En 1824, a pocos años de que se declarase la Independencia en la Casa Histórica de Tucumán, un hombre llamado Diego García -que había recibido tierras aledañas a esa ciudad por sus servicios al Virreynato- fundó el ingenio Cruz Alta, al más antiguo de la provincia que sigue funcionando. Este miércoles se celebró allí ese 200 aniversario, a la par de que se celebró la tradicional misa de inicio de la zafra azucarera 2024.
Bichos de Campo estuvo allí. El ingenio Cruz Alta pertenece ahora al grupo Los Balcanes, que fue fundado hace treinta años por Jorge Rocchia Ferro y su esposa Catalina Lonac. El tradicional matrimonio tucumano recibió en ese ingenio al gobernador tucumano, Osvaldo Jaldo, que el lunes también había dado el presente en el inicio de la zafra en el ingenio más importante del grupo, la usina La Florida. Los Balcanes tiene en total tres plantas y en los últimos años se ha convertido en la empresa que más caña muele en toda la Argentina, superando incluso al jujeño Ledesma.
Esto no quiere decir que el grupo sea el mayor productor de azúcar, porque Rocchia Ferro es un enamorado del bioetanol, así que destina una gran parte de la cosecha de caña y la melaza que obtiene en los trapiches a la producción de ese biocombustible renovable con que se cortan las naftas. En La Florida puede producir 550 mil litros por día.
En la ceremonia de inicio de la zafra, en el ingenio más viejo de la provincia, como es tradición, se celebra una misa y luego un gran almuerzo que reúne a los cañeros, a los trabajadores del ingenio y a funcionarios y empresarios vinculados con el sector. El cura de la parroquia del pueblo que rodea la planta industrial, llamado Colombres, lanza bendiciones y ruega a Dios para que la cosecha se abundante. La Estación Obispo Colombres, que también es la experimental más vieja del país, se le adelantó un poco y ya adelantó que se espera una muy buena zafra luego de tres años donde los volúmenes fueron recortados por la sequía. No es la estimación más precisa, porque todavía las cosechadoras ni salieron al campo (la mayoría lo hará la semana que viene), pero ya se espera al menos 20% más de materia prima.
Esto supone un gran desafío. Según explicó a este medio Juan Carlos Mirande, presidente del Centro Azucarero Regional de Tucumán, dice que se estima una oferta total de 3,1 millones de toneladas de azúcar equivalente (cada tonelada de caña que ingresa al trapiche tiene un rendimiento industrial en azúcar del 10%), fruto de una cosecha de 2,7 millones de toneladas esperadas, más unas 400 mil toneladas de remanente de la zafra previa.
Si estos números de cumplen, de nuevo el fantasma de la sobreoferta vuelve a sobrevolar por Tucumán, donde todavía sobreviven unos 5.000 pequeños productores cañeros cuya economía depende, y mucho, del valor del azúcar. Como buena parte de la producción se realiza bajo el régimen de maquila (los cañeros cobran un porcentaje del azúcar que se obtiene de su caña), suele suceder que si no hay planificación las ventas de azúcar mayorista (en bolsas de 50 kilos) son abundantes en tiempos de cosecha y los precios se deprimen, perjudicando a toda la economía.
En una entrevista que concedió a Bichos de Campo, el gobernador Jaldo se mostró al tanto de esta situación y exhortó a la cadena productiva -no solo de Tucumán, sino de Salta y Jujuy- a coordinar acciones para canalizar del modo correcto los excedentes productivos hacia el mercado, en los tiempos y volúmenes correctos como para evitar un enchastre. “No es una buena noticia tener mucha materia prima. Para nosotros es una buena noticia. Pero tenemos que coordinar muy bien una salida, en especial los industriales”, dijo Jaldo.
Escuchá la entrevista completa con le gobernador de Tucumán:
Mirande, representante de los industriales en esta discusión a nivel provincial (Tucumán tiene un organismo que intenta una regulación del mercado), indicó que la demanda interna de azúcar, tanto industrial como para consumo doméstico, podría rondar las 1,7 millones de toneladas, mientras que a la exportación se destinan no más de 150 mil toneladas anuales. Con la cuota actual del corte de naftas (de la cual a los ingenios le toca 6%, porque otro 6% es bioetanol a partir de maíz), el biocombustible demanda el equivalente a 600 mil toneladas.
Por eso hay dos caminos posibles para tramitar los excedentes, aunque uno requiere decisiones a corto plazo y otro tiene tiempos más largos, porque hay que realizar nuevas inversiones: o se debe exportar más cantidad de azúcar (Jaldo habló de la posibilidad de vender hasta 700 mil toneladas) o hacer más biocombustible. Pero eso requiere que el gobierno nacional de Javier Milei también se meta en la discusión, porque es el responsable de definir los cortes que deben aplicar luego las petroleras.
Claramente en Los Balcanes, los mayores productores de bioetanol azucarero, creen que ya es hora de dejarse de idas y vueltas y que se debe definir de una buena vez un sendero a la suba del corte de la nafta. Todos los gobiernos prometen hacerlo, pero nadie lo decide. Se viene amagando con pasar del 12% al 15%, pero siempre se interpone el lobby petrolero. De hecho la primera versión de ley Bases enviada por Milei al Congreso era casi un compendio perfecto de ese lobby, que empeoraba el horizonte más que ayudar a construirlo.
Rocchia Ferro, en declaraciones a Bichos de Campo, se pronunció molesto por las idas y vueltas en la política energética de los gobiernos. Y alertó que en la actual gestión libertaria, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, por ahora ha ninguneado al sector de los biocombustibles, y no habilitó una discusión franca para definir las nuevas reglas de juego.
De hecho, a modo de ejemplo, el gobierno nacional está incumpliendo la ley vigente que obliga a esa secretaría a fijar todos los meses un precio para el corte de los hidrocarburos con biocombustibles. No lo hace desde febrero pasado, provocando no solo incertidumbre en las empresas sino que éstas carguen con el peso de la inflación. Por este motivo, Los Balcanes ya envió una carta documento a las autoridades de Energía, reclamando que haga lo que debe hacer y fije nuevos valores.
Por ahora la resistencia de las provincias productoras de biocombustibles, incluido Tucumán, obligaron al gobierno de Milei a quitar ese capítulo de la malograda primera versión de la Ley Bases. En la nueva versión que ahora comenzó a discutirse, el tema no figura. Las provincias de la Liga Bioenergética, que incluya a Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, además de las del NOA, quieren que ahora se incluye la suba del corte en el proyecto que está empezando a negociar el ministro del Interior, Guillermo Francos. De los contrario, según dijo Jaldo, habrpá una ofensiva particular por el tema en el Congreso.
Cómo gesto a Milei, Jaldo anunciando en el inicio de zafra dos cosas a la prensa provincial: que Tucumán va a firmar el Pacto de Mayo y que también va a acompañar el trazo grueso de la Ley Bases. “Desde el primer momento nos definimos como dialoguistas”, se definió. Pero lo cierto es que por ahora en el sector azucarero no se sabe demasiado bien si el gobierno de Milei mostrará finalmente estos mismos gestos conciliadores.
Por eso la zafra 2024 comenzó, en el ingenio más antiguo de Tucumán, con mucha ilusión por la recuperación de la producción, pero con preocupación respecto de cómo se va a vender para evitar una nueva crisis azucarera, y con grandes dosis de intriga.
La pregunta que se hacen los productores de biocombustibles, convencidos de que la Argentina debe comenzar a reducir el consumo de hidrocarburos por combustibles renovables, es la siguiente: Milei, ¿la ve?
Aclarando conceptos: El IPAAT (Instituto de Promoción del Azúcar y del Alcohol de Tucumán) es un organismo del gobierno tucumano, cuya función -más que la de un ente regulador- tiende al manejo estadístico y a la difusión de las principales variables productivas y comerciales para optimizar el adecuado abastecimiento de los mercados internos de azúcar y alcohol y a una adecuada colocación de los excedentes productivos. Dicha función es asimilable a la que prestan prestigiosos organismos estatales de importantes productores, como el USDA en EE.UU., ABARE en Australia, SUCDEN et DENREES en Francia, etc.
Respecto a lo planteado en el último párrafo de la nota, es fundamental el protagonismo que les cabe a los dirigentes sectoriales y a las autoridades de las jurisdicciones con aptitudes productivas de biocombustibles, de orientar al nuevo gobierno (que llega cargado de preconceptos de poco sustento) sobre el potencial de los mismos en la descarbonización ya comprometida por el país. En especial, en lo referente al rol protagónico del bioetanol para el necesario recambio de la matriz energética nacional de movilidad y transporte. No sólo porque el GNC o la electromovilidad (a partir del mix de generación argentino) sean más sucios que los biocombustibles, sino más bien por que la tecnología para estos está ampliamente probada y disponible de manera inmediata, sin requerir las gigantescas inversiones en recambio del parque automotor o de la infraestructura de generación, distribución y recarga que exigiría la electromovilidad. Pero más importante aún, por el enorme potencial de desarrollo federal que ofrecen las bioenergías de carbono neutro.
Las preguntas del millón. Que dolar tendrá para exportar y que politica seguirá el Gobierno (o el Secretario de Energía…) para la fijacion de precios para los biocombustibles. Si para transferirle un lucro sin causa a los petroleros, esto último continúa como los ultimos Gobiernos, puede ser el golpe de gracia para algunos productores de biocombustribles.