Además de darle un cauce comercial a la producción legumbrera del norte bonaerense y el sur santafesino, donde existe una larga tradición de estas producciones, la planta de cultivos especiales de la cooperativa AFA (Agricultores Federados Argentinos) en la la localidad de Rueda también se embandera con el orgullo de haber abierto la senda de exportación de arvejas argentinas hacia China.
Sin embargo ambos hitos son el resultado del funcionamiento bien acoplado de las dos líneas de producción que tiene la planta y que tienen capacidad de procesar unas 120 toneladas de legumbres diarias, especialmente arvejas producidas en la zona, pero también otro tipo de legumbres y granos especiales, que se despechan en aproximadamente 5 contenedores hacia distintos destinos.
El jefe de esa planta, Gonzalo Franco, contó a Bichos de Campo que en ambas líneas se realiza la limpieza y clasificación de los granos, ya que las legumbres ingresan de forma a granel a la instalación, directamente del campo.
“Tenemos dos líneas de producción, con una capacidad operativa diaria por turno de 120 toneladas aproximadamente. Cada línea de producción cuenta con las maquinarias disponibles para segregar la calidad de la arveja. En cada línea hay tres maquinarias específicas que segregan la mercadería con su clasificación volumétrica, es decir, por tamaño. Dichas exigencias son las que van contemplando los clientes y nosotros estamos a disposición para satisfacerlas”, detalló el operario.
Mirá la entrevista completa:
Además de buscar la precisión en el tamaño del grano, la planta de AFA también cuenta con la tecnología adecuada para clasificar por color las distintas legumbres. Y obviamente hay otro eslabón del proceso que separa piedritas o granos de otro tipo que pueden haberse colado desde el camión.
“Luego procedemos hacer la clasificación óptica, que es decir por color. Aquí se pasa a ver que la arveja, tenga todo un mismo color. Por eso se sacan granos manchados o con defectos. Contamos con una máquina que cuenta con cámaras en su parte frontal y su parte posterior, que va haciendo una especie de video de alta resolución y con expulsores de aire va segregando hacia lo que sería la parte de calidad no aceptada o calidad rechazada, todo aquel grano que no contemple el color específico que nosotros le requerimos. todo defecto que tenga la arveja, toda materia extraña lo va a sacar”, dijo Franco.
Durante un recorrido por la planta, se pudo constatar la efectividad de este equipamiento capaz de separar un pequeño grano de maíz de entre los guisantes. Gonzalo subrayó que esta característica es propia de la mayoría de las maquinarias con que cuenta la instalación, indistintamente del grano a procesar, más allá de que sea la arveja el producto estrella.
“Las máquinas están totalmente seleccionadas para poder trabajar con cualquier tipo de legumbre. Habitualmente tenemos arveja verde como en el primer puesto, por así decirlo. Pero hacemos maíz pisingallo, garbanzo, lenteja y todo tipo de porotos”, indicó Gonzalo haciendo referencia a la forma en que se ajustan o calibran las máquinas en función de cada cultivo.
Esta maquinaria ha llegado a funcionar hasta en tres turnos de ocho horas, aunque ahora la intensidad del trabajo es algo menos, especialmente luego de la intensa sequía que viene castigando esta zona productora de arvejas y lentejas. Para regular la intensidad de producción es además determinante la demanda de los clientes. Las cargas pueden realizarse a granel dentro de un contenedor (la modalidad más demandada por China), pero también en bolsas de diferentes kilajes, que van desde los 20 kilos a la tonelada de peso.
“Habitualmente cargamos cinco contenedores por una cuestión operativa y logística. Pero nosotros en la línea de producción contamos con toda la disponibilidad, según lo que el cliente quiera sacar. Contamos con bolsas personalizadas o blancas lisas de cualquier tamaño, que van desde los 20 kilos hasta los 50 kilos. Y después lo que ofrecemos también son el famoso big bag, dependiendo de los kilogramos que desea el cliente. Por lo general salen de 500 kilogramos o mil kilogramos que pueden ser personalizados o generalmente con el logo de AFA”, precisó.
El jefe de planta explicó que también tienen una pequeña línea para hacer envases más pequeños, pensados exclusivamente para el mercado interno. “Contamos con una planta de fraccionamiento que va directamente a góndola en bolsitas que van de 400 gramos a un kilo, pero estamos trabajando para sacarlo al mercado externo” en ese formato.
-¿En momentos de un alto pico productivo, hasta cuántas horas se pueden extender las jornadas de trabajo en la planta?
-Nosotros hemos llegado a hacer turnos de 24 horas, seis días a la semana. Actualmente estamos con un turno productivo extendido, es decir, estamos haciendo horas extras para cumplir con las necesidades del cliente. Esto sobre todo tiene que ver con la operativa comercial y logística. Hay que llegar a tiempo.
Si bien Gonzalo se mostró cauteloso para hablar de la parte comercial, porque no es su expertise, si se atrevió asegurar que es en este particular donde recae la mayor exigencia de la planta, ya que los tiempos del mercado son cada vez más cortos y apresurados.
“Hoy en día el mercado es muchísimo más agresivo, por así decirlo. Es decir, tenemos que llegar a tiempos que a lo mejor antes eran más laxos. Hoy en día el mercado es más exigente. Y bueno, tenemos un gran equipo que podemos cumplir con las exigencias”, concluyó.