“No nos vamos a mover de ninguna manera del ancla fiscal, que es el alma mater del programa y de la ortodoxia monetaria y cambiaria que viene con eso”. Así lo indicó este martes el ministro de Economía Luis Caputo en el 41° Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) realizado en la ciudad de Buenos Aires.
Ese concepto es mucho más lo que no dice que lo que dice, porque el “ancla fiscal” en un contexto de debilidad política –con un proyecto de Ley Bases y de reformas económicas paralizado en el Senado– implica que el gobierno no tiene ninguna intención de bajar impuestos.
Para los empresarios agropecuarios representa la certeza de que los sueños de rebaja de derechos de exportación pueden ser debidamente “congelados” porque Caputo entiende que es extremadamente difícil resignar un solo peso de recaudación impositiva.
Si bien, por ejemplo, en algunos casos sería fácticamente más conveniente en términos de generación de riqueza (y, en última instancia, también de recaudación) eliminar retenciones –como sucede con los cereales–, es probable que Caputo no quiera hacer ninguna concesión para evitar luego interminables filas de pedidos similares de diferentes sectores productivos.
No se trata de la mejor de las noticias para un agro con precios de los granos bastante menores a los presentes en los últimos tres años, un tipo de cambio más apreciado y un impuesto PAIS del 17,5%.
“Ustedes pueden estar tranquilos que no va haber sobresaltos ni cambiarios ni de ningún tipo”, indicó Caputo y, por “ningún tipo”, seguramente se refiere al esquema tributario actual que asegura una cierta recaudación al Estado nacional en un escenario de crisis económica.
“El sector privado para nosotros es muy importante y que ustedes se sientan parte del cambio es fundamental”, aseguró el ministro de Economía. “Hay sectores que ya empezaron a empujar, como el agro, la energía, la minería. Hay varios indicadores que empiezan a mostrar recuperación y obviamente también el sector financiero”, añadió.
En cuanto al cepo cambiario, el funcionario dijo que “no nos ponemos una meta de fecha” para removerlo, lo que implica que esa política tiene “cuerda” para rato.
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El ministro dijo que para poder levantar el cepo es indispensable que exista una relación razonable entre reservas internacionales y pasivos remunerados del Banco Central (BCRA), algo que aún está bastante lejos de poder cumplirse por el escaso nivel de divisas con el que cuenta esa institución. Caputo dijo que esa condición podría acelerarse si el Fondo Monetario (FMI) aportase un refuerzo de divisas, algo que a la fecha parece poco probable.
En cuanto a la baja de las tasas de política monetaria que instrumentó el BCRA con el propósito de licuar los pasivos remunerados del BCRA, Caputo dijo que, mientras que en cualquier país normal eso generaría inflación por el efecto multiplicador del dinero, en la Argentina –un caso de estudio– eso no aplica porque el volumen de créditos presente en la economía es insignificante.
“Al mismo tiempo que (licuamos pasivos remunerados) generamos con la baja de tasas las condiciones para que empiece nuevamente a haber créditos; necesitamos que los bancos comiencen a trabajar de bancos”, afirmó.
Sin embargo, en referencia a las Letras del Tesoro Nacional (Lecaps) lanzadas días atrás con una tasa nominal del orden del 50% anual, Caputo dijo que espera que esa sea la referencia de mercado –y no la tasa de política monetaria del 40% anual del BCRA– para poder determinar tanto tasas activas como pasivas en el sector bancario.
“Hemos dado una tasa de referencia del Tesoro (por las Lecaps) más alta y la señal que tratamos de mandar ahí es que la tasa de referencia para los plazos fijos (y por extensión para los créditos también) va a ser de ahora en más la del Tesoro; la tasa del BCRA va a ser (o debería ser) una tasa de liquidez inmediata o transaccional”, manifestó.
Tales declaraciones no son fortuitas, dado que la baja abrupta de tasas hizo posible, por ejemplo, que muchas empresas agrícolas pudiesen captar créditos con tasas de interés reales negativos de manera tal de disponer de un mayor plazo para liquidar las tenencias de granos