A Maximiliano Bordas le queda bien el traje de agrónomo inquieto. Luego de formarse profesionalmente en la Pampa Húmeda, y de coquetear con el ruralismo siendo uno de los fundadores de Ateneos CRA, su interés por los cultivos intensivos lo llevó a establecerse en Mendoza, donde hoy trabaja para cumplir un sueño.
“Siempre tuve el corazón en los intensivos y quise tratar de traer un poco de la pampa húmeda a ellos. La idea es cambiar un poco la cabeza, empezar a adaptarnos, y tratar de traer la siembra directa a los cultivos hortícolas”, contó Bordas en conversación con Bichos de Campo.
Ese interés lo llevó además a propiciar la formación de la más nueva regional de Aapresid, de la que hoy es presidente, y junto a otros agrónomos cuyanos a quienes trabaja codo a codo en el marco de este proyecto.
Una de las iniciativas en marcha es el trabajo en torno a la producción de tomate, que se busca producir sobre una “cama envejecida” o rastrojo, aplicando la lógica de remover le suelo lo menos posible.
“Tenemos una parcela para hacer esta experiencia. Estamos con un maíz para limpiar el lote, de ahí vamos a salir a un cultivo de servicio, como cebada o centeno, y después a tomate. La idea es no hacer la cama como se hace tradicionalmente, que necesita limpiarse, sino una cama envejecida, que viene del año anterior, y tratar de adaptarla”, explicó el agrónomo.
Mirá la nota completa acá:
El trabajo de adaptación de conceptos pampeanos a esta región incluye también a otros cultivos perennes como frutales y vid, para los que están midiendo la cobertura de la cama y la mejor combinación de pasturas.
“Ese concepto de la cama totalmente limpia, con los viñedos orgánicos y con los biodinámicos empezó a cambiar. Hoy los productores de vid, por ejemplo, cubren el suelo. La idea es tener el suelo siempre cubierto, de la mejor manera posible”, afirmó.
-¿Cuál sería la filosofía de meterle horas y cráneo a esto?- le preguntamos.
-Creo que entre todos aprendemos más y mejor, compartiendo conocimiento, que es el concepto de la Asociación. Y después en realidad es cambiar un poco la manera de producir. Venimos produciendo horticultura igual hace más de 70 años. La idea es ver si metemos un poco el bocado y cambiamos ese paradigma de que la horticultura se tiene que hacer así porque no hay otra manera.
Esta misma manera de ver las cosas fue lo que motivó a Bordas a iniciar con otro emprendimiento: su propia empresa de insumos biológicos.
“En Biológika producimos biofertilizantes. Es una red de distribución que es mía, pero que también fundamos con un socio de Aapresid como la Chacra Bioinnova, que es un grupo de productores que buscan agregarle valor a la producción. Y entendimos que los biológicos son un camino”, destacó el profesional.
-Si bien cada vez hay más biológicos, pareciera que el productor no termina de entender cómo se usan. ¿Cómo ves eso?
-En realidad, más que no termina de entender cómo se usan, los biológicos y las empresas grandes, que los vendían de antes, salieron a venderlos ahora pregonando el hippismo de usar biológicos, de ser orgánicos, ser biodinámicos. Y los que no, que son las empresas de ahora, los vendieron igual que un glifosato. Entonces el productor está totalmente confundido. ¿Un tipo que antes me vendía glifosato ahora me quiere vender un biológico porque es bueno? Hay algo que no encaja. Hay muchas empresas que están haciendo una reconversión porque lo necesitan y otras porque lo ven como una oportunidad.
-Pero no son glifosato. Entonces no los podés vender de la misma forma.
-No, no lo podés vender igual y tenés que hacer mucha docencia. En realidad tenés que hacer agronomía. Yo digo que los biológicos llegaron para que el agrónomo vuelva a pisar el campo, para que no haya un agrónomo cada 10.000 hectáreas, sino un agrónomo cada 3.000, como debería haber. Es para que el agrónomo haga manejo integrado de plagas, para que vea y monitoree. Esa es la manera de usar el biológico y que funcione. Si yo paso la receta por teléfono y lo tiro, el biológico no va a funcionar.
-¿Cómo entra Biológika en ese escenario?
-Biológika comercializa insumos biológicos y le da una mano al productor sobre cuáles son esos insumos que puede usar como herramienta, sin dejar de lado los que usa tradicionalmente. Lo asiste en cómo combinarlos para que funcionen mejor, con mucho asesoramiento en campo y mucho acompañamiento.
-¿Qué es lo que te atrae de Mendoza?
-Creo que Mendoza lo que tiene es mucha gente que puja y que por ahí se olvida del contexto, y me parece que pasa esto en esta economía regional sobre todo. La gente es como una perlita en el desierto, ¿no? La gente labura igual, regar hay que regar, producir hay que producir, y creo que eso tiene de lindo. Si bien la macro todavía no acompaña a las economías regionales, me parece que lo que tiene el productor de Mendoza es eso. Y la diferencia con los cultivos extensivos es que acá a los cuatro meses tenés una nueva revancha al ser ciclos cortos. Si la papa te sale mal, vas a cebolla, o vas a ajo, o vas a tomate. Eso en los cultivos extensivos, en los commodities, es más complicado.