La Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) reafirmaron el compromiso de trabajo conjunto en el proyecto conjunto para implementar Centros de Desarrollo Vitícola (CDV). ¿Que son? Una suerte de mini experimentales para que los pequeños viñateros que abundan en la región Cuyana puedan acceder a tecnologías específicas para ellos, de modo de hacer más competitiva su actividad.
Actualmente son 13 los Centros de Desarrollo Vitícola que funcionan en los principales oasis vitivinícolas del país: siete en Mendoza, dos en San Juan, uno en La Rioja, uno en Catamarca, uno en Salta y uno en Patagonia Norte.
Los CDV son una iniciativa de Coviar ejecutada por el INTA que lleva 12 años de trabajo en la capacitación y educación de los productores vitícolas. Este viernes se decidió renovar el trabajo por tres años más. La idea, a partir de este consenso, es “identificar necesidades, definir estrategias colectivas e implementar acciones para el desarrollo vitivinícola local, especialmente para los pequeños y medianos productores de uva”, se explicó en un comunicado.
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El acuerdo fue firmado por el presidente de la COVIAR, Ángel Leotta, y por el director Regional INTA Mendoza-San Juan, José Gudiño, afianzando esta alianza estratégica por otros tres años de trabajo.
Leotta destacó que “más allá de los conocimientos y estudios con los que el INTA siempre está más avanzado, la conexión que nos facilita con el productor es sumamente importante para atraerlos a los diferentes Centros de Desarrollo Vitícola, hacer grupos de productores donde se plantean los problemas y se alcanzan las soluciones”.
Gudiño, en tanto, dijo que “después de 12 años es fundamental continuar con esta asociación benéfica para las dos instituciones. Es una alianza estratégica porque nosotros podemos bajar a través de los CDV toda nuestras recomendaciones para el sector vitivinícola”.
A través del acuerdo, la COVIAR aportará este año 9,1 millones de pesos, mientras que el INTA aportará 7,3 millones de pesos para el funcionamiento de los CDV, lo que incluye el aporte de los ingenieros y técnicos que totalizan 45 personas. Mediante este sistema, ingenieros agrónomos y técnicos brindan herramientas de apoyo gratuitas a más de 5.000 productores por año, a través de capacitaciones, difusión de información, instrumentos de acceso a financiamiento y transfencia de tecnología.
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“Los beneficiarios son todos productores de menos de 30 hectáreas y cuyo principal ingreso lo genera la actividad vitivinícola”, precisó Mauricio Ortiz, director de la Asociación ad Hoc de Pequeños Productores de la Coviar.