Hace más de un siglo, Klein comenzó a escribir su historia en Alberti, corazón de la provincia de Buenos Aires, con un semillero de trigo que pronto ganaría prestigio en la agricultura argentina. Lo que empezó como una apuesta de Enrique Klein, con la convicción de que las semillas podían transformar el campo, hoy es un poderoso jugador en la industria agrícola, tanto a nivel nacional como internacional.
El trigo, su cultivo insignia, sigue siendo el pilar de su modelo de negocios, pero con el tiempo, Klein ha ido creciendo y diversificando su portafolio. En ese crecimiento, hoy se encuentra trabajando en líneas de investigación de girasol.
Aunque Klein ha expandido su presencia en mercados internacionales como Brasil y Paraguay, Federico Corries, responsable de investigación y desarrollo de la empresa, deja claro que la prioridad sigue siendo el mercado argentino. “No dejamos de trabajar en el mercado local”, asegura. “Brasil y Paraguay son nuevos horizontes, pero nuestra base está en Argentina. Queremos seguir siendo los protagonistas cuando se hable de variedades de trigo en este país. Ese es nuestro compromiso”, reafirma con convicción, como quien sabe que el verdadero poder de Klein sigue radicado en la tierra que la vio nacer.
Y si bien el trigo sigue siendo el eje, Klein no se conforma con lo alcanzado. La empresa, fiel a su tradición de innovación, ha decidido apostar también por el girasol, un cultivo con el que la firma tiene una relación casi histórica. “Hace algunos años adquirimos un programa de mejoramiento de girasol, y ahora, por primera vez, vamos a sembrarlo aquí en la zona”, explica Corries. “Ya tenemos dos híbridos comerciales que se adaptan bien al centro y norte de Buenos Aires, y a las condiciones del norte de Argentina”, agrega con orgullo, consciente de que este es solo el principio de una nueva etapa para la empresa.
Mirá la entrevista completa con Federico Corries:
El giro hacia el girasol no es una casualidad. Si uno se adentra en la historia de Klein, descubre que la empresa fue pionera en el trabajo con este cultivo en Argentina. “Si uno busca un poco, verá que fue Klein quien inició el trabajo serio con el girasol en el país”, dice Corries, con una sonrisa nostálgica, como quien recuerda una etapa fundacional de la firma. Así, en el presente, la compañía retoma el rumbo que ya había trazado hace décadas, con la experiencia y los recursos necesarios para avanzar con paso firme.
El programa de mejoramiento de girasol de Klein se distingue por su enfoque innovador. “Nuestro programa es diferente a los otros que existen en el mercado argentino”, asegura Corries. “Usamos germoplasmas de origen americano y europeo, lo que nos permite ofrecer híbridos con características muy atractivas. En breve, comenzaremos a ver los primeros resultados en los ensayos”, añade, dejando claro que la empresa no busca simplemente adaptarse, sino marcar la diferencia.
Y en ese camino, el objetivo es claro: mejorar la calidad del girasol argentino. “Queremos un girasol estable, con un nivel de aceite superior a los estándares comerciales”, detalla Corries. “El foco está en la región centro del país, pero también buscaremos híbridos que se adapten a las condiciones del sur de Buenos Aires”, explica, dando cuenta de la paciencia y el compromiso de un proceso que no es inmediato, pero que sí es inminente.
“La idea es seguir avanzando con cada cultivo”, concluye Corries. “Ya dimos nuestros primeros pasos con el trigo, ahora vamos atrás con el girasol, pero siempre con la misma filosofía: mejorar de manera constante”. Y es que la historia de Klein no está marcada solo por lo que logró, sino por su capacidad para reinventarse y mantenerse a la vanguardia de la innovación agrícola. De un semillero de trigo que sentó las bases de la empresa, a un futuro lleno de posibilidades con cultivos como el girasol, Klein sigue demostrando que el futuro está siempre en movimiento, sin dejar de mirar al pasado que la convirtió en lo que es hoy.
Así, mientras las primeras semillas de girasol comienzan a germinar en los campos de Klein, la empresa sigue con la mirada puesta en el horizonte, ampliando su visión y consolidando su rol como un actor clave en el futuro de la agricultura argentina y global.