores. Este martes el contrato Maíz Rosario Abril 2026 terminó con un valor promedio negociado de 175,0 u$s/tonelada, mientras la posición Maíz Julio 2026 finalizó en 168,6 u$s/tonelada.
De todas maneras, además de la posibilidad de una gran cosecha argentina –con el riesgo de la “chicharrita del maíz” diluyéndose–, debe considerarse que en Brasil la cosecha del cereal será superior a la prevista y que EE.UU. está posicionando su maíz de manera muy agresiva en mercados clave.
El “salvavidas” de China, que opera en el caso de la soja, no está presente en el mercado de maíz sudamericano, que depende de múltiples destinos, muchos de los cuales están siendo presionados comercialmente por EE.UU. con la amenaza de incrementos arancelarios.
La mejor “defensa” del precio del maíz reside en el mercado argentino, donde los consumos están mostrando una capacidad de compra importante en línea con el proceso de apreciación cambiaria promovido por el gobierno nacional. Esa realidad, no hace falta aclarar, se mantendrá mientras no se produzca una devaluación significativa de la moneda.