El gobierno de Javier Milei pretende dotar a todas las cabezas de ganado de la Argentina de una caravana electrónica que permita mejorar los sistemas de trazabilidad individual del stock bovino, como herramienta para ganar nuevos mercados. Pero la iniciativa oficial tiene varias piedras en el zapato que traban su implementación. Por ejemplo, los libertarios quienes que sea “obligatoria”, lo que parece ir contra su propia filosofía. Otra contradicción: en tiempos de “no hay plata”, los funcionarios de Agricultura pensaron en un crédito internacional para que todos los argentinos financiemos que se regale el primer chip a los ganaderos.
Por estas incongruencias, y también porque el proyecto no ha sido nunca discutido de modo transparente con el sector, es creciente la oposición de los productores al sistema propuesto por el gobierno, que todavía pretende comenzar en 2025 con el caravaneo paulatino de todos los terneros, para tener cerrado el ciclo en 2027. La entidad que más fuerte ha hecho escuchar sus quejas ante este impulso libertario es CRA (Confederaciones Rurales Argentinas).
En las últimas horas, según puso saber Bichos de Campo, en esa entidad se ha comenzado a debatir internamente sobre una contrapropuesta para hacerle al gobierno, que permitiría destrabar este entuerto. Sobre la base de la resolución oficial del Senasa que iba a imponer de mal modo el uso de los chips electrónicos, la conducción de Carbap decidió tomar una posición proactiva, debatió el tema con especialistas, y reescribió algunos puntos de la normativa que molestaban al sector. Ese borrador fue enviado al resto de las confederaciones de CRA para que sea debatido y en todo caso -de haber acuerdo- sea elevado al gobierno en los próximos días.
¿Y que dice la contrapropuesta de los dirigentes rurales? En principio marca muchas falencias en la ofensiva del gobierno. Entre ellas, los ruralistas se quejan de que la trazabilidad individual “no fue presentado formalmente ni proviene del acuerdo de todos los integrantes de la cadena”, y también remarca que no hay “tiempo suficiente” para su instrumentación pretendida para enero de 2025.
El “borrador de los productores”, en este escenario, plantea una serie de modificaciones a la imposición que viene desde el Estado, y contemplaría un mix de situaciones. En principio, desde el primer artículo habla de “establecer un cronograma” para montar el Sistema Nacional de Identificación Electrónica de los Animales. En este contexto, los ruralistas insisten en que prefieren que el sistema sea de “adhesión voluntaria”, y que su obligatoriedad y generalización se produzca recién en un plazo más largo.
El cronograma propuesto sería el siguiente:
En una primera instancia, a partir de 2025, la colocación de la caravana con chip sería obligatoria solo para “los productores titulares de Establecimientos Rurales Proveedores de Ganado para Faena de Exportación con destino a la Unión Europea (UE).
A la par se abriría un registro para “los productores que adhieran voluntariamente al Sistema Nacional de Identificación Electrónica de Animales”, quienes deberán identificar todos los terneros machos y hembras nacidos a partir de 2025.
De este modo, “al 31 de diciembre del 2027 todas las categorías de bovinos, bubalinos y cérvidos proveniente de Establecimientos Unión Europea o cuyos titulares hayan adherido voluntariamente al Sistema deberán encontrarse identificados”.
En estos dos casos, “los dispositivos deben permanecer en el animal durante toda su vida, independientemente de su destino”.
En el artículo 6° de la contraoferta ruralista se propone que el sistema se vuelva obligatorio recién “cuando el Senasa corrobore fehacientemente que el 70% del stock nacional ha sido identificado conforme el sistema de identificación electrónica”. Y si esto no se logra, entonces el gobierno podría definir como fecha de corte el 31 de diciembre del 2029. Es decir, esas caravanas serán obligatorias desde esa fecha salvo que antes su uso se haya generalizado y puedan anticiparse los plazos.
La resolución redactada nuevamente por los dirigentes de Carbap (en un hecho que es histórico, pues los saca de la actitud pasiva que tenían hasta este momento y desacomoda a los funcionarios), también avanza en definir el momento en que cada productor debería colocar las caravanas electrónicas.
“Será responsabilidad del productor aplicar la identificación a que refiere la presente, al destete, antes de movilizar a los terneros o terneras, al cambio de titularidad o ante la realización de tareas sanitarias o tratamientos medicamentosos que así lo requieran, lo que primero ocurra”, dice un artículo de la norma que ahora discute CRA y que sería elevada al gobierno.
En otro artículo, la resolución propone que, no obstante, “las Fundaciones de Lucha contra la Fiebre Aftosa y los Entes Sanitarios locales autorizados por el Senasa podrán previa conformidad del productor realizar la colocación de los Dispositivos de identificación electrónica de los animales”.