El contrato agrícola del Matba Rofex con mayor grado de incertidumbre muy probablemente sea el de Maíz Rosario Abril 2025 del Matba Rofex ante las dudas existentes sobre el área de siembra que podría tener el cereal en virtud del ataque masivo de Spiroplasma.
Con un interés abierto superior a 45.000 toneladas, el futuro de Maíz Rosario Abril 2025 –correspondiente a la cosecha de maíz temprano argentino– tiene un valor apenas superior al del contrato Maíz Julio 2024.
Mientras que el contrato Maíz Rosario correspondiente al mes de julio (maíz tardío argentino) está mayormente influenciado por la avalancha exportadora del cereal que realiza para esa época Brasil, el futuro de maíz temprano sigue teniendo un elevado componente interno en lo que hace a la formación del valor del mismo.
La primera “estación” del escenario por atravesar es terminar de cosechar el maíz tardío porque no son pocos los que consideran que las actuales proyecciones de cosecha del cereal siguen demasiado elevadas en función del impacto destructor del Spiroplasma.
Cuando los productores tengan el número final del rendimiento logrado de maíz tardío –en muchos casos asociados a cuantiosas pérdidas económicas–, entonces vendrá la etapa de analizar la conveniencia de sembrar o no el cereal en la primera fecha de implantación.
Un conjunto de instituciones –Aapresid, CREA, Maizar, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres y la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos– está armando una red de trampas a nivel nacional para poder monitorear la presencia de D. maidis (“chicharrita del maíz”), el insecto que opera como vector del Spiroplasma.
Esa información será vital para poder instrumentar decisiones de siembra, dado que en aquellas regiones en las cuales se evidencie una elevada presencia de poblaciones de chicharritas seguramente no habrá mayores intenciones de invertir en el cultivo de maíz.
Los valores tentativos que se están empezando a construir del Maíz Rosario Abril 2025, además del riesgo biológico interno, cuentan con una variable geopolítica que no puede ser dejada de lado.
Recientemente el gobierno de China habilitó el ingreso de maíz argentino, lo que implica que la nación asiática está en condiciones, si así se lo propusiese, de dejar de comprar cereal de origen estadounidense para abastecerse de manera exclusiva con grano sudamericano.
En tal escenario, el maíz estadounidense quedaría relegado en la matriz comercial internacional y los valores FOB del cereal tanto brasileño como argentino crecerían en términos nominales y relativos.
Por otra parte, si en las elecciones presidenciales de noviembre próximo resulta vencedor el candidato Donald Trump, quien llevó a cabo una “guerra comercial” con China durante su gestión al mando de la Casa Blanca, entonces el escenario planteado podría potenciarse.