Las largas travesías ´por los entornos naturales de la Argentina ya son habituales para los integrantes de Fundación ProYungas y forman parte de las actividades para concientizar sobre la conservación del ambiente y el desarrollo sustentable en el Norte Grande. Sin embargo, esta caminata que emprendieron desde el pasado 5 de mayo y han denominado Travesía Capricornio, tiene un motivo especial, pues conmemoran sus 25 años de existencia.
El biólogo Alejandro Brown, presidente de la ONG y sus compañeros, partieron desde Susques, en la Puna jujeña, y tienen como meta llegar a las Cataratas de Iguazú. Van marchando sin perder de vista su principal objetivo, que es dar visibilidad a la realidad de estos territorios.
Durante la travesía, que se extenderá por al menos 4 meses, sus protagonistas pretenden atravesar seis provincias norteñas (Jujuy, Salta, Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones). Y así, mientras cruzan malezales. montes y hasta selvas intentarán estrechar los vínculos con la población y adentrarse en las principales producciones y la naturaleza de la zona.
“Llevamos transcurrido el primer mes de travesía y esta ha sido la parte más complicada. Hemos cruzado el altiplano y fuimos bajando por las montañas hasta la Quebrada de Humahuaca. Luego subimos nuevamente para terminar en Yungas y en el Pedemonte del Noroeste. Lo que hemos aprovechado durante la travesía es a ir intercambiando con las personas e instituciones que normalmente trabajamos. Por ejemplo comunidades aborígenes, pobladores criollos, empresarios y políticos”, contó Brown a Bichos de Campo.
En este sentido, el también doctor en Ciencias Naturales, destacó que los encuentros se producen de una forma más natural y que al haber recorrido 250 kilómetros caminado se ha generado una empatía y lazos de colaboración más genuinos.
“La ministra de Ambiente de la provincia de Jujuy nos acompañó caminado un buen tramo entre Puemamarca y Maimará. Hemos podido vincularnos con actores que por ahí la cotidianidad no nos permite. Entonces esto de transitar a pie, nos va sumando. Hemos tenido encuentros con prestadores turísticos, además usamos su parafernalia organizativa para llevar nuestra travesía”, detalló.
Asimismo dijo que, aunque ProYungas se distingue por hacer muchas actividades directamente en el territorio, esta travesía les ha dado la oportunidad de conocer en profundidad el potencial de la gente para adaptarse al medio donde vive. “Lo que uno ve son las tremendas ganas de la población local en salir adelante. A veces perdidos en el medio de la montaña son capaces de integrarse a ciertos proceso, como la actividad turística, algo bastante fuerte en esta parte del país”, señaló Brown.
“Uno a veces ve una casita de adobe perdida entre las montañas, y cómo se esmeran en superarse y empiezan a pensar como gestionarse una nueva forma de vida. En estos territorios la gente está pensando en el futuro a pesar de las dificultades. La verdad eso asombra, entusiasma y emociona”, celebró.
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Pero la Travesía Capricornio no solo viene dejando satisfacciones, sino que también le ha permitido a los caminantes encontrarse con realidades y preocupaciones muy puntuales entre los habitantes de esta región. Al punto de concluir que muchos le temen a fantasmas del pasado reciente, vinculado a grandes multinacionales que ponen en riesgo los recursos naturales.
“La dinámica que va tomando el país y el mundo en estas zonas montañosas, sobre con la transición energética y toda la demanda del litio como nuevo mineral estratégico, genera muchas expectativas y a veces temores. Principalmente las dudas están en el acceso a ciertos recursos como el agua y si van a estar comprometidos o no. Creo que hace falta que la información fluya, porque algunos de esos temores son genuinos y las historias del pasado pesan y eso generan incertidumbre. La gente no tiene por qué vivir angustiada por un futuro que no sabe realmente como va a ser”, reflexionó el naturalista.
Hasta el momento Brown y sus compañeros han transitado el 25% del camino planificado. Si bien han recorrido alrededor de 250 kilómetros todavía es prematuro sacar conclusiones. No obstante, él insiste en decir que caminando “se abren muchas puertas y es una invitación a filosofar y compartir”.