La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que en la actualidad representan cerca de la mitad de las exportaciones totales argentinas, inyectaron en el mercado oficial de cambios durante febrero la suma de 1.499 millones de dólares.
La suba fue de 133% en relación al mismo mes de febrero del 2023 pero no hay que entusiasmarse ni nada por el estilo: se trata de una normalización de los flujos luego de un año terrible, donde la producción y las exportaciones de granos y subproductos habían caído a la mitad por culpa de la sequía.
Los casi 1.500 millones de dólares que las empresas agroexportadoras están obligadas a liquidar en el Mercado único y libre de cambios (Mulc), completaron una oferta de 3.021.760.548 dólares comerciales en el primer bimestre del año. En este caso, el salto ha sido del 92% en comparación del enflaquecido 2023.
“El ingreso de divisas del mes de febrero es el resultado del nuevo régimen de dólar exportador y de los movimientos macroeconómicos del nuevo gobierno que impactan sobre las decisiones de venta de la oferta de granos”, indicó Ciara.CEC sin dar demasiadas precisiones. Pero de inmediato aclaró que la situación de mejora dista de ser ideal: “La exportación de granos sigue
trabajando con altos niveles de capacidad ociosa, así como la industria aceitera, padeciendo márgenes negativos permanentes”, avisó.
La referencia da cuenta de dos procesos paralelos, que no se resolverían hasta tanto empiece a ingresar la nueva cosecha de soja en los próximos meses. Esa oferta permitirá reactivar las ventas por parte de los productores a las exportadoras, ya que se han mostrado muy cautos y prefieren sentarse sobre sus granos todavía, a la vez de recuperar la oferta de porotos para la molienda, ya que hasta ahora las fábricas se han mantenido funcionando gracias a la enorme entrada de soja importada, que superó 10 millones de toneladas el año pasado.