El presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, consideró ante la avalancha de compras de la exportación que “no va a faltar trigo (dentro del mercado local) este año, pero lo que no sé es el precio al que se negociará”.
De este modo, respondió a una consulta de Bichos de Campo sobre la disponibilidad esperada de trigo sobre fines de la campaña 2018/19, entre agosto y octubre, antes del empalme con la nueva cosecha, pues el sector exportador salió a comprar el cereal y ya acaparó casi todo el saldo exportable. A primera vista esta situación podría repetir el cimbronazo de precios similar al ocurrido en septiembre de 2018 cuando la bolsa de harina de trigo pasó de $200 a $600.
“Lo que ocurrió el año pasado es reflejo de que el mercado no siempre está aceitado para ofrecer trigo, y la molinería siempre necesita trigo, porque no tiene la opción financiera de comprar todo el trigo de una vez para todo el año; por ende compramos cerca de 40.000 toneladas diarias que es lo que producimos al mes”, explicó el titular de la FAIM.
De todos modos destacó que no hay enfrentamiento entre molinos y exportadores. “La cadena triguera está unida. Lo venimos logrando en los últimos años”, explicó. En rigor, el año pasado los faltantes para el mercado interno se cubrieron con las cerealeras volviendo a volcar trigo hacia los industriales de la harina.
Mirá la entrevista completa a Diego Cifarelli:
“Ahora los momentos del mercado son otros. A veces salimos a comprar y ofrecemos más dinero al no encontrar oferta. Por ende yo creo que el año pasado sí había trigo, pero lo que no había era una oferta interesada en comercializar. Por eso es que picó el trigo y llegamos a pagar $11.500 o 270 dólares la tonelada. Por ende, me es inevitable trasladar el costo a la harina, porque el costo de mi harina es 75% trigo”.
Luego de su razonamiento, Cifarelli explicó que no sabe si este año se dará el mismo escenario. “No puedo hacer futurología, aunque lo que sí puedo decir es que se dio una cosa rara que no se daba en el mercado, y es que aquel molinero que compró trigo en diciembre y en enero no se benefició tanto como el que compró en febrero, porque el de diciembre y enero costó más caro que el de febrero. Veníamos con una inercia de precios que fue sostenida por el trigo en plena cosecha, y cuando se dio exceso de oferta a fines de enero y mediados de febrero, la oferta superó a la demanda. Los molinos ya estaban comprados y la exportación ya había comprado mucho para finales de año”.
En síntesis, según el presidente de FAIM, “hoy tenés la exportación comprada con 11 millones de toneladas, y los molineros con 2,5 millones de toneladas. Si la exportación repite la performance del año pasado, y nosotros repetimos la producción del año pasado, tendríamos un equilibrio entre oferta y demanda con la campaña ya vendida. El punto es a qué precio será. Ahí empieza el tiempo de la venta. Ahora que el productor se distrajo con otro cultivo, se retrae la oferta y empieza a crecer el precio, el cual puede seguir creciendo, porque es oferta y demanda”.
Cifarelli participó del lanzamiento de Trigar 2019, un congreso internacional de trigo que se hará en Córdoba en junio próximo. “Es el resultado de la realización íntegra de una cadena que tuvo bastantes sinsabores, en donde cada uno ha peleado por su lado en los últimos años, pero la unión del productor con la industria y resto de la cadena está a flor de piel en el reencuentro en Trigar, donde el objetivo en común es mostrar el potencial de toda la cadena”.