Desde 2003 (si, hace más de 20 años) se ocupa de la prensa del Matba Rofex. Es periodista, ha pasado los 50 (no vamos a decir cuánto para no deschabarla) y dice ser una “acuariana orgullosa, loca y rebelde”. Nació en capital federal y se crió en Villa Ballester. Hace 20 años vive en San Isidro. Estudió Ciencias Políticas, pero antes de terminar la carrera hizo una incursión en el periodismo dentro del diario Ámbito Financiero, donde trabajó unos años.
Desde 2015 integra la Comisión Directiva del Círculo de Argentino de Periodistas Agropecuarios (CAPA). Cinco años después, en 2020, se convirtió en su presidenta y en la tercera mujer en ocupar ese cargo desde que existe la entidad que nos representa.
Además de los vínculos, de relacionarse, y de su trabajo, una pasión que la acompañó casi toda su vida es el hockey. Jugó en la primera división de San Cirano y actualmente es arquera de la cuarta división del Club Atlético de San Isidro (CASI). “El deporte te disciplina, te forma como persona, te enseña valores, todas cosas que te quedan tatuadas en la piel”, reconoce.
Desde que grabamos el capítulo 70 de El podcast de tu vida (publicado en abril de 2023), sumó nuevos trabajos. Hace el videopodcast “Amadas por la tierra”, donde entrevista y cuenta historias de mujeres rurales, que tiene su versión radial (cada lunes de 9 a 10 por Led FM, junto a Patricia Aller). Además participa desde este año en “CNN Campo”, el programa que conduce Juan Martín Melo.
-¿Cómo y dónde fue tu infancia?
-Nací en Capital Federal. Cuando era chiquita viví mi primera infancia en el barrio de Belgrano y ya un poco más grande mis padres emigraron a la provincia. Teníamos un poco de pasto, un jardín, y en ese momento estaban por comprar una casa. Vino el “Rodrigazo” y terminamos en Villa Ballester. Ahí pasé mi adolescencia, muy feliz. Fui a un colegio alemán, fui a un club alemán y me crié como en una mini comunidad alemana-no alemana, porque la verdad que muchos no eran alemanes como yo y otros eran descendientes. Tengo dos hermanos.
-¿Cómo eras de pibita?
-Siempre inquieta. Siempre polvorita. Me gustaban mucho los deportes, me gustaba bailar.
-¿Y el hockey? ¿Cuándo arrancó? ¿Qué otros deportes hacías?
-De chica hice gimnasia deportiva, por el colegio alemán. Cuando tenía 7 años nos mudamos por un trabajo de mi papá a Río Tercero, Córdoba, y cuando volvimos mis viejos me dijeron que tenía que hacer deporte y ahí nos mandaron a Sociedad Alemana de Villa Ballester. Ahí empecé jugar al hockey. Tenía 8, ponele. “Ah, sí, me gusta ese deporte, con el palito…”. Intenté tenis, pero me aburría, quería algo en equipo.
-¿Y ahí arrancaste de arquera?
-Sí. Bah, en realidad, cuando empezás de chiquita vas por todos los puestos. Me pusieron al arco, me puse los pads, que es toda la protección que usás para no lastimarte. Jugué en 7ma. y en 6ta. en el arco. Cuando llegué a 5ta, ponele que tenía 12 años, me aburría el arco y me fui a la cancha, que me encantó. Todo ese año jugué de jugadora de cancha y cuando tenía 15-16 años la arquera que jugaba en la primera del club se fue a otro club y me dijeron “Nanette, sos la única que tiene las dimensiones del arco y habías sido arquera”, y no me fui más del arco. Fue un partidazo y quedé ahí.
-Después vamos a volver al puesto de arquera que es tremendo, más en el hockey, a mí me da un miedo esa bocha… Pero antes te quiero preguntar porque fuiste creciendo. Llegó el momento de estudiar, ¿Qué elegiste? ¿Tenías un plan b?
-En la secundaria quería ser profesora de educación física…
-¡Ese era mi plan b! Si no funcionaba el periodismo…
-Y claro, a todos los que nos gusta el deporte te tira eso. En mi colegio, tenías campamentos, me gustaba mucho esa dinámica. Cuando llegué a quinto año quise estudiar licenciatura en historia, pero no. Me duró un año. Siempre quise ser periodista, pero me quise formar bien en historia y análisis político. Terminé el primer año y me fui a hacer ciencia política. Hice toda la carrera y cuando estaba en tercer año entré al diario Ámbito Financiero.
-¿Pero vos ya sabías que estabas en Ciencias Políticas para ser periodista o fantaseabas con trabajar de otra cosa?
-Yo quería ser periodista de política. ¡Qué ilusa! Quería ser una Carlos Pagni, ponele. Yo no sé por qué me metí en políticas de una. Quizás tendría que haber estudiado periodismo o comunicación, pero que se yo. Se dio así. Y en la facultad justo tenía compañeros que eran periodistas, laburando en medios, Diego Cuneo, editor de autos de La Nación, ya estaba en el diario. Otro compañero de Telam. Yo iba a visitarlos al diario y para mí era fascinante todo ese mundo.
-¿Y cómo llegó el primer laburo?
-Vino un amigo de mis viejos, que fue creador de CNN en español. Me preguntó qué me gustaría hacer, yo dije que me gustaba el periodismo, y él fue el que me abrió el camino en Ambito Financiero.
-¿Qué es lo que más te gusta de lo que hacés?
-A mí me gusta mucho relacionarme con la gente, con los periodistas. Yo salté del otro lado del mostrador, por así decirlo, y me fui a hacer comunicación y prensa a Matba Rofex. Hace 20 años estoy ahí. Pero el relacionamiento me gusta mucho. El conectar gente, eso me fascina. Y ahora que estamos recorriendo más el territorio con CAPA me encanta conocer las historias de la gente, de productores, de organizaciones, de colegas. La vida me fue llevando por ahí y me encanta.
-Bueno, ahora sí quiero hablar de hockey. ¿Siempre estuvo o lo fuiste dejando y retomando?
-Siempre, nunca lo largué. Desde diferentes lugares, pero siempre estuvo. Cuando tuve mis hijos dejé la primera. Pero siempre fue mi cable a tierra. Es mi lugar de felicidad.
-¿Qué es lo que creés que te ha dado y te sigue dando el deporte hoy? Mas un deporte de equipo.
-Todo. Te forma, te disciplina, te ubica, creo que el deporte en equipo te da todo. Traté de transmitírselo a mis hijos. Mi hija mayor lo hizo hasta hace poco, que terminó el colegio, después se dedicó más al estudio y al trabajo, pero vivió el deporte en equipo. Con el menor no tuve tanto éxito. Pero es el trabajar en equipo, te enseña valores, que si uno se cae vamos todos a levantarlo. Dentro y fuera de la cancha. Solidaridad. La responsabilidad, que por ahí en invierno te morís de frío hasta las 12 de la noche entrenando, pero vas por el resto. Lo mismo que ir a jugar un sábado. Cuando estaba en la facultad, los sábados jugaba, después veía si me juntaba a estudiar. Ni se me ocurría clavar a mi equipo. He hecho cosas por el deporte que no sé si son publicables (se ríe). He zafado de jornadas laborales larguísimas o feriados y fines de semana… jaja. Y son valores para toda la vida. Te quedan tatuados en la piel.
-¿Cómo es la dinámica ahora? ¿Entrenan? ¿Sólo juegan? Después de los 40 años el cuerpo te empieza a pasar factura. ¿Cómo hacés para seguir jugando de manera regular a los 50s?
-Yo dejé de jugar en la primera, que es lo que más responsabilidad te pide cuando tuve a Juana, mi hija mayor, a los 30 años. Porque la verdad, así como dejé el diario para tener más tiempo para mis hijos, el deporte también lo dejé por ellos, porque no podía ir a entrenar tres veces por semana hasta las doce de la noche con dos bebés en casa. Ahí empecé a jugar en la cuarta división de San Cirano, con mis amigas que dejan la primera. Somos todas ex jugadoras. Hay un campeonato oficial de la Asociación de Hockey de Buenos Aires que es de la cuarta división. No es mami hockey, quiero aclarar (se ríe). Al principio no entrenábamos, ahora sí entrenamos una vez por semana. Ahora juego en el CASI. Si no es imposible. El cuerpo te pasa factura, empiezan las lesiones. Pero sí, después nos juntamos en el tercer tiempo a charlar y comer, es lo más divertido.
-Bueno, quiero hacer foco en el puesto de arquera. En el hockey es una bala que te viene al cuerpo… ¿Cómo es ser arquera de hockey?
-La bocha antes era de madera, como las de polo, pero las usábamos para entrenar. Después fue evolucionando y hoy es muy compacta, de un plástico inyectado creo. Duele mucho. Especialmente a la noche, con frío, si te pegan un bochazo en el pie… Cuando era chica, los pads eran de cuero, pesadísimos, te dolía. Ahora son ultralivianos, te protegen mucho más. Hay mucho de reflejos de arquero de handball. Y no sé, es una cuestión de instinto. Pero yo tuve grandes maestros al arco. Cuando era chica entrenaba mucho con los varones, en el club Sociedad Alemana había de varones también, mi hermano jugaba en caballeros y entrenaba con ellos porque son más veloces, el hockey de varones es alucinante. Es otro deporte. Entonces yo aprendí mucho con ellos. Después hay mucho de instinto. Sumado a la técnica.
-¿Y qué parte del cuerpo no te queda cubierta como arquera?
-No. Todo el cuerpo te queda cubierto. Hay arqueras o arqueros que no usan braceras. Cuando yo era chica no había, pero ahora sí. Le fueron agregando protección a medida que fue evolucionando y había golpes jodidos. En la parte del cuello en un momento no había protección y en el corner corto que es un tiro directo fuerte al arco y vos por ahí te acostás y no tenías protección y varios han quedado tirados con un bochazo ahí. Tenés que tener muy mala suerte para que te pegue en algún lugar que no te cubra.
-Las “Leonas” deben ser para los que les gusta el hockey como para los que nos gusta el básquet la “Generación Dorada”. ¿Qué tres jugadoras de Argentina podrías poner en un podio?
-Mi ídola máxima en mi puesto, que también me entrenó, es Laura Mulhall, que es pre leonas. Maestra de arqueras, una capa. Hoy a los 60 y pico sigue atajando. Después una muy buena jugadora es Belén Succi, creo que después de Laura fue la mejor arquera que tuvo el seleccionado argentino. Y después, que se yo, soy vintage… conozco a las primeras Leonas: Vanina Onetto, Mariela Antoniska, Magui Aicega, Mechi Margalot, para mí Mechi es una buena jugadora en todo sentido. Lucha Aimar me parece muy buena, pero me quedo con una Mechi, una Vanina, una sangre. Hoy nos cruzamos en la cancha y nos divertimos muchísimo.
-¿Hoy cuál es el mejor equipo de hockey femenino del mundo?
-Holanda. De los mejores. Argentina obvio también es muy buen equipo y está peleando siempre.
-Bueno, llegamos al pin-pong de El podcast de tu vida. ¿Un lugar en el mundo que conozcas del mundo y recomiendes visitar?
-Londres me parece fantástica, a mí me gusta mucho la música. Pero no dejaría de recomendar Salta. Dame el norte y soy feliz. Tiene una mística tremenda.
-¿Y alguno que te gustaría conocer?
-Grecia es una materia pendiente. Y Escocia. Conozco fui en el 2000, pero fui muy poquito.
-En la cocina, ¿Tenés algún plato que digas con esto no fallo?
-Goulash, sin dudas.
-¿Algo que te permita despejar tu cabeza después de un día largo de laburo? Que no sea el hockey, que es obvio…
-Yo creo que un vinito con alguna amiga, con mi novio. Es un shampoo cerebral. Eso me encanta. O un asado con amigos, claro.
-Cuando elegís mirar series o películas, ¿Qué te gusta? ¿Por dónde vas?
-Soy mucho de la acción y suspenso. Por ahí te miro alguna pochoclera también, depende el momento.
-¿Y música por dónde vas?
-Soy re ecléctica. Me gusta de todo, depende el momento. El rock me encanta. Los Stones, U2 y, obvio, rock nacional.
-Si pudieras tener un super poder ¿Cuál sería? No vale decir ser como un pulpo para atajar mejor…
-Jaja… pero no lo necesito, por favor… Mirá, cuando era chica miraba una chica que se llamaba “Samantha”, que movía la nariz y estaba todo ordenadito. Eso me encantaría, mover la nariz y que queden los platos lavados, la casa ordenada… Y si no, volar, sería feliz.
-Si te dejan volver el tiempo atrás, ¿A dónde irías? En tu vida o en la historia de la humanidad.
-Yo creo que no voy a ser original, pero a los dos partos de mis hijos, no hay momento más maravilloso que ese. Cuando los vi por primera vez, no lo comparo con nada.
-¿Un tema musical para cerrar la nota?
-Te podría decir alguno de Spinetta, pero creo que con uno de los Stones, que se llama “Gimme Shelter” está bien, es un tema que podés escuchar en todo momento.