Los sistemas que permiten disminuir el uso de agroquímicos son siempre muy bienvenidos. Sobre todo ahora, que son tan discutidos en la comunidad en general por sus efectos sobre el medioambiente y la salud humana. Pero también por los propios productores, los supuestos “malos” de esta película, porque reducen sus culpas pero sobre todo reducen la cantidad de dinero que tienen que gastar en estos insumos.
Curiosamente muchos políticos y funcionarios de la Argentina desconocen todavía que existen varios sistemas para realizar “aplicaciones inteligentes” sobre los lotes agrícolas. Y queda claro que lo desconocen, porque no existe todavía en la Argentina líneas de créditos específicas y otras políticas activas para para equipar a todos los contratistas con este tipo de equipamiento, que permite reducir hasta 80% o más la cantidad de agroquímicos utilizada en el campo, con visibles beneficios económicos y ambientales.
Por eso nos permitimos insistir con el caso de Weed-It, una de las primeras tecnologías disponibles en esa materia.
Surgida hace 25 años en los Estados Unidos, ciertamente que Weed-It no es una tecnología nueva, pero cada vez encaja mejor con el avance de la llamada “agricultura de precisión”, una tendencia que llama a optimizar recursos mediante la incorporación de nuevos sensores.
El equipo, que puede instalarse en cualquier pulverizadora autopropulsada o de arrastre, tiene un sistema de sensores que detecta las malezas y recién entonces activa los picos para aplicar agroquímicos sólo sobre el yuyo invasor. Por eso aplica solo donde es necesario, en lugar de hacerlo en todo el lote.
“Es muy sencillo, se ha instalado hasta en cuatriciclos usados en viñedos de Mendoza”, explicó en la última Expoagro a Bichos de Campo Joaquín Pontel, representante de Geosistemas, que es una empresa local que distribuye los equipos Weed-It a nivel nacional.
Para el productor o contratista, el trabajo es el mismo. La única diferencia con la aplicación tradicional es que, mientras se mueve la pulverizadora, una caja sensórica va leyendo la tierra con una luz azul y detecta las malezas para aplicar de forma selectiva sólo en esos sectores. Para hacerlo, el sistema se basa en la fluorescencia de la clorofila, y por eso funciona tanto en barbecho como con los cultivos en sus primeras etapas.
Por el índice de clorofila, por sus distintos tonos de verde, distingue la maleza del cultivo comercial. Por eso abre la boquilla solo sobre la primera.
Mirá la entrevista completa con Joaquín Pontel:
Todo ese proceso de detección demora milisegundos, porque la máquina se mueve a unos 20 kilómetros por hora y la aplicación es casi instantánea. En vez de que estén activos 130 picos todo el tiempo, sólo se encienden unos pocos de forma intermitente, y eso determina el ahorro de agroquímicos que, asegura Pontel, puede llegar a ser de hasta el 95%.
“Cuando hacés los números, el equipo se paga prácticamente en un año”, aseguró el técnico de Geosistemas.
Al ahorro económico se suma el menor impacto ambiental. No sólo porque se usan menos tóxicos sobre la tierra, sino porque también se pulveriza en un menor radio y hay menos riesgo de deriva. Eso es clave para trabajar, sobre todo, en el periurbano, donde la agricultura convive con familias y escuelas.
Pero desde ya que para empezar hace falta capital y la inversión en esta tecnología no es barata. El “empujoncito” que necesitan muchos pequeños y medianos productores para sumar este tipo de tecnologías, en medio de preocupaciones por la rentabilidad, la carga fiscal y el clima, debería ser el financiamiento. Por el momento, no hay líneas específicas. No abunda, al menos con condiciones favorables.
Parece mentira que en un país donde el debate sobre los agroquímicos ha dividido hasta familias enteras, como la grieta en la política, haya funcionarios que todavía no conozcan de la existencia del Weed-It y otros desarrollos semejantes que aplican esta u otra tecnología, como el reconocimiento de las malezas mediante imágenes.
O sea cuando yo aplicaba Erradicane…era el plaguicida más recomendado,(te lo vendían y te lo siguen vendiendo como “herbicida”) y por más que decia su etiqueta “piretroide de grado 5″ o sea Cancerígeno, mataba animales hasta de 5krgs de peso”, etc. Ahora se llama:” Agricultura de Precisión” O sea te sigo envenenado, pero con “precisición”. Que repugnante forma de comercial…el veneno. !!!