“Me gusta trabajar con personas, comunicar, interactuar con muchos actores de la cadena, nunca pensé que iba a estar haciendo lo que estoy haciendo ahora. Por eso tengo claro que nunca hay que negarse a algo que te parece que no te va a gustar o porque no lo conocés”, cuenta Juan Farinati, el CEO de Bayer, durante el último capítulo de El podcast de tu vida. No sólo trazamos una línea de tiempo para conocer su vínculo con el campo de pibito, también hablamos de su pasión por el triatlón, ¿Qué piensa mientras corre? ¿Cómo se prepara? ¿Qué rol juega la alimentación?
Farinati es egresado en 1999 de Ingeniería en Producción Agropecuaria y Magister en Agronegocios en la Universidad del CEMA, entre otras cucardas. Tiene más de 20 años de experiencia en el sector. Todavía sigue despuntando el vicio como productor con unos amigos-socios.
Trabajó en distintos puestos en Monsanto hasta que Bayer la compró en 2016 y se convirtió en el primer CEO argentino de la compañía alemana. Actualmente representa tres divisiones relevantes para la región Cono Sur: Pharma, Consumo y Agro.
Pero al estilo de El podcast de tu vida, ahondamos en otras pasiones. Lo buscamos para hablar de su costado triatleta, ya que ha corrido 9 medio Ironman (1,9 km de natación; 90 km de bicicleta; y 21,1 km de carrera) de lo que representa el deporte en su vida, de la frustración de no poder hacer rugby de chico porque le habían tenido que sacar un riñon cuando era bebé, y, por supuesto, se “sometió” al clásico pin pon con preguntas de música, viajes en el tiempo, series, superpoderes y cocina.
-Contame de tu infancia, ¿Dónde te criaste, en qué contexto? ¿Tenías vínculo con el campo?
-Mi viejo y mi vieja eran del interior. Mi mamá de Moquehuá, cerca de Chivilcoy. Y mi papá de 25 de Mayo. Y mi papá cuando se recibió de contador se vino a vivir a Buenos Aires y siempre nos quedamos viviendo en Buenos Aires, pero con contacto en 25 de Mayo porque teníamos campo allá, amigos, etc.
-¿Y qué te acordás de esa época?
-De chico están muy vinculados al campo. Para mi hermano y para mí siempre el campo tuvo y tiene un rol muy importante porque fuimos de chiquitos. Papá nos inculcó mucho el trabajo de chicos. Ibamos todo el verano y durante el año los fines de semana. En el verano papá nos dejaba cosas para ir haciendo. Recuerdo ya a los 13 años hacer inseminación artificial.
-Llegó el momento de estudiar y te decidiste por Ingeniería en Producción Agropecuaria, ¿por qué? ¿Qué te imaginabas haciendo?
-Mi plan A era el campo. Inicialmente, cuando era más joven era veterinaria, porque siempre me gustaron los animales. Y mi viejo me dijo que quizás era mejor estudiar algo vinculado a la producción y entonces salió ingeniero en producción agropecuaria. Que fue algo que me divirtió porque después me enganché con las plantas y los vegetales. De hecho, lo que puedo ver de mi carrera es que el plan A era el campo, pero cuando terminé la facultad, que mi plan era hacer un master en producción vegetal, de pronto, falleció mi papá y pasé a hacer un master en agronegocios. Ahí hice un cambio importante de rumbo. De pensar irme a estudiar a Balcarce con producción vegetal terminé haciendo algo vinculado a los negocios.
-¿Qué te gusta de lo que hacés hoy? Viste cuando te despertás a la mañana y decís, “qué bueno que voy a hacer esto o aquello”…
-Primero, nunca pensé que iba a estar haciendo lo que estoy haciendo ahora. De hecho, imagínate que iba a estudiar producción vegetal. Después la vida me llevó para agronegocios y terminé liderando una compañía como Bayer. Y en ese camino, yo siempre digo que siempre es importante entender qué te gusta. A mí me gusta trabajar con personas, soy generalista, me gusta comunicar, interactuar con muchos actores de la cadena. Pero nunca hay que negarse a algo que te parece que no te va a gustar o decir que no te gusta porque no lo conocés. Te voy a contar una historia, que nunca conté. Hace 30 años, estaba yo en el galpón de un contratista que sembraba con nosotros y vino una persona a vender productos fitosanitarios casualmente de Bayer, las vueltas de la vida… y cuando se va el vendedor yo, que todavía estaba estudiando agronomía, dije “Yo nunca voy a hacer esto”.
-Jaja… “Qué aburrido el laburo de este tipo”…
-Claro, claro. De locos. Y terminé haciendo esta carrera. Entonces, volviendo a tu pregunta de lo que me gusta. Yo toda la vida hice cosas diferentes. A mí lo que no me gusta es la rutina, y mi trabajo de hoy es cero rutinario. Todos los días tengo cosas distintas, problemáticas diferentes, interactuar con gente diferente, no sólo de agro sino también con otros sectores. Y te diría que rara vez me toca hacer cosas que me parecen un embole. Tengo la suerte de tener en mi rol cosas que me motivan todo el tiempo y que me llevan a aprender, a probar cosas y equivocarme, y eso es algo que me encanta. No me gusta la monotonía, si vos me ponés a algo monótono, de poca interacción con personas, es muy aburrido.
-¿Identificás algún momento en el que se haya dado el cambio? Ese del Juan que iba a laburar de agrónomo, en el campo, con tu hermano, a esta carrera que empezaste a desandar dentro de una compañía
-Primero, yo nunca dejé de ser productor. De hecho, hacemos agricultura con unos amigos. Es algo que me divierte. Obviamente yo no estoy en el día a día, pero hace 30 años estamos. Me encanta cada tanto volver a eso, estar en la producción con los pies en la tierra. Del lado del productor. Cuando me dicen que hay una piedra sé lo que es, también cuando hay sequía… Pero creo que el momento que generó un cambio en mí fue cuando pasé de trabajar, ya en Monsanto, del campo a tareas más de planificación, me vine a vivir a Buenos Aires. Yo no me daba cuenta de que estaba tomando el camino a llegar a lo que es hoy. Pero era una de las decisiones importantes de mi vida profesional. Se me presentó, viste como los caminos rurales, donde se te presenta una “t”, era para la derecha o para la izquierda. Y después hubo varias “tes” en mi vida profesional.
-Claro, como elige tu propia aventura…
-Tuve tres o cuatro decisiones importantes en mi carrera. Esa fue la primera. Después una segunda, cuando me fui a vivir a Chile a trabajar con semillas vegetales. Yo venía con soja, maíz, y ese desafío fue apasionante porque me iba a vivir a otro país y a un negocio totalmente distinto. Y después tuve otra cuando me fui a vivir a Singapur. Esa estuvo buenísima porque si bien me fui a manejar un negocio como el que ya estaba manejando en Argentina, era en una geografía y contexto totalmente diferente. Otro mundo. Y siempre tuve situaciones donde iba tomando decisiones, pero no con el objetivo de estar donde estoy hoy. Y si me gustó probar cosas que me complementaban. Me desafiaban y las elegía.
-Está bueno porque eso te permite ir disfrutando el camino, porque si uno está pensando en el último escalón, ese camino pierde sentido, es todo lo previo a ese punto final. Y casi se convierte en obsesión.
-Eso es algo piola de las generaciones más jóvenes que disfrutan más el ahora. Nosotros, yo tengo 48 ahora, fuimos criados en la lógica de construir para el futuro. Y siempre es a futuro, y a medida que te ponés más grande te das cuenta de que es importante ahora. Este tiempo que estás viviendo.
-Bueno, te contaba antes de empezar la nota que tengo un hijo con discapacidad, nuestra casa le pusimos el nombre “Aquí y ahora”, porque desde el nacimiento de Donato, y su hermano Simón, que falleció a las 36 horas de vida, aprendimos a vivir el momento, a disfrutar lo que hay. Sé que ustedes en la compañía le dan importancia a la discapacidad, la inclusión, la diversidad… ¿Cómo te llevás vos con eso? ¿Qué fuiste aprendiendo?
-En mi vida aprendí muchísimo de inclusión, diversidad y discapacidad. Una hermana de la mamá de mi mujer tiene una discapacidad y ellos como familia vivieron toda su vida acompañando ese proceso. Y es algo que yo no había vivido en mi familia, entonces para mí fue un aprendizaje. Porque muchos de nuestra edad le temíamos a la discapacidad. ¿Qué hacer? ¿Cómo relacionarnos? Y ver también cómo reaccionan mis hijas ante eso. Es completamente diferente a cómo reaccionaba yo. Y en Bayer somos muy activos en todo lo que se refiere a diversidad. Consideramos dos cosas: por un tema básico de humanidad y respeto por una población diversa, pero también porque consideramos que vamos a ser mejores como organización y como profesionales cuanto más diverso sea nuestro equipo. Y para eso es importante tener una organización que sea inclusiva. Tenemos varias acciones para contribuir en ese proceso.
-Bien Juan, ahora sí llegamos a la parte del running y el triatlón. La primer pregunta tiene que ver con ¿Qué ha sido el deporte en tu vida? ¿A qué te gustaba jugar de pibito?
-La historia mía con el deporte es bastante particular. Porque cuando era muy chiquito, tenía 1 año, tuve un tumor de wilms y me sacaron un riñón. Entonces, eso me limitó para, por ejemplo, jugar al rugby, y yo iba a un colegio donde todos jugaban mis amigos. Siempre fue una frustración eso para mí. Era muy difícil para mí. Entonces, hice deportes no de equipo, el fútbol me gustaba, pero no se jugaba en mi colegio mucho. Entonces jugaba al squash, el polo en 25 de Mayo, de hecho me pegué buenos palos, me quebré la mandíbula, tuve mis caídas. Y el deporte siempre fue algo que me gustaba hacer, pero siempre recreativo, nunca hacía deporte de manera disciplinada y competitiva.
-¿Y eso cuándo empezó?
-Cuando me fui a vivir a Chile empecé a andar en bicicleta. Al volver a Argentina seguí con la bici y empecé a correr. Ahí tenía 30 y pico de años. Y cuando me fui a vivir a Singapur, tenía un grupo de amigos que hacían triatlón. Entonces me enganché cuando ellos salían a andar en bicicleta. Pero, además, la particularidad que hay en Singapur es que había piletas buenas en todos lados. Imaginate que estás en un lugar que hacen 35 grados todo el año. Hay piletas buenas y grandes de 50 metros en casi todos lados. Algo que acá cuesta conseguir, de hecho, hoy yo nado en una de 25 metros. Entonces ahí empecé a nadar, y empecé a competir, que para mí es muy importante, porque te pone metas.
-¿Y cuando volviste a Argentina seguiste? ¿Llegaste a correr un Iroman?
-Si, me puse más firme. Me lo tomé ya más de manera organizada. Pero no corrí Ironman, sino 9 medio Ironman, y este año voy a correr el décimo, además corrí el Cruce de Los Andes, que quiero correr este año de nuevo. En general más o menos para estar bien, una persona que trabaja como yo, si vos entrenás 8-10 horas por semana estás bien para afrontar ese desafío a ritmo amateur. Si corrés full Ironman, el nivel de dedicación que tenés que tener es más importante.
-¿Y cómo te hacés tiempo entre tus responsabilidades para entrenar?
-Yo siempre digo que la dedicación que le da uno en tiempo depende lo que uno prioriza. Uno tiene tiempo para todo. Si vos querés hacerlo tenés tiempo. Si no tenés tiempo es porque hay otra cosa más importante.
-¿Cuál es la disciplina que más cómodo te sentís de las tres?
-La que más padezco es la natación. Es la etapa que quiero pasar. Vos en un triatlón arrancás nadando. Cuando salí del nado y no me ahogué, ahí estamos ya con el 80% de la carrera adentro. Jeje. Después, bicicleta y running me gustan los dos. Inicialmente arranqué con bici, pero al running le empecé a tomar cariño. Lo que tiene es que el running con menos tiempo de entrenamiento podés ir mejorando, mientras que la bicicleta te lleva más tiempo. Y natación es un deporte muy técnico. Difícil. Te agarra una persona que sabe nadar bien y te mata.
-¿Qué papel juega la alimentación en todo esto?
-Cuando arranqué, estaba en una época a fondo, me cuidad full, estuve como un año y medio o dos años sin tomar alcohol, y me encanta tomar el vino, no era abstemio… Pero era un monje, enfocado en el tema. Hoy te diría que estoy más desordenado, pero en casa se come bien. Durante la semana tenemos una alimentación balanceada, que es clave. Generalmente en deporte tenés tres pilares: el entrenamiento, el descanso y la alimentación. Y están vinculadas. Hay que hacer cada una en su justa proporción y cuando corresponde. Previo a las carreras la alimentación es todo. Una carrera de las largas, la perdés en la comida y la hidratación. Yo he tenido carreras que me he acalambrado en la bicicleta. ¡Imaginate! De ahí me tenía que bajar y correr 21 kilómetros… estaba en problemas… Si vos sos ordenado, vas tomando y comiendo cuando tenés que hacerlo, eso es todo. Tenés que planificar no sólo el gel que te vas a comer sino qué tipo, si tiene o no sodio, dependiendo el día. Mirá, un día corrí en Florianópolis y garuaba, estaba nublado, ideal. Corrí en San Juan, en marzo-abril de 2023 y hacía un calor mortal. Te hidrataste mal, y fuiste.
-¿Cuántas horas están en un medio Ironman?
-Un tipo que corre un full Ironman es alguien que hay que respetarlo demasiado, es una cosa tremenda. Pensá que un full podés tardar 11 a 13 horas. Un medio Ironman, para un amateur como yo, puede ser entre 5 y 6 horas.
-¿Qué rol juega la cabeza en estas carreras tan largas?
-El entrenamiento es muy importante. La planificación es importante. Qué vas a comer, cuándo, ritmo de carrera. En triatlón son importantes las transiciones de un deporte a otro, transicionar de una a otra es complicado. Vos salís del agua y tenés que subirte a la bici. TU cuerpo viene de estar horizontal 30-40 minutos, generalmente cuando te parás que salís te tendés a caer para adelante. Y después un tema que también es importante es a medida que la carrera empieza a avanzar, se te empieza a “colgar el sistema”, la cabeza no te funciona igual, y ahí es donde es más importante tener la fortaleza mental para tomar las decisiones correctas. Por ejemplo, el día de esa carrera en San Juan, donde no la pasé nada bien, yo salí a correr y mi plan era hacerlo a 5 minutos 30 segundos cada kilómetro. ¿Qué pasó? Hacía un calor mortal y yo no tomé la decisión en ese momento de bajar ese ritmo, y en el kilómetro 12 el sistema se me colapsó. Entonces, no sólo es la cabeza de fortaleza mental sino también la cabeza para seguir tomando las decisiones correctas durante toda la carrera. Algo que está muy vinculado a lo que te conocés.
-De las carreras que corriste ¿Cuál es la que más te gustó?
-Tuve dos carreras que odié y dos que amé. San Juan la sufrí mucho, una vez me deshidraté corriendo acá en Buenos Aires los 21, es más, casi la abandono, pero cuando estaba ahí debatiéndome la veo a mi hijita más chiquita al costado, y dije, no, no hay manera de que abandone. Y carreas que disfruté, en 2024 corrí hace poco el medio Ironman de Punta del Este que disfruté muchísimo. Y una carrera muy linda que corrí en 2021 y quiero hacer este diciembre también es el cruce de los andes, son tres días 30 kilómetros. Es una experiencia hermosa.
-Ahora, vas mezclando, porque esa es una carrera de las que se conoce como de Trail, no de calle.
-Si, a mí generalmente hago triatlón, distancia olímpica y medio Ironman, que son 1900 metros nadando, 90 km de bici y 21 corriendo. Running hago 10k y 21k. Y estas de trail que hice son lindas. Es otra cosa, con bastones, polainas, camelback. A mí me gusta mucho el aire libre, la montaña me encanta.
-¿Qué vas pensando mientras corrés?
-Yo en carrera, generalmente cuando llego al estadío ese que se me apaga el sistema, por ejemplo, el medio Ironman, los últimos 5 kilómetros son tremendos, y los últimos 2 kilómetros son muy emocionantes, yo termino muchas veces llorando. Yo pienso mucho en mis hijas en ese momento, es algo que me estimula y me hace sentir bien. Y en el entrenamiento soy de escuchar música o radio, podcast, porque es un momento donde puedo informarme, pero te diría que trato de evitar pensar en cosas de laburo. Trato de buscar cosas que me informen o me eduquen, pero me saquen de lo laboral.
-Bueno, Juan, llegamos el pin pon, el tirando paredes de este podcast. La primera pregunta tiene que ver con ¿Qué país o ciudad te gustaría conocer y por qué?
-Me gustaría conocer norte de Africa y, mi mujer viene de familia irlandesa, me gustaría conocer Irlanda, Escocia. Y tal vez Nueva Zelanda. Cuando estuve viviendo en Singapur iba bastante a Australia pero no a Nueva Zelanda, tengo ahí una cuenta pendiente.
-¿Cómo te va como cocinero? ¿Te gusta? ¿Hacés algo?
-¿Querés que te responda yo o lo que opinan en casa? (se ríe). En casa te dirían que puedo hacer sólo pasta, pizzas y asado.
-Bueno, bueno… no es poco…
-Me defiendo. Me gusta hacer asados. Generalmente hago vacío y para mi mujer y mis hijas hago lomo y entraña. Cuando vienen los amigos hago entraña, molleja, morcilla vasca, que me gusta mucho.
-¿Qué desayunás?
-Cuando entreno temprano, me levanto y a los 10 minutos estoy corriendo. Seis-seis y diez. Y después desayuno café con leche y tostadas.
-¿Series? ¿Películas?
-Soy más de películas que de series. Veo un montón. Soy malísimo acordándome de los títulos. A veces me pasa que la empiezo a ver y me doy cuenta que ya la vi. Me gusta, acción, suspenso, o ese tipo de películas que te hacen pensar. Eso me divierte.
-¿Algún super poder que te gustaría tener?
-Buena pregunta… me gustaría volar. Me gusta estar en muchos lados a la vez, si puedo desplazarme más rápido, mejor.
-Si pudieses viajar en el tiempo, ¿A qué tiempo o momento te gustaría viajar?
-Un momento en la historia, Buenos Aires de hace 150 años, o antes, de los malones, ¿Cómo sería esto? Me da curiosidad. Y en mi vida, me gustaría volver a estar en la época de mi viejo. Tendría hoy 86 años, y era como los de esa época, recto, más relaciones de respeto, barra temor. Y empecé a tener una mejor relación con él cuando falleció, y me hubiera gustado aprovechar mejor ese tiempo, tener un vínculo más cercano más temprano en la vida.
-Dejanos un tema musical para cerrar esta charla. ¿Qué música te gusta escuchar?
-Es una pregunta difícil. Me gusta mucho la música. Pero me gusta un tema de U2, “Todavía no encontré lo que estoy buscando” (I Still Haven’t Found What I’m Looking For), que la elijo porque tiene dos sentidos: una es, estás buscando algo pero todavía no lo encontraste, o todavía no sabés lo que estás buscando. Me gusta ir a ver música en vivo. También me gusta mucho la música nacional, Ceratti, Catupecu Machu, Charly, bandas de todo tipo, Illya Kuryaki. En general rock, me gusta cualquier cosa. Es más, escucho a veces música que escuchan mis hijas, salgo a correr y escucho a Emilia, Duki, que lo fuimos a ver hace poco… lo que escuchan ellas. Porque al principio Spotify lo tenían tomado ellas, tenía sus playlist.