Finalmente, tal como había adelantado Bichos de Campo, se confirmó que los fondos agrícolas que operan en el CME Group (“Chicago”) desarmaron sus posiciones en soja al entender que ya no existen en el horizonte factores alcistas para la oleaginosa.
Así lo reflejan los datos publicados hoy viernes por la Commodity Futures Trading Commission, los cuales muestran un posición neta en soja virtualmente neutra luego de liquidar contratos a dos manos en las últimas jornadas.
En lo que respecta a los contratos de maíz, los fondos estaban muy “vendidos” en el cereal, así que pudieron sacar provecho de la oleada bajista que afectó tanto al cereal como a la soja.
Las posiciones netas surgen de la diferencia entre las posiciones compradas (“long”, que fijan un precio techo y por ende apuestan a un mercado alcista) y las posiciones vendidas (“short”, que fijan un precio piso y por lo tanto apuestan a un mercado bajista). Tales registros se difunden con algunos días de retraso para evitar que tal información impacte en las cotizaciones de granos.
La razón detrás del pesimismo de los fondos reside en la impredecible política comercial del presidente Donald Trump, que en las últimas semanas comenzó repartir “arancelazos” a muchos socios estratégicos del sector agroindustrial de EE.UU.
Muchos de los países asiáticos clave para el mercado de harina de soja –con excepción de Vietnam que llegó a un acuerdo con EE.UU.– quedaron comprendidos por aranceles adicionales extraordinarios que, según anunció Trump, comenzarían a regir a partir del próximo 1 de agosto.
El temor además reside en la discrecionalidad sin sustento aplicada al momento de anunciar aranceles adicionales, como es el caso de Canadá, que tendría –según amenazó Trump– un arancel del 35% a partir de agosto a pesar de encontrarse en fase de negociaciones con EE.UU.
A ese panorama turbulento se le suma el hecho de que Brasil, a pesar de las dificultades, seguiría expandiendo su producción de soja en un mercado mundial cuya demanda viene creciendo por detrás de la oferta.
En cuanto a la Argentina, el tercer gran jugador en el negocio de la soja, no está pasando por el mejor momento porque los márgenes proyectados del negocio de soja 2025/26 lucen terribles, pero la realidad es que el país está acostumbrando a dar “volantazos” de política económica que pueden cambiar el escenario en cuestión de días.
El único factor alcista para la soja que sigue en pie –pero no alcanza ya para sostener la cotización del poroto– es la promoción del régimen de biodiésel que contribuiría a aumentar el consumo interno de aceite de soja en EE.UU.
La Asociación de Productores de Soja de EE.UU. (ASA por sus siglas en inglés) publicó un estudio en el que se proyecta que el aceite de soja originado en EE.UU. sería el insumo más beneficiado por la política de promoción de Trump, tanto en lo que respecta al biodiésel convencional (FAME) como hidrotratado (HVO).