En las últimas semanas había habido un acercamiento entre la conducción de la Sociedad Rural Argentina, a cargo de Nicolás Pino, y las denominadas sociedades rurales rebeldes del norte de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, a horas del punto más alto de la agenda política agropecuaria, como lo es el acto inaugural de la Exposición Rural de Palermo, este grupo de dirigentes puso en aprietos al dirigente agropecuario nacional, al pedirle que la SRA abandone sus posiciones a favor de las exigencias de la denominada Agenda 2030.
En una carta dirigida el “estimado” presidente de la Sociedad Rural Argentina, cerca de veinte dirigentes representativos de esa confederaciones de rurales -a los que se sumó el popular tuitero y productor apodado BumperCrop, que en realidad se llama José Álvarez, le reclamaron a Pino porque “nos preocupan las señales que su institución podría estar enviando a quienes nos gobiernan”.
“El presidente ha sido claro con relación a la Agenda 2030 y compartimos su posición”, dicen a renglón seguido, en referencia a Javier Milei, quien tiene una excelente relación con Pino y este domingo participará junto al ruralista en la inauguración oficial de la Exposición de Palermo.
El grupo díscolo de dirigentes, algunos de los cuales son incluso socios de la SRA, consideró que “la Agenda 2030 y sus derivas agrarias (bonos verdes, certificaciones) son formas de coloniaje indigno, tan dañinas como el estatismo dirigente y expoliador, como lo expresaron representantes de Brasil y Uruguay, productores argentinos de la comisión de carnes y granos de SRA, en el predio, rechazando y pidiendo cautela con las adhesiones”.
La referencia es a una reunión que hubo en el predio de Palermo, donde los países del Consejo Agropecuario del Sur (CAS) cerraron filas en contra de la agenda medioambiental impulsada desde la Unión Europea (UE), que de inmediato -para enero de 2025- exigen a los países que la proveen de comodities agrícolas y sus derivados que le certifiquen que provienen de zonas libres de deforestación. En la lista están incluidas la carne y la soja.
En la Sociedad Rural existe una evidente dualidad de posiciones respecto de esta agenda ambiental. Por un lado se escuchan entre sus socios voces que se oponen a cumplir las exigencias europeas, pero a la par institucionalmente la entidad no se ha pronunciado sobre el asunto y a la vez impulsa una agresiva agenda ambiental.
“La lucha contra el cambio climático y la conservación de los ecosistemas terrestres se convirtió en los últimos años en una de las premisas de distintos sectores y entidades productivas, entre ellas la SRA”, sostuvo incluso esta misma semana un comunicado difundido en Palermo, donde se informó que “la entidad viene trabajando desde hace más de dos años en el Sello de Triple Impacto, innovador proyecto para la producción agropecuaria y forestal que recibe apoyo financiero a través del programa Al Invest Verde, de la Unión Europea”. El sello involucra a la biodiversidad, bienestar animal, buenas prácticas, paquetes fitosanitarios y riesgo climático.
La reacción de los críticos -que difundieron su carta a Pino a horas del acto donde participará Milei-, no se hizo esperar: Ciritcando elípticamente a la conducción de la SRA dijeron que “vemos demasiado entusiasmo por adaptarse ‘al mundo’ como si no fuéramos parte de él y el mundo fuera solo el grupo de burócratas, pseudofilántropos, ONG y oportunistas cuyo gran mérito es estar destruyendo poblacional, industrial y agrariamente a Europa con ingeniería social de escritorio”.
Y agregaron: “Entendemos que no es fácil cuando son exigencias de ‘compradores’, pero es de buen vendedor no mostrarse desesperado. Nos preocupa ver el sello de la SRA promoviendo agendas, encuentros y congresos donde se fabrica la soga con la que nos van a ahorcar”.
“El único bono verde que exigimos, es el cobro pleno de la producción, las divisas sin quitas. Y la única certificación que queremos es la de “Producción Libre de Agenda 2030”. Debemos pasar del rol pasivo al activo, promoviendo nuestros avances en producción, como el de la siembra directa y de la mejor carne del mundo. Queremos más libertad, no menos”, finalizaron.
La carta la firman varios dirigentes de las rurales del norte, como Alberto del Solar Dorrego (Rojas), Raúl Victores (San Pedro), Jorge Josifovich (Pergamino), Martín Sturla (Areco), Pablo Roller (Baradero). También varios referentes del sector autoconvocado, como José Perkins, Santiago Galíndez, Servando Etchepare, Gabriel Vénica, Carlos “Caico” Montoya y César Pereyra. Algunos integrantes de CRA, como Eduardo García Maritano, productor lechero de Venado Tuerto, o la presidenta de la Rural de Rosario, Soledad Aramendo. Pero la frutilla del postre es la presencia en la lista del ingeniero en producción agropecuaria José Antonio Álvarez, más conocido como Bumper Crop en las redes sociales.
A la par del cuestionamiento a las iniciativas ambientalistas de la Rural, los firmantes también pusieron presión al gobierno de Milei para que anuncie medidas concretas a favor del agro en el discurso del domingo.
En la llamada “Declaración de Palermo 2024”, este sector recordó que apoyó “desde el primer momento el rumbo de austeridad y responsabilidad fiscal tomado por el Gobierno”, pero a la vez manifestó que “no deja de preocuparnos que los derechos de exportación sean aún considerados una herramienta indispensable para la estabilización económica, cuando son los responsables del techo al crecimiento económico y a la pobreza que viene protagonizando las dos últimas décadas de la historia nacional”.
Excelente nota,
El sector agro argentino no tiene porque plegarse a la agenda socialista,
Ya están destruyendo la agricultura de europa.
Este gobierno declaró que es una mierda la agenda.
Algún curro hay que los gremios se transforman en agentes de la agenda.
Búsquense otro negocio que no sea destruír el medioambiente. Copienle a Estados Unidos como les encanta: Allá está lleno de parques nacionales protegidos. Y a Europa. Y bueno “socialismo es cuando cuidás el ambiente”, no parece tener sentido. Consíganse un negocio honesto.
Todos teresos. Por suerte no pinchan ni cortan.