En un país con altísima inflación, estirar los plazos de pago constituye una vía clara y concreta de aliviar las cosas al acreedor, lo que implica finalmente una suerte de subsidio: en pocos meses las deudas se van diluyendo.
Es lo que hizo la AFIP mediante la Resolución General 5490/2024, publicada en el Boletín Oficial, y que termina de reglamentar los beneficios que insólitamente lanzó el gobierno de Javier Milei para favorecer el ingreso de alimentos de origen extranjero, como medio de presión para contener la suba en los precios de los alimentos nacionales.
En la resolución de marras, la AFIP hizo su parte para definir esos “estímulos” impositivos, complementando lo que había hecho el Banco Central en materia cambiaria. Es la Doble Nelson que ideó el ministro de Economía, Luis Caputo, para impulsar las importaciones: subsidiarlas por la vía de una mayor celeridad en el otorgamiento de dólares oficiales para realizar las compras y a la vez atrasar el plazo de pago de los tributos correspondientes.
En concreto, lo que se conoció este lunes es que los importadores tendrán un plazo de 120 días, como máximo, para depositar en la AFIP las percepciones que correspondieran por el Impuesto a las Ganancias y al Valor Agregado. Hasta ahora esos plazos de pago eran exiguos y ahora llegan a los cuatro meses.
“La presente medida se impulsa con el objetivo de disminuir la carga impositiva a la importación de una canasta de bienes de primera necesidad a efectos de que se genere una reducción de los precios de dichos productos, como continuidad de la política económica dispuesta por la Administración Nacional orientada a reducir la inflación”, dice la resolución oficial, que no esconde que se subsidie a bienes extranjeros, mientras no se discute el alto componente impositivo de los alimentos importados.
En la Resolución de AFIP se repite la lista de posiciones arancelarias que se verán beneficiadas con este estiramiento de los plazos para abonar las percepciones de los impuestos IVA y Ganancias:
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