El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, y sus equipos técnicos, mantuvieron el martes a la noche una reunión de trabajo con el “verdadero” secretario de agricultura del gobierno de Javier Milei, que no es Fernando Vilella, cuyo área ha sido sumamente degradada dentro del Ministerio de Economía, sino Juan Pazo, el actual secretario de Industria y Desarrollo Productivo. Le plantearon que es necesario definir con urgencia una rebaja de los costos para sembrar el trigo, para evitar una fuerte caída del área destinada a ese cultivo.
Pazo, quien asumiría en la flamante Secretaría de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía, creada esta semana en el marco de la reorganización del Ministerio de Economía, se llevó los números elaborados por la entidad agropecuaria que alertan sobre un fuerte incremento de los costos agrícolas en dólares, no solo para el trigo sino también para el maíz y la soja.
Pero el foco de la reunión, según relataron fuentes rurales, estuvo puesto en el trigo, que debe comenzar a ser sembrado en las próximas semanas. Sucede que según casi todos los análisis los números son negativos actualmente en la mayoría de los casos (especialmente sobre campos alquilados), y esto está provocando que muchos productores desistan de sembrarlo.
“Estuvimos como una hora dándole vueltas a la incidencia de los costos sobre el trigo, que es mucha, y preocupa. Algunos opinamos que la siembra va a ser muy inferior si los números siguen así”, dijo uno de los dirigentes que participó de la reunión con Pazo, quien así se consolida como el único interlocutor válido que tienen las entidades agropecuarias para tratar de incidir en la agenda del gobierno. Vilella, al que el viernes le echaron a sus principales colaboradores en la renovada Secretaría de Bioeconomía, quedará prácticamente convertido en una figura decorativa dentro del entramado de poder en el Ministerio de Economía.
De hecho, de este encuentro participaron los dos funcionarios que el propio Pazo designó para secundar a Vilella de aquí en adelante: el subsecretario de Producción Agropecuaria, Sergio Iraeta, y su jefe de asesores Manuel Chiappe.
Según los datos obtenidos por Bichos de Campo, fue el propio Pazo quien solicitó esta reunión de carácter técnico con la SRA. En la discusión con quien corta finalmente el bacalao, Pino expuso las preocupantes planillas de márgenes agrícolas que muestran los rojos por venir, y aunque agradeció el gesto del ministro Luis Caputo de reducir los aranceles de importación de los herbicidas más utilizados (atrazina, glifosato y 2,4D), consideró que la incidencia de esa medida será mínima respecto del peso que en la ecuación tienen los fertilizantes.
“En febrero, el precio FOB global de la urea (fertilizante nitrogenado) fue de 351 dólares, mientras que en Argentina se pagaron 760 dólares por tonelada, lo que representa una brecha del 117%. Durante los últimos 6 meses, esta brecha promedió el 130%, la más alta en 20 años”, advirtió la SRA en un informe a sus socios. Allí se dice que por la distorsión de la macroeconomía argentina “en los últimos 12 meses, mientras que el precio FOB cayó un 24%, el precio interno en Argentina aumentó un 25% en moneda dura”.
En un informe de la SRA a sus socios, que se envió también a Pazo, se mostró las fuertes diferencias que tiene el precio de los fertilizantes en la Argentina en relación a los países vecinos: aquí fertilizar sale hasta 50% más caro que en Uruguay o Brasil. En esto tiene mucho que ver la incidencia del componente impositivo, en especial el nuevo Impuesto PAIS, sobre las operaciones de importación de fertilizantes.
Pero no es el único “costo argentino” que preocupa a los ruralistas, que también comentaron a los funcionarios de Economía que “también las semillas se encuentran entre 25% y 31% por encima” de sus valores históricos y de lo que debería pagar el sector, ya que para sembrar una hectárea, en el caso del maíz se gasta en semillas hasta 171 dólares por hectárea, un 12% más que hace un año. En el caso de una hectárea de trigo, el gasto alcanza los 90 dólares, un 17% por encima de febrero de 2023.
“Otros insumos que se vieron afectados por la inflación en dólares han sido las máquinas agrícolas. En enero, un tractor de 190 caballos de fuerza tenía precio por alrededor de 83.000 dólares, un 20% más que el precio en dólares 12 meses atrás. Por el lado de las sembradoras, con precio en pesos, aumentaron en dólares un 33% desde enero de 2023”, advierte también el informe que la Rural elaboró sobre los insumos agrícolas.