Una señal de alerta está apareciendo al analizar la dinámica del flujo de divisas sectorial publicado por el Banco Central (BCRA).
En los primeros diez meses de 2024 el ingreso neto integral de divisas generado por los sectores “oleaginosos y cereales” y “otras actividades primarias” fue de 19.662 millones de dólares (M/u$s).
En segundo lugar se ubicó el sector “alimentos y bebidas” con 5832 M/u$s netos ingresados en enero-octubre de este año, mientras que el tercer lugar del ranking de generación de divisas fue para el sector de petróleo y gas con 3466 M/u$s.
La ubicación del sector hidrocarburífero en el tercer lugar del ranking es toda una novedad para la economía. Tal fenómeno es producto de la puesta en marcha del gasoducto “Perito Francisco Pascasio Moreno”, que permite un considerable ahorro en importaciones de gas al facilitar el transporte el recurso patagónico hacia la zona central del país.
También se explica por el incremento de la capacidad exportadora de petróleo no convencional, sumado al ordenamiento de las importaciones instrumentadas por el Estado nacional, las cuales se hacían en la gestión anterior con notables sobreprecios.
Por otra parte, tras la reapertura del Oleoducto Trasandino, que conecta Puesto Hernández con la refinería chilena de Biobío, la estatal YPF junto con Shell, Vista y Equinor comenzaron a exportar volúmenes crecientes de crudo hacia Chile. En los próximos dos años se espera que la balanza cambiaria del sector se consolide con la finalización de la construcción de dos nuevos oleoductos realizados por Oldelval e YPF.
La minería, que hasta el año pasado ocupaba el tercer lugar, ahora se ubica en cuarto puesto con un ingreso neto de 3143 M/u$s en los primeros diez meses de este año, seguida por el sector informático (desarrollo de software) con 876 M/u$s.
Los datos corresponden a cifras del último balance cambiario sectorial publicado por el BCRA en lo que respecta a exportaciones/importaciones, inversiones directas, préstamos, giro de utilidades y formación de activos externos.
Los demás grandes sectores generadores de bienes y servicios de la economía argentina consumen muchísimos más dólares de los que generan y son “subsidiados”, en términos cambiarios, por el sector agroindustrial y, en menor medida, por los rubros petroleros y mineros.
El problema es que, gracias al ordenamiento de la macroeconomía instrumentado por el gobierno de Javier Milei, los sectores consumidores de divisas –como el automotriz, químico, maquinaria y comercio– están requiriendo cantidades cada vez mayores de ese recurso para poder llevar adelante sus actividades. También viene creciendo el atesoramiento de dólares por parte de personas.
En tales circunstancias, si esa tendencia se consolida, la capacidad de respuesta de los sectores alternativos –hidrocarburos y minería– es muy limitada, dado que las inversiones necesarias para incrementar la capacidad exportadora son gigantescas y las mismas tardan muchos años en “madurar”.
El único sector que puede aportar una respuesta rápida al consumo creciente de divisas por parte de los sectores deficitarios es el agropecuario, que en apenas un año, con los incentivos adecuados, puede generar recursos adicionales en grandes proporciones. Para eso, por supuesto, se requiere un esquema tributario acorde que no contemple la aplicación de derechos de exportación.
Por el momento el creciente consumo de divisas se encuentra contenido gracias al ingreso de divisas aportado por el régimen de regularización de activos no declarados (“blanqueo”) instrumentado en el segundo tramo de 2024 por el gobierno, aunque esa ayuda extraordinaria no estará disponible en 2025, a menos que el equipo económico de Milei, liderado por Luis Caputo, consiga un “paquete” de ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) gracias a las gestiones realizadas durante la presidencia de Donald Trump en EE.UU., quien asume el próximo 20 de enero.
Vale aclarar que esas dos fuentes de divisas no son genuinas, como las generadas por las exportaciones de bienes y servicios, sino producto del “mangueo”, que resta “puntos” al país al ponerlo en el rol de “pordiosero” de recursos que puede producir por cuenta propia con las condiciones adecuadas.
Si al agro le quitaran los derechos de exportación ¿ por qué razón se exportarìa por más divisas ?
¿ Acaso alguien conoce campos aptos para la agricultura abandonados ?
Si al agro le quitaran los derechos de exportación, la mayoría de las divisas que el estado dejaría de recaudar, irían a parar a los bolsillos de los dueños de tierras que las arriendan a terceros.
Si hoy los arriendos están tan elevados, es por la puja entre los interesados en sembrar campo ajeno. La demanda supera la oferta. Calculen sin derechos de exportación entonces, lo que sucedería. ¡ NO ES ” POR AHI “!!!!!!!!!
A Héctor de los comentarios. Primero: Dejen de robar. Segundo: Sí se sembrarían más tierras, alejadas de puertos, y se emplearía más fertilizante en más territorio.