Lo que realimente habría que preguntarse es si la vendimia sigue siendo la fiesta del productor de vides para vinificar. Habría que preguntárselo con seriedad. Porque de los problemas del productor se habla cada vez menos en el tradicional desayuno de la Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina), que es el acto de mayor voltaje político que se desarrolla en el marco de la Fiesta de la Vendimia en Mendoza.
Por ejemplo, este sábado por la mañana en ese acto no se mencionó la frase “atraso cambiario”, que es visible para todos los integrantes de esa economía productiva, y en cambio sí se repitió como cincuenta veces la palabra “competitividad”, como si fuera la propia cadena productiva la responsable de que los indicadores sobre consumo y exportaciones de vino hayan caído a sus mínimos históricos, y no hubiera culpas de las reglas macroeconómicas cambiantes por los caprichos de la política.
Por ejemplo, no se hizo mención en el Desayuno 2025 de la Coviar a la propia estadística oficial, que informó que en en 2024 se dieron de baja 1.251 viñedos, lo que equivale a 7.346 hectáreas menos. Y que solo en Mendoza se perdieron 535 viñedos y 3.957 hectáreas. Tampoco se habló de los problemas comerciales que se avecinan en la nueva temporada, con bodegas que ya avisan que están sobre estoqueadas y que no van a poder pagar mucho más que el año pasado, y productores que advierten que eso sería condenarlos a perder plata.
Es como que si la realidad no hubiese sido invitada a desayunar. Y se la haya reemplazado por un conjunto de imposturas y conveniencias. Mejor no decir nada en el desayuno para no empañar la elección de las reinas esta noche. Mejor esquivar las discusiones y brindar con agua, que pasa fácil y no pega.
No hay Vendimia ni Vitivinicultura sin productor primario, pero para Cornejo y Coviar no existen. Ningún anuncio, ni hablar del precio de la uva, lobesia, lucha antigranizo. Hablan de visión, pero la realidad es que cada vez hay menos productores. Caras de piedra #DesayunoCoviar pic.twitter.com/7heC7PcepW
— Mauricio Sat (@MauricioSatOk) March 8, 2025
El que más esfuerzo hizo por disimular que hay rispideces y problemas al interior de la cadena fue el propio gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, al definir que “hay una sola vitivinicultura, que debe marchar de la mano de productores y bodegas. Es inadmisible entender que haya varias vitiviniculturas. Eso daña la perspectivas de negocios y al reputación de la actividad”, se quejó, como obligando a la realidad a esconderse detrás de la escena.
Aunque está claro que no se puede, porque como en los últimos años está más que claro que hay dos tipos de vitivinicultura: la de los que ganan a costa de la de los que pierden.
De eso no se habla, igual, aunque Cornejo pasó el aviso de que -como se disimula el problema- su gobierno no va a intervenir en el proceso de formación de precios, como exigen diversos sectores de la actividad primaria en reclamo de medidas que colaboren a mejorar los precios al productor.
Todo dicho: “En la vitivinicultura el consumidor manda. Estamos convencidos de que el Estado no debe intervenir en la formación de precios, porque cuando lo ha hecho ha provocado serias anormalidades que provocaron una caída del producto y mayor empobrecimiento”, sentenció el gobernador.
Entonces, sin ánimo de discutir estas rencillas domésticas, Cornejo se dedicó más a hacer del desayuno de la Coviar -principal encuentro anual de la cadena vitivinícola- casi un acto político y casi electoral, pensando en las elecciones de medio término, en el que reafirmó su compromiso de apoyo a las políticas del gobierno de Javier Milei, quien desistió de viajar a Mendoza por la grave situación provocada por las lluvias en Bahía Blanca.
“Es cierto que no había futuro posible con el esquema anterior, era de toda razonabilidad reclamar la vuelta a la normalidad. La normalidad requiere de un esfuerzo para adaptarse a las reglas del mercado. El Estado solo debe ocuparse de contribuir a generar un entorno propicio a la actividad”, repitió el mandatario mendocino, quien pareció justificar la caída de muchos viñateros en esa falta de adaptación y habló de un fenómeno global: “Hoy estamos viendo una fuerte reconfiguración de la vitivinicultura a nivel mundial”.
Luego dejó sensación de excusa al enumerar una serie de medidas que toó su gobierno para estar “cerca del productor y de las bodegas” y hasta desafió a la cadena pidiendo que “semejante” aporte de todos los mendocinos “sea valorado con justicia por el sector” productor de vinos.
Tasa cero para algunos créditos, actualización del Fondo Compensador Agrícola por inflación, tasas subsidiadas en líneas del Banco Nación por 60 mil millones de pesos para inversiones en los viñedos, exención del impuesto de los Sellos, la gestión provincial para la eliminación de retenciones” y etcétera, es lo que citó Cornejo. Que de tipo de cambio ni habló.
“Es tiempo de aumentar la productividad. Los mayores ingresos vendrán de la mano de la eficiencia en todas las etapas de la cadena como la eficacia de un plan de mercadeo que nos permita recuperar el terreno perdido”, enfatizó, ante de tomar un trago de agua.
Con tanta suavidad, el mandatario mendocino no se la hizo nada difícil al representante nacional sobre el escenario: El secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, no se tuvo ni que esforzar enumerando medidas de apoyo a la actividad (que por otro lado no abundan). Fue tan rápida su presentación que ni siquiera tuvieron tiempo de llenarle su copa de agua.
“Es un honor, es emocionante estar acá. Para no aburrirlos, la estrategia del gobierno nacional es simplificar, desregular, facilitar que la gente pueda producir y trabajar en paz. Para eso hay que liberar, y acá estamos, ordenando, organizando, haciendo todo lo que podemos para facilitar la producción. En eso estamos”, dijo Iraeta. Y se despidió.
El bodeguero riojano Mario González, presidente de la Coviar, tampoco desentonó con este decisión de esquivar la agenda caliente de la vitivinicultura, que por cierto es casi la misma en todas las economías regionales.
Por lo menos, tras reconocer que el sector valora “el camino planteado de estabilizar la economía, desburocratizar y trabajar en los costos logísticos”, el empresario reclamó al sistema financiero que esté a la altura de las circunstancias con préstamos al sector productivo para que pueda adpatarse, con préstamos a 10 años de plazo con 3 o 4 de gracia.
Según González, que reafirmó la importancia de tener en la Coviar un plan estratégico para el sector vitivinícola pensado a 2030, y que fue revisado en base al cambio de escenario político y económico, la situación actual no admite peleas intestinas en la cadena: “Necesitamos trabajar todos juntos, construir a partir de las diferencias, porque nadie tiene más que una parte de la solución”, reclamó, mientras le servían un vaso de agua.
Previo a los discursos, los organizadores invitaron a subir al escenario a los máximos dirigentes de la Mesa de Enlace, para hacer en ellos un homenaje a los productores. Andrea Sarnari, de Federación Agraria; Nicolás Pino, de Sociedad Rural; y Lucas Magnano, de Coninagro, provienen de otras provincias y actividades productivas. Ellos subieron casi desprevenidos al escenario.
Pero el cuarto en subir fue Mario Leiva, histórico dirigente de la sociedad rural del Valle de Uco y representante de CRA, quien luego de los actos se quedará en su localidad y con seguridad comenzará a reclamar por los bajos precios de las uvas del “mejor malbec del mundo” ni bien temirnen los efluvios de estos brindis edulcorados de agua.