Este sábado 31 de agosto se realizó en Santa María de Catamarca la Fiesta de la Caña con Ruda y el Segundo Encuentro de Medicina Ancestral. Las actividades, que coincidieron con el final de agosto, el mes de la Pachamama, fueron organizadas por el Centro de Formación Técnica “Aurora de un Mundo Nuevo” junto a la Finca Láctea El Pichanal, que tiene tambo de cabras pero también produce la cotizada leche de burra.
La Pachamama se celebra durante todo el mes de agosto y por lo tanto se sigue ofreciendo frutos a la tierra y brindando con Caña con ruda más allá del tradicional 1 de agosto. Es lo que hicieron este fin de semana en esa tradicional finca ubicada en Kilómetro 3 de la Ruta 17. Yendo desde Amaicha del Valle, antes de llegar a Santa María. Su propietario es el médico veterinario Rogelio Allignani, quien, entre otras cosas, elabora un fernet con una antigua receta que lleva muchas hierbas nativas.
Jaquelina Galíndez, encargada de la organización de eventos en dicha finca, contó que ese acto consiste en un ritual de apertura de la boca de la Pachamama con sahumos. Al mediodía se hizo la ofrenda a la Madre Tierra, acto en el que se le dio de comer frutas, hortalizas, semillas, comidas y bebidas.
“Se le agradece y también se le pide. Se le pide que sea un año fructífero, que no haya enfermedades, que no haya pestes, que la hacienda se reproduzca, que los campos puedan dar bien sus sembradíos, que no falte el agua. Nosotros estamos en un clima semi-puna. Entonces, es una zona árida y, por ende, las lluvias son desde principio de diciembre hasta mitad de marzo. Después no tenemos más lluvia, entonces se padece mucho esta sequía también”, explicó Jacky.
Más allá de esa tradición, el encuentro de medicina ancestral merece varios párrafos aparte. Incluyó la exposición de libros y cartillas sobre la medicina y cocina antiguas, una exposición de tecnología de boticas y farmacias del siglo pasado, y otra exposición de plantas de jardín para farmacia y botiquín natural. La actividad concluyó con una ‘Ronda de relatos y saberes’, con historias de vida en la medicina científica y herbolaria de los Valles Calchaquíes”.
-¿De qué se trata este encuentro?- le preguntaron a Galíndez en el programa Colonia Agropecuaria.
-Este encuentro se hace con la Escuela Aurora. Parte de la temática que tratan es investigar y el dar a conocer, para que no se pierdan estas costumbres, y en este caso son las medicinas ancestrales. Acá, hasta el día de hoy, se carece también mucho el tema de salud, pero imagínense hace 100, 200 años, 300 años. ¿Cómo se curaba la gente? La naturaleza es tan sabia que acá, en el mismo valle, tenés distintas hierbas y distintos yuyos, y la gente los conoce perfectamente y saben para qué es cada yuyo, y cuándo lo tienen que tomar, y cómo lo van a tomar. Acá se le dicen los médicos campesinos.
-¿Quiénes son los médicos campesinos?
-Son aquellas personas que por ahí tienen alguna sabiduría, un poco más que los demás, y sabían cómo curar a la gente, pero siempre, siempre haciendo uso de esas hierbas y esos yuyos, y que en muchos de los casos son recolectados después de la noche de San Juan del Bautista. ¿Por qué? Porque se dice que ahí ya tienen algo extra, que están bendecidos por la noche del San Juan.
-¿Y qué yuyos son los que más abundan en esa zona?
-Tenés el Rica Rica, Muña Muña, la Chachacoma, el Cedrón, el Poleo y muchos otros que por ahí se me pierden en la mente.
-¿Pero tenés de todo como en botica?
-Exactamente, usted lo ha dicho, exactamente, es el principio de la botica. Y entonces se juntan y tratan de preservar y compartir estos conocimientos. Hace dos años participó uno de los caciques también, porque acá cada lugar tiene también su cacique. Se sigue con toda esa formación indígena que también en cierta manera ha quedado. Los caciques también siguen y son elegidos por las comunidades y ellos también tienen todos sus saberes ancestrales.
La profesora Lizi Guzmán recuerda que en el primer encuentro, dos años atrás, participaron hasta alumnos de escuela primaria y que fue muy pedagógico para ellos, e incluso didáctico, al terminar la jornada danzando el jujeño “Bailecito de los Yuyos”.
Galíndez, por su lado, destacó esta vez la participación de la hija de Doña Mercedes “Mechita” Sánchez de Faciano, quien fue la primera farmacéutica de Santa María y la primera profesional, ya que obtuvo la matrícula 004 de toda su provincia. Ella misma preparaba algunos remedios, deshidratando yuyos y moliéndolos en morteros.
Los organizadores del encuentro eligieron dedicarnos el “Bailecito de los yuyos”, con letra de Adrián Témer y música de “Pachi” Herrera, interpretado por éste mismo con sus músicos: Jorge Peralta (guitarra), Álvaro Murúa (bajo), Matías Maccarone (vientos) y Emilio Farías (batería).