La Secretaría de Agricultura confirmó el jueves a un grupo de dirigentes del sector agrícola la fusión del Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA) con el Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA). Tal como había anticipado Bichos de Campo, las dos monumentales bases de datos sobre toda la cadena agropecuaria argentina quedarán bajo la tutela de la AFIP. Se espera que todo esté listo a partir de diciembre próximo.
Luego de la comunicación esta semana a empresarios y trabajadores de la ex ONCCA (actual dirección nacional de control comercial agropecuario) sobre la migración del RUCA, el director del área Matías Canosa aceptó dar algunas precisiones a este medio. “Como lineamientos generales estamos llevando adelante una simplificación de los registros, unificando en el caso de granos el RUCA con SISA”, confirmó.
Es decir que en una primera etapa solo se unificarán las bases de datos sobre el comercio de granos y subproductos, donde existe cierta compatibilidad de las dos plataformas. El SISA, de hecho, se forma con las declaraciones que todos los años deben hacer a la AFIP los productores primarios de granos. En el RUCA, en tanto, deben tramitar sus matrículas ante la Secretaría de Agricultura los siguientes eslabones de la cadena: acopios, corredores, fábricas de aceite, molinos y exportadores.
“Los operadores registrados migrarán automáticamente, y los nuevos inscriptos iniciarán su matriculación por SISA. El objetivo es simplificar, mejorar la operatoria y contribuir a la competitividad de las cadenas agroindustriales, manteniendo cada organismo sus funciones específicas”, explicó Canosa, de quien hasta ahora dependía el RUCA.
Dentro de su área, se quedarían ahora sin el complemento de este Registro obligatorio para todos los operadores. Por eso, pasaría a llamarse simplemente como Dirección de Fiscalización, poniendo un moño a casi treinta años de historia. La ex ONCCA nació en 1996 para combatir a los grandes matarifes del conurbano bonaerense, como el grupo de Alberto Samid, que eran acusados de perjudicar al Fisco por sumas millonarias. Luego fue incorporando ejercer el control de las cadenas de granos y lácteos.
Más adelante -y siempre en búsqueda de enfrentar la competencia desleal- el gobierno de Mauricio Macri quiso asignarle la responsabilidad de control sobre los sectores azucarero y yerbatero, entre otras economías regionales. Pero este impulso jamás prosperó. En los gobiernos kirchneristas este tipo de ofensivas contra la evasión siempre fueron reemplazados por otros ejes de trabajo, como administrar los cierres de exportaciones, los ROE (Permisos de exportación) y hasta para distribuir compensaciones a ciertos sectores.
Aunque el gobierno de Javier Milei viene recortando las funciones de la ex ONCCA, el funcionario nacional se ocupo de aclarar que este mudanza del RUCA a la AFIP no significará la desaparición del organismo de control como parte de la cartera agropecuaria nacional.
“En el registro único, la Secretaria de Agricultura continuará interviniendo en el alta (de los operadores) mediante la verificación de plantas, determinando si es apta o no, y su capacidad de almacenaje. También en el régimen de información y en los controladores electrónicos de molinos, manteniendo injerencia para aplicar las sanciones correspondientes”, explicó.
El RUCA, que es un registro de operadores de las cadenas productivas tendiente a separar a quienes operan en blanco y con una situación regularizada de operadores marginales que compiten de modo desleal, también dispone de otros dos capítulos además del de los granos que se fusionaría con el SISA: tanto los operadores del mercado de ganados y carnes como del de lácteos también tienen la obligación de matricularse y renovar sus permisos año tras año.
Frente a la consulta sobre qué sucedería con esos sectores, Canosa indicó que en “el caso de carnes continuaremos con un registro en la Secretaría de Agricultura, hasta que terminemos un trabajo similar al que estamos arribando en granos, junto a AFIP y Senasa”, anticipó.
El SISA, en tanto, es un registro semejante, pero de productores. Allí los sectores de la producción primaria de granos deben declarar todos los años la cantidad de hectáreas que sembraron, los cultivos y semillas que utilizaron, el volumen de producción que tuvieron, etc. A partir de este información la AFIP no solo monitorea posibles incompatibilidades con otras declaraciones impositivas, como Bienes Personales o Ganancias, sino que establece una suerte de ránking entre productores cumplidores y otros que no tanto.
Ahora toda la cadena agrícola quedará bajo la misma tutela.