El fernet no es un invento de Córdoba sino que se trata de una vieja bebida de origen italiano. Pero sin duda que no sería tan popular en la Argentina si los cordobeses no hubiesen creado la combinación perfecta entre el fernet y la coca. Fue el “fernet con coca” el que permitió su amplísima difusión.
Algo muy parecido podría suceder con el AccuRail, el desarrollo de un ingeniero electrónico cordobés que podría revolucionar muchas de las tareas agrícolas no solo en el país sino en todo el mundo, en especial ahora que una plaga difícil y sorpresiva -la chicharrita- pone en jaque la producción de maíz y genera conciencia sobre la necesidad de estar más preparados frente a este tipo de imprevistos.
Del AccuRail ya hemos hablado en Bichos de Campo: es un dispositivo pensado especialmente para adaptarse y acoplarse a los pivotes de riego y que permite darle a esa estructura varias otras utilidades, además de regar.
De allí la comparación del principio de esta nota: este invento cordobés se parece mucho a la coca para el fernet, el ingrediente que falta para que algo cobre otro otro sentido y explote su demanda en el mercado. En este caso, el dispositivo convierte el pivote de riego en una máquina que puede también pulverizar y aplicar fertilizantes sobre los cultivos, entre otras aplicaciones posibles gracias a la agricultura digital. Pero que también puede hacerlo en días lluviosos, o cuando no hay piso, o en estados avanzados de los cultivos.
¿Qué hubiera sucedido si ante este ataque feroz de la chicharrita, que encontró a la mayoría de los productores con los estadíos de maíz bastante avanzados, se hubiera podido acceder a pulverizar en los lotes con los agroquímicos adecuados? ¿Hubiera sido tan grande el daño como ahora, cuando se estima que se han perdido más de 10 millones de toneladas?
A Prandi lo conocimos hace casi dos años en el INTA Manfredi, epicentro de la investigación argentina en riego, dando los últimos retoques a una innovación que le llevó diez años. Mientras masticaba este invento, pasó de ser representante en la región de Valley (la mayor fabricante global de equipos de riego) a tener a esa multinacional como socia en una nueva empresa que se ocupará de fabricar (también en Córdoba), comercializar e instalar esta tecnología en los pivotes de riego existentes en el país, que son cerca de 5.000, pero además difundirla hacia otros países agrícolas que puedan demandarla, como Brasil e incluso los Estados Unidos.
Ya hay varios campos argentinos con el AccuRail funcionando. Y en uno justamente estaba sobre un cultivo para hacer semillas de maíz, donde se hacían otros ensayos. Mañana contaremos en Bichos de Campo como resultó esa experiencia.
-¿Qué pasó en este tiempo desde que nos conocimos?
-Fueron un montón de experiencias para las cuales nos habíamos preparado con nuestra máquina que se suma al equipo de riego. El pivote central lo que hace es permitir que ese equipo que ahora solo riega pueda además aplicar insecticida, herbicidas, fertilizantes. Y eso le permite al productor cambiar su horizonte productivo. ¿Por qué? Porque obviamente cuando vos tenés una posibilidad de regar, que es una de las principales limitantes, de ahí en adelante entren a jugar todos los otros factores que también son determinantes en el potencial de rinde, por ejemplo la nutrición de esos cultivos. Nosotros podemos distribuir el fertilizante en función de las distintas áreas que requiera el desarrollo de ese cultivo que está debajo del pivote, y por supuesto preparar todo el paquete de defensas, ya sea para las malezas o para los insectos y enfermedades que lo pudieran atacar. Eso le da un combo de herramientas al productor que bajo ninguna otras condiciones puede llegar a tener. Simplemente con esa combinación de tecnologías lo puede hacer.
Valley vendría a ser en esta historia como el fernet: en 1954 la compañía desarrolló los pivotes que conocemos hoy y se ha convertido en la mayor fabricante en todo el mundo. Pero eso no le garantiza que todos quieren tomar de su bebida, que incluso tiene mucha mayor difusión en otros lugares del mundo que en la Argentina.
Aquí, según razona Prandi, los productores gastan unos 2.000 millones de dólares al año en comprar equipos nuevos, pero en general son tractores, cosechadoras, sembradoras o pulverizadoras. “Nosotros, con el riego, estamos captando solo entre el 1 y el 2% de esa. suma. Todavía es algo a difundir los equipos de riego”. Se estima que en el mundo hay medio millón de este tipo de equipos. En la Argentina, solamente unos 5.000, es decir el 0,01% del total. Y la mayoría está en manos de empresas que deben asegurarse la producción de cultivos de alto valor.
El ingeniero cordobés cree que su desarrollo será como la bebida cola, pues hará mucho más atractivo al fernet, y por lo tanto le aportara mayor penetración al riego en el agro argentino. Y explica con mucha sencillez las razones de por qué piensa como piensa: “Ni el tractor, ni la cosechadora, ni la sembradora, sirven demasiado si no hay agua, si no tenés perfil de humedad. Todo depende de que llueva o de que riegues. El riego es además el único servicio que uno no puede contratar. Alambrado de por medio, vos podés contratar la siembra,. la cosecha, la fertilización, pero no podés contratar el agua”, reflexiona Prandi, dando por obvias cosas en las que muy pocas veces el resto de las personas nos detenemos a pensar.
Un segundo razonamiento, dependiente del primero, es que el riego tendrá que finalmente imponerse en la Argentina, en las zonas donde existe disponibilidad de aguas subterráneas, porque además contar con la garantía del agua permitirá a las empresas agropecuarias diversificar hacia otros cultivos más sustentables y de mayor rentabilidad además de los que se pueden hacer en secano. La sequía fue una experiencia dolorosa.
Sucede hoy con las semilleras, que casi todas cultivan con riego suplementario para minimizar el riesgo al extremo. Y sucede con cultivos especiales o industriales, como la papa, donde la inversión en juego -y los márgenes brutos por hectárea- son mucho más abultados que en los granos tradicionales. Allí tener riego complementario es casi indispensable y define quien hace los mejores negocios.
“Nuestro concepto es ese mismo. Yo tengo dos campos alambrado de por medio, uno con pivote y el otro con pivote y AccuRail. ¿A dónde crees que van a ir los contratos? Ahí aparece nuestro equipo (la coca del fernet), que es agregarle a ese pivote un valor enorme respecto a tu vecino. Porque hace un montón de aplicaciones que incluso pueden llegar a reemplazar además al tractor y la aplicadora”, nos dice Prandi.
-Más allá de esa múltiple funcionalidad de tu desarrollo, ¿por qué considerás que se terminará imponiendo?
-Nosotros, como seres humanos, consideramos que podemos controlar todas las variables. Podemos controlar las malezas, los insectos, los hongos. Pero indefectiblemente mientras nosotros nos vamos a dormir, ellos no duermen. Ellos están luchando por su evolución. Para nosotros, el límite es una decisión de un agrónomo de hacer una aplicación y ganar esa batalla. Creemos que el resultado está, pero al que estamos atacando, cualquiera de esas amenazas para nosotros, indefectiblemente va a luchar por evolucionar y prosperar. Por eso nosotros consideramos que nuestra máquina, lo que te permite es lograr un escudo de defensa para esa batalla que se libra todos los segundos del día y de la noche.
Es inevitable comparar, a lo largo de esta charla con el inventor cordobés, lo que ha sucedido en las últimas semanas con el bombardeo masivo lanzado por Irán contra Israel, y como ese país se defendió con un escudo que evitó que casi ninguno de los misiles llegara a su objetivo. Prandi usa ese ejemplo. “Nosotros lo que hacemos es preparar ese equipo de riesgo para tener las posibilidades de al menos poder defenderse”, resumirá.
Mirá la entrevista con Santiago Prandi:
El ingeniero insistirá varias veces en ese concepto: “poder defenderse”. Argumenta que “cuando aparece algún evento que rompe las defensas de los cultivos, un insecto o una maleza resistente, con el AccuRail vos podrá actuar en tiempo y forma, de la manera correcta. Y encima cuidar el medio ambiente, no perjudicar los eventos cumpliendo con los refugios.
-¿Por ejemplo con la chicharrita, que surgió como un imponderable en esta campaña en el maíz?
-Nuestro trabajo es justamente preparar la máquina para ese evento que uno sabe que se va a dar en algún momento. En nuestro esquema de repago de la inversión hay un factor asociado al 5% anual de repago de la máquina. ¿Y cómo se saca ese 5%? Nosotros explicamos a nuestros clientes que en algún momento de los próximos diez años va a haber un evento, una acción, una maleza, un insecto, un hongo que va a afectar el 50% de su rendimiento en uno de los cultivos. El 5% surge anualizado ese 50% que se perderá seguramente cada diez años.
Prandi también compara el concepto detrás de su desarrollo con la pandemia y el uso masivo que aquella situación del confinamiento masivo desencadenó hacia la plataforma Zoom, para favorecer las comunicaciones a la distancia. “El Zoom estaba, pero no lo conocía nadie en realidad. ¿Pero qué pasó? Ellos sabían que en algún momento en el futuro podía darse un evento de estas características y se prepararon para ese momento. Bueno, llegó el momento definitivamente y funcionaba. Eso es lo que hacemos nosotros. Lo que hacemos es preparar nuestra maquinaria para eso”.
-¿Cómo se traduce eso en el campo?
-Una cosa muy distinta es, frente a una posible contingencia, si vos tenés un galpón, una pulverizadora o un tractor y hasta una reserva del producto químico necesario para aplicar. Usando el pivote de riego cambia el concepto: vos estás preparado permanentemente en el campo. Si acaso ese día de la contingencia estuviera lloviendo, no tendríamos suelo para pasar con el pulverizador de arrastre. El pivote en cambio vive de bajo del agua, bajo la lluvia. Lo que hacemos con el equipo es aprovechar esa gran ventaja. Podemos hacer la aplicación de noche, bajo el agua, incluso regando.
En el equipo de AccuRail venían trabajando en un ensayo para ver como el nuevo dispositivo podía utilizarse para hacer un tratamiento sobre maíces ante los recurrentes daños de la isoca de punta de espiga. Y se sorprendieron al ver qué la situación se asemejaba perfectamente a lo que pasó con la chicharrita, ya que había que entrar al lote con los maíces de gran tamaño. Al ver que se pudo reducir significativamente la presencia del insecto vector de la Spiroplasma, Prandi sintió que tenía sentido todo lo que había venido mascullando durante años.
“Nos queda ahora el desafío, en los próximos seis meses, de establecer los protocolos para de alguna manera defendernos de la chicharrita”, dice el investigador, consciente de que muchos productores querrán dejar de sembrar maíz por temor a un nuevo ataque en la campaña 2024/25. En este contesto, considera que “el que pueda hacer ese maíz tiene una oportunidad de negocio. Porque lo que nosotros creemos es que aquel que pueda actuar siempre va a tener una oportunidad de negocio. Hoy estamos hablando del maíz. Hace seis meses atrás hubiéramos estado hablando de papa, donde hay diferentes virus que enfrentar”.
“Lo que nosotros estamos haciendo es que, cuando el productor pierda el eje sobre el cual se está moviendo, tenga las herramientas para no perder el control. En como un vehículo que tiene ABS y control de tracción, para que puedas volver a la ruta por más que estés en la banquina. Eso es lo que nosotros hacemos, ese es nuestro trabajo: darte ese marco de defensa. Créeme que en el campo se usa más veces de lo que uno cree”, define.
-¿Ya tienen equipos de AccuRail operativos en los campos?
-Sí, por supuesto. Y ya llevamos dos años de fuerte promoción internacional en ferias americanas y en Brasil. De hecho, en Brasil el tema de la chicharrita está sobre la mesa. No te olvides que lo que tiene Brasil es que el invierno es mucho más benigno y mientras más calor hace la propagación de insectos es mayor.
Prandi, a quien se le ocurrió eso de añadirle una pulverizadora a los pivotes de riego, dice que además de la difusión de la tecnología están trabajando intensamente en añadirle más funciones. “Vamos equipando a nuestra máquina con más alternativas de acción”, en especial para poder hacer que el dispositivo haga aplicaciones de fertilizantes a la medida de las necesidades de cada lote, mediante un mapa de suelos y la programación de diferentes dosis en zonas específicas cada vez que el pivote da la vuelta de riego.
“¿Te das cuenta? Bueno, el AccuRail hace eso. Vos podés determinar que la aplicación de nitrógeno sea hoy de diez unidades en todo el círculo mañana cinco unidades en alguna parte, la semana que viene repetir una dosis o ajustarla en otra parte del lote. Y encima lo podés hacer con la misma máquina, manteniendo independiente la lámina de riego, porque el AccuRail es el que va aplicando el fertilizante”, se entusiasma.
Prandi cree que extender el riego en la Argentina es “un primer avance cultural, donde los productores se han acostumbrado a que el riego puede aportar un diferencial. Ahora, sobre eso, hay que explicar que el pivote puede reemplazar otras máquinas. Es otra otra batalla cultural que ganar. Lo que yo le digo primero es que el productor va a poder cambiar su horizonte productivo”, añade el inventor, que a la vez sabe que esta crisis de la chicharrita lo ayudará a difundir más sus ideas, porque “le gente siempre suele reaccionar ante los cambios más bruscos”.